(CNN) –El juicio del periodista estadounidense detenido Evan Gershkovich, el primer periodista estadounidense detenido por espionaje en Rusia desde la Guerra Fría, continuará el 13 de agosto, según informan funcionarios del tribunal a TASS, la agencia de noticias estatal rusa.
El juicio comenzó este miércoles por la mañana en una audiencia a puerta cerrada que ha sido condenada por su periódico y por Estados Unidos.
Gershkovich, de 32 años, fue detenido mientras informaba para The Wall Street Journal, al que se incorporó en enero de 2022, pocas semanas antes de que Rusia lanzara su invasión a gran escala de Ucrania. Mientras muchas redacciones sacaban a sus reporteros de Rusia, Gershkovich se quedó, cubriendo la guerra y cómo estaba cambiando la vida en Rusia.
El juicio se celebra en la ciudad de Ekaterimburgo, donde fue detenido hace más de un año y acusado de espiar para la CIA. Este miércoles por la mañana, unas imágenes mostraron a Gershkovich dentro de una jaula de cristal, con la cabeza afeitada, antes del juicio que comenzará de forma inminente a puerta cerrada.
Gershkovich, el gobierno de Estados Unidos y el WSJ han negado vehementemente los cargos que se le imputan. A las dos semanas de su detención, en marzo de 2023, el Departamento de Estado de Estados Unidos lo calificó de detenido injustamente y pidió su liberación inmediata.
El juicio de Gershkovich, que nació en Estados Unidos y es hijo de emigrantes soviéticos, ha puesto de relieve hasta qué punto la invasión rusa de Ucrania ha dañado las relaciones entre Moscú y Washington.
Su audiencia comenzó a las 11:00 a.m. hora local (2:00 a.m. hora de Miami) a puerta cerrada en el Tribunal Regional de Sverdlovsk en Ekaterimburgo. En su acusación, los fiscales rusos afirmaron que “siguiendo instrucciones de la CIA” y “utilizando meticulosos métodos conspirativos”, Gershkovich “estaba recopilando información secreta” sobre una fábrica de tanques rusa.
Durante el juicio, que se prevé que dure meses, no se permitirá la entrada en la sala a periodistas, amigos, familiares o personal de la embajada de Estados Unidos. Si es declarado culpable, se enfrenta a una pena de hasta 20 años de prisión.
Antes del juicio, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, declaró que Estados Unidos “ciertamente” no espera que Gershkovich tenga “un juicio libre y justo, dado que se trata de cargos que nunca deberían haberse presentado en primer lugar”.
Miller dijo que personal de la embajada estaba viajando a Ekaterimburgo, a más de 1.200 kilómetros de Moscú, e intentaría asistir al juicio.
Desde su detención, Gershkovich ha estado recluido en la tristemente célebre prisión moscovita de Lefortovo, pasando casi todas las horas del día en una pequeña celda, ya que su periodo de detención preventiva se prorrogó varias veces. Ha pasado el tiempo escribiendo cartas a sus amigos y familiares, dijeron sus padres, Ella Milman y Mikhail Gershkovich, en una entrevista reciente con The WSJ.
“Se las arregla lo mejor que puede, en un espacio minúsculo, una hora caminando al aire libre: seis pasos, seis pasos, seis pasos”, dijo Milman, dibujando un pequeño patio con el dedo. “Ha estado haciendo ejercicio, meditando, leyendo mucho, contestando cartas. Sus conocimientos de la lengua y la cultura rusas le ayudaron a adaptarse a la situación”.
En una carta a los lectores de The WSJ, su familia dijo que el último año ha sido “inimaginable”.
“Ha sido como contener la respiración. Hemos vivido con un dolor constante en el corazón pensando en Evan cada momento de cada día”, escribió la familia.
Peones políticos
Después de que los fiscales rusos aprobaran la acusación de Gershkovich a principios de este mes, la redactora jefe de The Wall Street Journal, Emma Tucker, dijo que se enfrentaba a una acusación “falsa y sin fundamento”.
“El último paso de Rusia hacia un juicio farsa es, aunque esperado, profundamente decepcionante y no por ello menos indignante. Evan ha pasado 441 días detenido injustamente en una prisión rusa simplemente por hacer su trabajo. Evan es periodista. La difamación de Evan por parte del régimen ruso es repugnante, repugnante y se basa en mentiras calculadas y transparentes. El periodismo no es un delito. El caso de Evan es un ataque a la libertad de prensa”, afirmó Tucker en un comunicado.
En su discurso sobre el Estado de la Unión de marzo —con los padres de Gershkovich entre el público—, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó que su administración estaba trabajando “sin descanso para traer a casa a Evan” y a otros “estadounidenses detenidos injustamente en todo el mundo”.
El número de estadounidenses detenidos en Rusia ha aumentado en los últimos años. Paul Whelan, ex infante de marina de Estados Unidos, fue detenido en Moscú en diciembre de 2018 y condenado a 16 años de prisión en 2020 por cargos de espionaje, que ha negado sistemática y vehementemente. El Departamento de Estado de Estados Unidos también lo ha declarado detenido injustamente.
Después de marcar otro hito sombrío la semana pasada, superando los 2.000 días bajo custodia rusa, Whelan dijo a CNN que ha pasado “una cantidad increíble de tiempo” detenido “por un crimen que nunca ocurrió”, mientras instaba a la administración de Biden a tomar “medidas decisivas” para traerlo a él y a Gershkovich a casa.
Brittney Griner —estrella del baloncesto que solía jugar en Rusia durante la temporada baja de la WNBA— fue detenida en Rusia y condenada a nueve años de prisión después de que las autoridades encontraran aceite de cannabis en su equipaje.
Tras pasar casi 300 días entre rejas, Griner fue liberada en un canje de prisioneros por el traficante de armas ruso Viktor Bout, apodado por sus acusadores el “Mercader de la Muerte”. El exmilitar soviético cumplía una condena de 25 años en Estados Unidos acusado de conspirar para asesinar a estadounidenses, adquirir y exportar misiles antiaéreos y proporcionar apoyo material a una organización terrorista, cargos que él y el Kremlin negaban.
Funcionarios y analistas occidentales han acusado a Rusia de utilizar a los estadounidenses encarcelados como peones políticos. En relación con el caso de Ksenia Karelina —con doble nacionalidad ruso-estadounidense que también está siendo juzgada en Ekaterimburgo tras ser acusada de donar 51 dólares a una organización benéfica ucraniana—, el periodista de investigación ruso Andrei Soldatov declaró a la CNN que Rusia pretende “crear un banco de rehenes con pasaportes estadounidenses”, que Moscú pueda utilizar “como palanca” en cualquier negociación con Washington.
En una entrevista con el experto derechista estadounidense Tucker Carlson, el presidente ruso Vladimir Putin sugirió que el Kremlin podría estar dispuesto a liberar a Gershkovich a cambio de Vadim Krasikov, un excoronel de la organización de espionaje interno de Rusia que fue condenado por asesinar a un excombatiente checheno a plena luz del día en Berlín en 2019.
“Escuchen, les diré: sentado en un país, un país aliado de Estados Unidos, está un hombre que, por razones patrióticas, eliminó a un bandido en una de las capitales europeas”, dijo Putin.
Cuando el WSJ le preguntó si sentía que su hijo estaba siendo utilizado como peón político, la madre de Gershkovich, Ella Milman, dijo que “definitivamente”.
Su marido, Mikhail, agregó: “Sabemos que es inocente de lo que se le acusa. Es periodista”.