(CNN Español) – Llegar a la histórica Plaza de Mayo, en el centro de Buenos Aires, fue una tarea casi imposible. Cuadras y cuadras de manifestantes, entre ellos estudiantes, profesores y egresados, se sumaron a una protesta que denunció el ajuste presupuestario en las universidades públicas de Argentina.
Una multitud llenó Avenida de Mayo, desde el Congreso hasta la puerta de Casa Rosada, donde estuvo el escenario principal de una de las mayores movilizaciones que ha enfrentado Javier Milei desde que es presidente.
Un Milei que apostó a hablar en cadena nacional la noche previa a la convocatoria para aplaudir el superávit fiscal registrado en el primer trimestre del año, pero sin mencionar esta problemática, y que —con su habitualmente intensa actividad en redes sociales— se dedicó a dar “me gusta” a tuits que intentaban quitarle legitimidad a la marcha en sus horas previas.
Este martes, generaciones enteras de argentinos se movilizaron en distintos puntos del país bajo la consigna “En defensa de la universidad pública”. Llevaron libros, banderas de Argentina y un reclamo: que el gobierno no recorte los fondos para la educación y ni fuerce a las casas de altos estudios a cobrarles a los estudiantes.
Las imágenes fueron contundentes: solamente en la ciudad de Buenos Aires, los organizadores, de la Universidad de Buenos Aires (UBA), calcularon que asistieron unas 800.000 personas. Por su parte, el Gobierno de la Ciudad, a cargo del operativo de seguridad, habla de al menos 150.000.
Además de la capital argentina, la protesta se extendió a lo largo y a lo ancho del país. Córdoba, Rosario, Santiago del Estero y Mendoza fueron solo algunas de las ciudades en las que el movimiento estudiantil estuvo presente.
“Lo que pasó en la plaza (de Mayo) me parece lo menos relevante de todo lo que pasó ayer (martes). Es mucho más importante que todas las plazas del país se llenaron. Hay que ver la foto de Rosario, Santa Fe, Córdoba, Santiago, Ushuaia, Olavarría es una ciudad hiperfría y estaban marchando”, dijo Andrés Malamud, politólogo y profesor de la Universidad de Lisboa.
“Los porteños no son muy mileistas, Milei sale tercero en la capital, pero arrasó en 16 provincias del interior. Así que su electorado es el que está dando una luz amarilla. Están mandando una señal muy fuerte, y es que hay características centrales de la institucionalidad y de la identidad cultural argentina que hay que tocar con cuidado. Así que los votantes de Milei están mandando un mensaje y es: Cuidado que no se te vaya a la mano”, añadió Malamud.
José Natanson, politólogo y director de Le Monde Diplomatique edición Cono Sur, también considera que la movilización de este martes es un antes y un después para el gobierno de Milei.
“Creo que es el primer hito que hiere al gobierno, el primer arañazo que reciben, la primera bala que entra. Las anteriores eran manifestaciones o progresistas o peronistas, o las dos cosas. En cambio, esta fue una manifestación en donde había peronistas, había gente de izquierda, pero también había radicales, había liberales, había muchos votantes de Milei”, interpreta Natanson.
“Esta marcha tuvo, por su masividad dos características. Por un lado, la expresión de la vigencia de la educación como reaseguro de mejora y movilidad social de los sectores medios y medios bajos de la sociedad, algo que se ve amenazado por indicios y declaraciones de representantes gubernamentales, incluyendo al propio presidente, a favor de la revisión del estatus institucional del sistema universitario”, opina Graciela Romer, presidenta de la organización Saving Democracy in America.
“Por otro lado, la expresión de una disconformidad latente aún entre aquellos que conforman la base de apoyo al gobierno. Los datos de marzo muestran que, si bien está manejando con éxito la reducción del déficit fiscal y la inflación, lo está logrando sobre un severo ajuste de los ingresos jubilatorios, las prestaciones sociales y la obra pública. Esta situación subyace a la movilización de ayer, la más importante de las últimas décadas, y pienso que trasvasa la sola defensa de la educación universitaria gratuita”, concluye Romer.
La respuesta de Milei: “lágrimas de zurdos”
La respuesta oficial llegó horas después de escucharse el himno nacional en plaza de Mayo.
Todavía se estaban separando los últimos manifestantes cuando el presidente de Argentina compartió una imagen en su cuenta personal de Instagram donde se muestra el dibujo de un león con una taza y la leyenda: “Lágrimas de zurdos”. Fiel a su estilo confrontativo, acompañó la imagen con el texto: “Día glorioso para el principio de revelación. Quien quiera oír (ver) que oiga (vea)”, en referencia a su clásica frase “no la ven”, que con frecuencia usa para descalificar las críticas a su gestión con la idea de que los otros no entienden lo que está pasando en el país. Ahí no incluyó ni respuestas sobre el presupuesto, ni definiciones sobre la petición de universidades.
Esa respuesta llegó más tarde. Casi 16 horas después de publicar ese primer meme, Milei se extendió en su discurso y dejó un texto más amplio en su cuenta de X, antes Twitter, donde trató de separar la educación pública de los supuestos motivos partidarios detrás de la movilización.
