Nota del editor: Noah Berlatsky es un escritor independiende de Chicago. Las opiniones expresadas en esta nota le pertenecen exclusivamente a su autor.
(CNN) – No soy especialmente malévolo ni intimidante, así que no esperaba ser el villano de la nueva película infantil de Pixar, “Inside Out 2”. Pero resulta que la antagonista de la película es la personificación de la Ansiedad (a la que pone voz Maya Hawke). Y aunque yo no diría que soy la personificación de la ansiedad, si miraras dentro de mi cabeza, en el tablero de control de mis emociones, la ansiedad estaría al mando más de lo que me gustaría admitir.
Muchas personas que viven con mucha ansiedad estarían de acuerdo en que la ansiedad no es muy divertida. Pero no creo que sea una emoción villana. Como tal, aprecio la forma en que “Inside Out 2” da a su antagonista ansiosa un corazón y algunas características positivas en medio de su temblor frenético.
Pero me estoy adelantando a los hechos (una de las cosas que pasan cuando tienes ansiedad). Así que, para retroceder un poco: la primera “Inside Out”, estrenada en 2015, nos presentó a Riley (con voz de Kaitlyn Dias), una niña de 11 años que acaba de mudarse de Minnesota a San Francisco. Las acciones de Riley están controladas por sus cinco emociones: Alegría, Miedo, Ira, Asco y Tristeza. Alegría (Amy Poehler) tiene casi todo bajo control, pero a lo largo de la película aprende que no se puede ser feliz todo el tiempo: Tristeza (Phyllis Smith) también desempeña un papel importante en la vida de Riley.
En “Inside Out 2”, Riley (Kensington Tallman) tiene ahora 13 años y, con la llegada de la pubertad, experimenta una nueva serie de emociones incómodas: hastío, vergüenza, envidia, nostalgia y, por supuesto, ansiedad. El nuevo grupo envía las viejas emociones de Riley al fondo de su mente y luego trata de guiar a Riley a través del campamento de hockey en la antesala del primer año. Los resultados son, como la adolescencia misma, un desastre.
A pesar de la insistencia de mi mujer, no he ido al médico por mi ansiedad y, por lo tanto, no tengo un diagnóstico oficial. Sin embargo, muchas de las experiencias de Riley con la ansiedad me resultan familiares.
Entre las cosas que me resultan familiares está el hecho de que la ansiedad no es del todo mala. La directora Kelsey Mann y los guionistas Meg LeFauve y Dave Holstein entienden que la ansiedad puede cumplir una función útil, ya que parte de su papel consiste en imaginar contratiempos y planificar posibles formas de superarlos. Como escritor independiente, sin un jefe que me marque el horario, la ansiedad me mantiene en contacto con nuevos editores para asegurarme de que tengo suficiente trabajo y comprobando neuróticamente mi calendario para asegurarme de que cumplo los plazos. (Este artículo se entregó a tiempo. ¡Gracias, ansiedad!)
Lo malo es cuando no puedes apagar la ansiedad y acabas saltando de la cama a las 3 de la mañana para comprobar que no se te ha olvidado enviar un correo electrónico… y entonces, mientras estás despierto, podrías escribir la redacción que tienes que entregar al día siguiente… y quizá empezar esa otra composición… y entonces son las 9 de la mañana y no has dormido y tu mujer te pregunta si estás muy, muy seguro de que no quieres hablar con el médico sobre los ansiolíticos.
Siguiendo esta línea (aunque sin los comentarios conyugales), Riley se imagina a sí misma fracasando estrepitosamente en el hockey en una serie de escenarios. Entonces se levanta a una hora intempestiva para practicar sobre el hielo porque la ansiedad, grande, dentuda y con la boca naranja, rebota en su cabeza como un huracán de color zanahoria.
Pero la ansiedad no es lo único que impide dormir a Riley. La ansiedad es el antagonista de ” Inside Out 2 ” porque separa a Riley de su yo más profundo. Antes de la llegada de la ansiedad, Riley era segura de sí misma, amable, devota de sus amigos y, en general, una buena persona.
Pero la ansiedad cambia todo eso. De repente, Riley está llena de dudas sobre sí misma y pierde sus principales imperativos morales. Da la espalda a sus amigos para integrarse en el grupo de los populares. Ya no se siente bien consigo misma, no sabe quién es. Eso la hace impredecible, desagradable e incluso, hasta cierto punto, peligrosa. “Inside Out 2” es una película amable, por lo que nadie resulta herido de gravedad, pero hay indicios de que la ansiedad de Riley hace que pierda el control sobre sí misma en el hielo de formas que podrían herir a otros.
De hecho, los psicólogos han encontrado vínculos entre la ansiedad y la agresividad en los adolescentes. Aunque yo (para bien o para mal) ya no soy adolescente, sé que cuando estoy muy ansioso puedo ponerme nervioso (no siempre es divertido estar cerca de mí cuando conduzco). Cuando el estrés te tensa, puedes tirar de la goma elástica en cualquier dirección y golpear a cualquier persona. No es lo ideal.
Al mismo tiempo, la ansiedad y la agresividad no siempre van unidas. Al menos en mi experiencia, la ansiedad suele ser una forma de atención. Cuando estoy ansioso, a menudo es porque me preocupo por mis seres queridos. Como la mayoría de los padres saben, nada te pone tan ansioso como una amenaza para tu hijo.
Riley no es madre. Pero sus emociones son otra historia. Son partes de ella. Pero también son parte de sus cuidadores. Alegría, especialmente, es una figura materna, y expresa esa maternidad a través de lo que se parece mucho a la ansiedad: se preocupa cada vez que Riley forma recuerdos infelices, y trata de animarla a olvidarlos y reprimirlos. La película deja claro que ésta no es la estrategia ideal para sobrellevar la situación.
La ansiedad impide que Riley dé lo mejor de sí misma. Pero, al mismo tiempo (y este es el aspecto en el que la ansiedad no es un villano), Ansiedad realmente se preocupa por Riley, al igual que los padres ansiosos se preocupan por sus hijos. Y su tal vez obsesiva atención e inversión le da algunas percepciones que Alegría no tiene. Preocuparse por las peores consecuencias puede ayudarte a evitar algunas de ellas. A veces es necesario convivir con el miedo, la miseria y el odio a uno mismo para no estar completamente desprevenido cuando aparecen de forma inesperada, como casi seguro que ocurrirá.
Yo no diría que adoro mi ansiedad; preferiría no haber tenido un pequeño ataque de nervios mientras escribía esto, por ejemplo, aunque sólo fuera porque me habría gustado irme a la cama antes. En el otro lado de la consola de las emociones, sin embargo, siento que la ansiedad también me mantuvo escribiendo hasta el final.
Del mismo modo, Riley supera su ansiedad y acepta que forma parte de ella. Está ansiosa, pero no ansiosa por sentirse ansiosa. A veces eso es lo mejor que se puede hacer con un mal presentimiento. Y a veces, en su lugar, el mal presentimiento no es tan malo después de todo.