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Soldados ucranianos lanzan carga explosiva en Rusia con dron nocturno
04:18 - Fuente: CNN

(CNN) – Las águilas reales ya son una especie amenazada. Ahora, los científicos descubrieron que se enfrentan a otro peligro más: la guerra en Ucrania.

Según un estudio publicado este lunes en la revista Current Biology, las águilas se vieron expuestas a acontecimientos conflictivos mientras migraban por Ucrania, lo que las obligó a desviarse de su ruta de vuelo habitual.

Catalogadas como “vulnerables” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, las águilas reales han sido en gran parte erradicadas de Europa occidental y central, según el estudio.

Sin embargo, Polesia, una extensa región de humedales que limita con Polonia, Belarús, Ucrania y Rusia, sigue siendo un bastión para la especie.

El 1 de marzo de 2022, una semana después de que Rusia invadiera Ucrania, la primera de las 21 águilas moteadas mayores marcadas cruzó a Ucrania en su migración habitual, según investigadores del Reino Unido y Estonia.

“Cuando comenzó el conflicto, en febrero de 2022, estábamos viendo cómo se desarrollaban las cosas en las noticias, como todo el mundo, pero también sentados allí con la sensación de que sabíamos que nuestras aves estaban a punto de pasar por esa zona y nos preguntábamos qué podría significar eso para ellas”, dijo el martes a CNN el autor principal del estudio, Charlie Russell, un científico de la conservación y ornitólogo que estudia su doctorado en la Universidad de East Anglia del Reino Unido.

Utilizando datos sobre el conflicto y el seguimiento por GPS, los investigadores cuantificaron el impacto del conflicto en el comportamiento migratorio de 19 águilas que atravesaban Ucrania en dirección norte hacia las zonas de cría en el sur de Belarús, entre marzo y abril de 2022.

Los autores del estudio descubrieron que las águilas se desviaron significativamente de su ruta de vuelo habitual en comparación con las migraciones anteriores al conflicto entre 2019 y 2021, y que las águilas volaron más lejos y menos directamente a las zonas de cría.

Aunque los investigadores no disponían de pruebas de observación directa para determinar los estímulos a los que podían responder las aves, pensaron que el ruido y la luz de las actividades militares podrían haber afectado a su comportamiento.

Según los investigadores, las desviaciones eran mayores en las zonas donde la ruta de migración coincidía con más actividad militar, pero diferían para cada ave debido a las distintas exposiciones y respuestas al conflicto.

Debido a las mayores desviaciones, las aves tuvieron que viajar más lejos y sus migraciones también tardaron más en completarse.

Las hembras, por ejemplo, pasaron en promedio 246 horas viajando a las zonas de cría, en lugar de las 193 horas anteriores al conflicto, según el estudio.

Las águilas viajaron 85 kilómetros (53 millas) más lejos en promedio y, en un caso extremo, un ave voló 250 kilómetros (155 millas) más en comparación con años anteriores, dijo Russell.

Se observó que los machos viajaban más despacio, a una velocidad media de unos 7,66 metros (25 pies) por segundo, en lugar de la media anterior al conflicto de unos 9,75 metros (32 pies) por segundo.

Según el estudio, los investigadores no observaron diferencias en el rendimiento migratorio ni en los patrones de desviación fuera de Ucrania.

Las águilas moteadas europeas en Polesia migran a través de Ucrania para llegar al sur de Belarús. Aris Messinis/AFP/Getty Images.

Riesgo potencial para la reproducción

El otro hallazgo significativo fue que las aves hacían menos escalas que en años anteriores.

Según los investigadores, las escalas son lugares esenciales para que las águilas obtengan comida, agua, descansen y recarguen fuerzas, y se refugien del mal tiempo durante sus largos viajes.

Mientras que 18 ejemplares rastreados –el 90% de las águilas rastreadas– hicieron escala en Ucrania durante su migración entre 2018 y 2021, solo seis hicieron escala en 2022.

En los años anteriores al conflicto, 11 de las águilas utilizaron lugares de parada comunes en la Polesia ucraniana, pero estos lugares no se utilizaron en absoluto en 2022.

“La combinación de estas dos cosas, tener que volar siempre y gastar más energía, y la capacidad reducida de recuperar esa energía, es algo que creemos que habrá tenido costes de aptitud subletales, que podrían haberse trasladado al período de cría ese año”, añadió Russell.

Según el estudio, la reducción de la forma física y el retraso en el inicio de la reproducción debido al mayor tiempo dedicado a recuperarse del viaje podrían reducir el éxito reproductor, que ya es relativamente bajo en la población, así como afectar a la alimentación de los polluelos y a la fecha de emplume de las aves jóvenes.

“Creo que es muy importante comprender las diferentes tensiones a las que se enfrenta el medio ambiente como consecuencia de los conflictos, de modo que, en un entorno posconflicto, podamos apoyar mejor la recuperación no solo del águila moteada mayor, sino también de los ecosistemas en general”, dijo Russell.

“Sabemos muy poco sobre el impacto de los conflictos humanos en la vida salvaje, sobre todo cuando se trata de especies migratorias, por lo que este estudio cubre una importante laguna de conocimiento”, declaró el martes a CNN la profesora Nathalie Pettorelli, ecóloga aplicada e investigadora principal de la Sociedad Zoológica de Londres.

Pettorelli, quien no participó en el estudio, añadió que entender qué afecta a la supervivencia de las águilas es “clave” para garantizarles un futuro.

“En términos más generales, los conflictos humanos están aumentando en todo el mundo, lo que subraya la necesidad de más investigación sobre los impactos de los conflictos en la biodiversidad y, cuando sea posible, para el desarrollo de políticas de mitigación eficaces”, dijo Pettorelli.

Ucrania acusó a Rusia de “ecocidio” tras sufrir en julio una catástrofe medioambiental por el colapso de la presa de Kajovka, en el sur del país, que causó la muerte de más de 100 personas, así como la destrucción de tierras de cultivo y reservas naturales.

Russell afirmó que la guerra en Ucrania “está dando a conocer algunos de los problemas medioambientales causados por los conflictos”. Y no solo en Ucrania. Es algo que también ocurrirá en distinta medida en otras zonas de conflicto”.