(CNN) – La ciudad del amor tiene un mensaje mientras se prepara para los Juegos Olímpicos: el rendimiento no es siempre la prioridad. Cuando se trata de sexo, el placer es lo primero.
Cuando París empiece a recibir a los atletas en la Villa Olímpica en los próximos días, los organizadores de los Juegos de 2024 se disponen a lanzar una campaña integral de salud sexual que defiende el placer y el consentimiento, además del énfasis tradicional en la seguridad.
Se trata de un mensaje importante, respaldado por la investigación, que rara vez se apoya en un escenario con un foco de atención mundial tan influyente como los Juegos Olímpicos.
Dar prioridad al placer en la salud sexual significa celebrar los beneficios físicos y mentales de las experiencias sexuales y minimizar los riesgos. Su objetivo es reescribir las narrativas del miedo y la vergüenza que presentan el sexo como un tabú, y las organizaciones de salud sexual promueven el método sexo-positivo como fundamental para desbloquear una mayor agencia sobre los derechos sexuales y el bienestar.
Una revisión sistemática realizada por la Organización Mundial de la Salud y el grupo de defensa The Pleasure Project concluyó que la educación sexual que incluye el placer es una estrategia de intervención en salud sexual más eficaz que los programas de abstinencia y los mensajes centrados en el riesgo. Los resultados muestran que aumenta el uso del preservativo y mejora el conocimiento y la autoestima, que son cruciales para promover elecciones más seguras en el dormitorio.
La decisión de centrarse en mensajes que incluyan el placer en las Olimpiadas es especialmente significativa en un momento en que la educación sexual es cada vez más atacada en muchos países. Solo en Estados Unidos, en 2024 se produjo un aumento de las propuestas restrictivas de educación sexual a nivel estatal que pretenden limitar lo que se puede enseñar en las aulas, por ejemplo eliminando la orientación sobre anticoncepción o abogando por la abstinencia.
Historia de la educación sexual en los Juegos Olímpicos
El enfoque de París en el placer y el consentimiento forma parte de la larga historia de los Juegos Olímpicos en la promoción del sexo seguro. Los organizadores de los Juegos de Seúl de 1988 fueron los primeros en repartir preservativos a los competidores para concienciar sobre el VIH y el sida.
Desde entonces, el Comité Olímpico Internacional animó a las ciudades anfitrionas a poner en marcha iniciativas de distribución de preservativos en todos los juegos de verano y de invierno, desde la cifra récord de 450.000 preservativos en los Juegos Olímpicos de Río 2016 -equivalente a 42 por atleta- hasta el mantenimiento de la tradición en los Juegos Olímpicos de Beijing 2022 a pesar de las normas de distanciamiento social COVID-19.
Este año, los organizadores encargados de los primeros auxilios anunciaron que más de 200.000 preservativos masculinos, 20.000 preservativos femeninos y 10.000 protectores dentales estarían disponibles en la Villa Olímpica de París, que acogerá a unos 14.500 atletas. Además de los mensajes de concienciación sobre la salud sexual, también habrá numerosos centros de pruebas de salud sexual para los atletas.
Mientras que un atleta -medallista de oro- sugirió en una ocasión que el sexo formaba “parte del espíritu olímpico… ¿Por qué crees que regalan tantos condones?”, el ingente número de preservativos distribuidos no es solo un reflejo de las actividades extraatléticas de los competidores. Al contrario, las iniciativas pretenden servir de trampolín para la educación sexual.
Anne Philpott es la fundadora de The Pleasure Project, una organización internacional que lleva dos décadas abogando por una educación sexual que incluya el placer. Philpott aplaude la decisión de París de combinar su iniciativa sobre el preservativo con mensajes sobre el placer y el consentimiento.
“Hasta ahora, el mundo de la salud pública no hizo un buen trabajo de promoción del sexo seguro”, afirma Philpott, y explica que promover el preservativo “únicamente para evitar consecuencias negativas” no es eficaz.
En su opinión, la forma más productiva de fomentar el sexo seguro es dar la vuelta al guión desde el principio, centrándose en las razones por las que la gente practica sexo.
“La gente piensa que el placer es algo frívolo o la guinda del pastel. Pero ahora sabemos que si hubiéramos integrado las consideraciones de placer en las intervenciones de salud sexual desde el principio de la epidemia de sida, habríamos salvado muchas más vidas”, explicó Philpott.
Philpott declaró a CNN que la necesidad de cambiar la narrativa en las conversaciones sobre sexo seguro es más urgente que nunca. En su opinión, si no se hace así, la gente podría forjar sus opiniones a partir de la desinformación y los contenidos explícitos nocivos que proliferan en Internet.
“Hubo un gran aumento de la asfixia, que se ve como una parte normal de la actividad sexual, cuando en realidad es muy peligrosa”, puso como ejemplo Philpott, al instar a los planes de estudios de educación sexual a ponerse al día con lo que la gente puede acceder en línea.
Convertir el deporte en un aula de educación sexual
La necesidad de aprender sobre los propios deseos, necesidades y límites sexuales es un proceso en constante evolución, y el hecho de que los Juegos Olímpicos se centren en el sexo seguro también pone de relieve la oportunidad de que las comunidades deportivas en general se conviertan en espacios de confianza para este tipo de conversaciones.
En la ciudad costera de Kilifi, en Kenia, Deogratia Okoko ve el valor de ampliar la educación sexual más allá de las aulas, utilizando el fútbol para enseñar a los chicos jóvenes cuestiones como el consentimiento y la anticoncepción. El proyecto al que contribuye, conocido como “Moving The Goalposts”, trabaja directamente con líderes comunitarios, padres y chicos jóvenes para proporcionarles recursos sobre salud sexual, derechos sexuales, género y masculinidad positiva.
“Descubrimos que uno de los lugares donde pasan gran parte de su tiempo es el campo de fútbol”, explica Okoko.
“Empezamos a diseñar nuestras sesiones basándonos en ejercicios de fútbol para explicar ciertas cuestiones”, dijo Okoko, y añadió: “A veces se enfrascan tanto en los debates que se olvidan de que en realidad tenían que entrenar y jugar”.
“Ya no se trata solo de jugar al fútbol, entrenar y marcharse… estos espacios son ahora una comunidad que utilizan para hablar de temas de los que normalmente no hablarían”, explicó Okoko.
“Una de las cosas que realmente me quedó clara fue cómo el uso de esta estrategia ayudó en la salud mental”, dijo Okoko a la CNN. “Sienten que pueden hablar de cualquier cosa, si hay un problema por el que están pasando, vienen al campo”.
Reflexionando sobre la decisión de los organizadores de París de incluir el placer y el consentimiento en sus mensajes sobre salud sexual, Okoko afirma que es “imperativo” que las plataformas de alto nivel den ejemplo.
“Es fundamental. Es importante. Es bueno que, en la medida de nuestras posibilidades, encontremos grandes formas de transmitir ese mensaje”, afirmó Okoko.