(CNN) – La violencia mortal en la isla francesa de Nueva Caledonia estalló este miércoles por tercer día, con enfrentamientos armados entre manifestantes, milicias y policías, y edificios y automóviles incendiados en la capital del archipiélago del Pacífico Sur.
Al menos cuatro personas han muerto a tiros durante los disturbios, considerados los peores desde la década de 1980, y llevaron a las autoridades a imponer un toque de queda en la capital, Numea. También prohibió las reuniones públicas, el porte de armas y la venta de alcohol, y cerró el aeropuerto principal, habitualmente un concurrido eje turístico, al tráfico comercial.
La cifra de muertos ascendió este miércoles a cuatro, después de que un oficial de policía muriera como consecuencia de sus heridas, dijo el ministro del Interior de Francia, Gérald Darmanin.
Francia declaró este miércoles estado de emergencia. Un portavoz del Gobierno francés dijo que el presidente Emmanuel Macron “presentó durante la reunión del gabinete un decreto para establecer el estado de emergencia”. Esto se hizo para “hacer frente a las graves violaciones del orden público que se están produciendo”, añadió el portavoz.
El Ministerio del Interior de Francia dijo a CNN que 1.800 policías y gendarmes ya están presentes en Nueva Caledonia y 500 policías adicionales llegarán en las próximas horas.
El estado de emergencia en Nueva Caledonia significaría que durante al menos 12 días el Estado tendrá más poderes para restringir las libertades públicas e individuales. El portavoz del gobierno francés añadió que Francia también podrá imponer restricciones a la circulación, arrestos domiciliarios y registros.
La violencia es el último estallido de tensiones políticas que han estado latentes durante años y han enfrentado a las comunidades indígenas canacas de la isla, en gran medida partidarias de la independencia y que durante mucho tiempo han irritado al Gobierno de París, contra los habitantes franceses que se oponen a romper los lazos con su patria.
El Ejército francés se ha movilizado y envió en avión “cuatro escuadrones adicionales para restablecer el orden”, según el ministro del Interior francés, Gerald Darmanin.
Situada en el Pacífico Sur, con Australia, Fiji y Vanuatu como vecinos, Nueva Caledonia es un territorio francés semiautónomo, uno de una docena repartido por el Pacífico, el Caribe y el Océano Índico.
Las protestas comenzaron el lunes, impulsadas en su mayoría por jóvenes, en respuesta a la presentación de una votación a 17.000 kilómetros de distancia en el parlamento francés para proponer cambios a la constitución de Nueva Caledonia que otorgarían mayores derechos de voto a los residentes franceses que viven en las islas.
Los legisladores votaron abrumadoramente este martes a favor del cambio.
La medida agregaría miles de votantes adicionales a las listas electorales de Nueva Caledonia, que no se han actualizado desde finales de la década de 1990. Los grupos independentistas dicen que los cambios son un intento de Francia de consolidar su dominio sobre el archipiélago.
Macron pidió calma y envió una carta este miércoles a los líderes políticos de Nueva Caledonia instándolos a “condenar sin ambigüedades toda esta violencia” e invitando a los líderes pro y antiindependentistas a reunirse con él “cara a cara” en París.
Macron presidirá un consejo de defensa y seguridad nacional este miércoles, centrándose en la violencia, dijo el palacio presidencial.
La administración de Macron ha presionado para un giro hacia el Indo-Pacífico, enfatizando que Francia es una potencia del Pacífico, mientras China y Estados Unidos refuerzan su presencia en medio de una batalla por la influencia en la región estratégicamente importante. Nueva Caledonia está en el centro de ese plan.
La violencia
Tres personas –dos hombres y una mujer, todos indígenas canacas– han muerto a tiros en el curso de las violentas protestas y saqueos, según Charles Wea, portavoz de Louis Mapou, presidente del Gobierno de Nueva Caledonia.
Los manifestantes también prendieron fuego a edificios y automóviles en Numea, desafiando un toque de queda que se extendió hasta este jueves.
Gruesas columnas de humo negro cubrieron la capital este miércoles por la mañana, según muestra un video en las redes sociales. Las imágenes mostraban vehículos quemados, incendios en las calles y tiendas destrozadas y saqueadas.
“Algunos están equipados con rifles de caza con perdigones como munición. Otros estaban equipados con rifles más grandes y disparaban balas”, dijo el alto comisionado francés en Nueva Caledonia, Louis Le Franc.
Según Le Franc, más de 130 personas han sido detenidas y al menos 60 miembros del personal de seguridad han resultado heridos en los enfrentamientos entre grupos nacionalistas locales y las autoridades francesas.
Un residente de No}umea le contó a Radio New Zealand, afiliada de CNN, sobre compras de pánico que recuerdan al covid-19. “Muchos incendios, violencia… pero es mejor que me quede a salvo en casa. Hay mucha Policía y Ejército. Quiero que el Gobierno tome medidas por la paz”, dijo la persona a RNZ, pidiendo permanecer en el anonimato.
El voto
La Francia colonial tomó el control de Nueva Caledonia en 1853. Le siguió el asentamiento blanco y el pueblo indígena canaco fue durante mucho tiempo víctima de duras políticas de segregación. Muchos habitantes indígenas siguen viviendo con altos índices de pobreza y alto desempleo hasta el día de hoy.
La violencia estalló en la década de 1980 y finalmente allanó el camino hacia el Acuerdo de Numea en 1998, una promesa de Francia de dar mayor autonomía política a la comunidad canaca.
En los últimos años se celebraron múltiples referendos (en 2018, 2020 y 2021) como parte del acuerdo que ofrece a los votantes de Nueva Caledonia la opción de secesionarse de Francia. Cada referendo fue rechazado, pero el proceso se vio empañado por boicots de grupos independentistas y por el covid-19.
Los roles de los votantes estuvieron congelados desde el Acuerdo de Numea, asuto que el parlamento francés buscaba abordar en la votación que desató la violencia de esta semana.
Los legisladores franceses en París votaron 351 a 153 a favor de cambiar la constitución para “descongelar” las listas electorales del territorio, otorgando derechos a los residentes franceses que han estado en Nueva Caledonia durante 10 años.
Las listas fueron congeladas por el Gobierno francés para apaciguar a los nacionalistas canacos independentistas que creen que los recién llegados a la antigua colonia, incluidos los procedentes de Francia, diluyen el apoyo popular a la independencia.
Ambas cámaras del parlamento francés deben aprobar el cambio constitucional aprobado por la Asamblea Nacional.
El primer ministro de Francia, Gabriel Attal, dijo este martes que el Gobierno no convocaría una reunión del parlamento para votar la moción antes de conversar con los líderes canacos, incluida la importante alianza independentista Kanak y el Frente Socialista de Liberación Nacional (FLNKS).
“Invito a los líderes políticos de Nueva Caledonia a aprovechar esta oportunidad y venir a París para mantener conversaciones en las próximas semanas. Lo importante es la conciliación. El diálogo es importante. Se trata de encontrar una solución común, política y global”, dijo Attal en la Asamblea Nacional.
El FLNKS emitió su propia declaración este miércoles condenando la votación en la Asamblea Nacional y pidiendo el fin de la violencia.
“El FLNKS hace un llamamiento a los jóvenes involucrados en estas manifestaciones para que se apaciguen y garanticen la seguridad de la población y la propiedad”, se lee en el comunicado.