En más de 2.000 caracteres, el presidente de Argentina explicó su postura.
“Al margen de la discusión acerca de cuál modelo de educación superior es deseable para un país en el que seis de cada 10 chicos menores de 14 años son pobres, los mismos vivos de siempre utilizaron el escudo de una causa que suena noble para defender sus intereses de casta”, escribió.
“En ningún momento el gobierno nacional insinuó la intención de cerrar las universidades nacionales. Lejos de eso, ya el día anterior a la manifestación de ayer estaban hechos los giros de recursos para los gastos de funcionamiento de todas las universidades nacionales. Pero como la clase política no deja pasar ninguna oportunidad para defender sus privilegios, montaron sobre una consigna justa un acto netamente político de oposición al gobierno”, abundó.
También, apuntó contra algunos dirigentes que se sumaron o apoyaron la movilización de distintas formas, como el exministro de Economía Sergio Massa, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y dirigentes de la Unión Cívica Radical, asegurando que “no defienden la educación, defienden sus privilegios y utilizan a la sociedad para hacerlo”.
Natanson analiza ambas respuestas. “Me da la impresión de que el posteo de ayer [el primero] es un posteo intempestivo y quizás no reflexionado, y que lo de hoy [el segundo] busca dar una respuesta política más consistente y sensata al desafío que fue la marcha, porque lo que hubo ayer fue también un límite al ajuste”, interpreta.
Sobre el señalamiento a líderes de la oposición, Natanson agrega que es un argumento en algún punto endeble.
“Justamente el éxito de la marcha es que nadie lo notó como una marcha partidaria, fue percibida como algo que tocaba una fibra que iba más allá de los partidos políticos, el voto, la pertenencia política”, añadió.
En el mismo sentido que el presidente se expresó su vicepresidenta, Victoria Villarruel, que lejos de hacer una autocrítica, apuntó contra algunos políticos a través de un mensaje en su cuenta de X.
“Qué orgullo para los argentinos la universidad pública, pero qué tristeza que sea usada por los que pusieron de rodillas la educación, hablaron en inclusivo deformando el idioma, metieron el veneno de sus ideologías y justifican que los argentinos que no comen le paguen la universidad a extranjeros sin ningún apego a la Argentina que los cobija”, agregó en un largo texto que publicó en la red social, reivindicando que ella misma se recibió en la UBA y en la Universidad Tecnológica Nacional.
Malamud reflexiona de forma crítica sobre la postura oficial frente a una movilización tan masiva y plural.
“El fenómeno real es que la educación pública Argentina está defendida por los argentinos en todo el territorio nacional incluyendo donde ganó Milei, por eso esta fue una señal clara para el gobierno, no porque la oposición se reúna, porque sus votantes también están detrás de este reclamo”, aseguró.
“(Milei) tuvo una mayoría para que arregle la economía no para que destruya la educación. Si él entiende las prioridades por las cuales fue electo entonces tiene que hacer lo que él dice que sabe hacer, que es arreglar la economía”, comentó el politólogo.
Un presupuesto seis veces más bajo para la educación superior
Las universidades públicas de todo el país venían advirtiendo la dramática situación en la que están desde que comenzó el año: que el gobierno de Milei no actualizó las partidas presupuestarias de la educación superior para 2024, y las universidades están funcionando con una extensión del presupuesto de 2023, pero con una inflación interanual de casi 290%. Cuando se hacen las cuentas, resulta una pérdida adquisitiva real de alrededor de 65%.
Por este motivo, las distintas autoridades de las universidades nacionales expresaron su preocupación: con este presupuesto no llegan a fin de año.
Horas antes de la marcha, el vocero presidencial Manuel Adorni le había restado importancia a la movilización y había asegurado en su conferencia de prensa matutina que “la cuestión presupuestaria está saldada”.
Sin embargo, esta “cuestión saldada” tenía que ver con el pago del 70% del presupuesto destinado únicamente a los gastos de funcionamiento, que incluyen desde las tarifas de servicios, los gastos de limpieza, las becas, hasta los fondos para proyectos de investigación y conectividad. Esto representa solo entre 10% y 15% de la composición presupuestaria total, y no contempla, entre otras cosas, los sueldos de los docentes.
En la misma línea, Milei se expresó en su cuenta de X. “Vamos a garantizar los fondos para el funcionamiento de las universidades y vamos a auditar cómo se utilizan esos fondos”, dijo. La Constitución de 1994 establece la autonomía de las universidades nacionales y obliga al Poder Ejecutivo a financiarlas, pero la revisión de sus cuentas no corresponde al Ejecutivo, sino al Congreso a través de la Auditoría General de la Nación. Y es una comisión bicameral del Poder Legislativo la que cada año le asigna a la AGN específicamente qué organismos o áreas del Estado debe auditar.
Natanson recuerda que el Gobierno sigue teniendo más o menos los mismos niveles de intención de voto que tuvo en la segunda vuelta de la elección presidencial en noviembre de 2023, pero hace una advertencia: “Lo de ayer fue la sociedad diciéndole: Hay cosas que no podés ajustar”.