(CNN Español) – A cinco meses de que finalice el sexenio, expertos en seguridad concluyen que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, incumplió su promesa de pacificar el país mediante su premisa de “abrazos, no balazos”.
Invitados al programa México Opina de CNN en Español, que conduce el periodista Mario González, la especialista en temas de seguridad, Ana María Salazar; la investigadora y directora de Global Thought México, Daira Arana, y el director del Observatorio Nacional Ciudadano, Francisco Rivas, analizaron la estrategia y las cifras en materia de seguridad del actual sexenio.
“Los números nos dicen que estamos peor; la narrativa, yo sé que hay una narrativa triunfalista”, dijo Rivas, al explicar que cada mes la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana presenta las estadísticas oficiales asegurando un descenso en los índices de criminalidad “maquillando cifras” y con “análisis metodológicamente equivocados”.
Sustentó su argumento al señalar que la dependencia federal no compara períodos similares, “sino que están comparando datos completamente desconectados entre sí”.
En su más reciente informe, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana dijo que los homicidios bajaron un 22% en marzo de 2024 en comparación con diciembre de 2018, mes en que comenzó este sexenio.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que el Gobierno de López Obrador sumó 160.594 homicidios en sus primeros cuatro años y medio de sexenio, superando el récord de muertes alcanzado en toda la administración de su antecesor, Enrique Peña Nieto.
Al responder a una pregunta sobre la cifra récord de homicidios en México durante su administración, López Obrador reconoció que hay más homicidios pero aseguró que “hay menos violencia”. Según el mandatario, el contraste se da porque “hay menos robos que en los sexenios anteriores, hay menos secuestros que en los sexenios anteriores; y delitos del orden federal, menos”. Desde su punto de vista, la causa del ascenso de los homicidios es que “se crearon bandas” durante gobiernos anteriores, que son las que hoy actúan.
Rivas, quien se ha dedicado al análisis de datos en el Observatorio Nacional Ciudadano, agregó que “si nosotros comparamos la tasa, es decir, la parte proporcional de víctimas respecto de carpetas de investigación que teníamos en el pasado, estamos un 50% arriba del sexenio pasado, y estamos un 65% arriba de hace dos sexenios”.
“Actualmente ya superamos los 115 homicidios por cada 100.000 habitantes, cuando en todo el sexenio de [el expresidente Felipe] Calderón (expresidente) fueron 90 homicidios por cada 100.000 habitantes y en todo el sexenio de [Enrique] Peña [Nieto] fueron 102”, detalló Rivas.
La investigadora Daira Arana opinó que este sexenio en particular no tuvo una política en materia de seguridad: “Tuvo un panfleto, tuvo un slogan, tuvo cosas mediáticas, una narrativa mediática muy contundente”, pero advirtió que los números oficiales no dan para hablar de resultados positivos.
“Lo que vivimos cotidianamente y lo que vemos en las noticias nos muestra que no estamos en un país en paz y creo que ese tema priorizaría yo, el tema de pacificar los hogares de este país”, afirmó al subrayar que hay altos índices de violencia contra las mujeres y las infancias.
“Los hogares son una fiel representación de lo que se vive en todo el país”, concluyó.
Por su parte, la experta en seguridad Ana María Salazar apuntó que cada inicio de sexenio se presenta una crisis en seguridad donde los índices se incrementan debido a que, en su opinión, “los incentivos para ser violento van a ser más, porque es una forma de que estos grupos criminales o estas organizaciones negocien con el nuevo gobierno”.
Dijo que la próxima persona que gobierne México deberá distinguir entre seguridad nacional y seguridad pública, y en base en ello definir su estrategia “en contra de las organizaciones más violentas que hay en el país versus las organizaciones que son más locales y podrían ser más responsabilidad del estado”.
Agregó que los programas sociales son insuficientes para combatir la inseguridad y destacó que es prioritario definir el futuro de los cuerpos policíacos.
“¿México necesita una policía civil?, absolutamente, la pregunta es cuándo y cómo lo vas a hacer y cómo usas esta estructura de la Guardia Nacional con todos los recursos que se le metieron para que pueda enfrentar a las organizaciones criminales más violentas”, concluyó.