(CNN) – Cuando el expresidente Donald Trump subió al escenario en el mitin del fin de semana pasado en Pensilvania entre ovaciones atronadoras, los miembros de la campaña presentes esperaban escuchar un discurso típico.
Lo que no sabían: los agentes del orden público habían detectado a una persona sospechosa en la manifestación casi una hora antes y habían estado tratando de encontrarlo.
Apenas minutos después de que Trump comenzara a hablar, esa misma persona sospechosa –Thomas Matthew Crooks, de 20 años– abrió fuego contra el expresidente, y estuvo a centímetros de matarlo.
A los miembros del equipo de Trump no se les informó que las fuerzas del orden público estaban tratando de localizar a Crooks en los minutos antes de que subiera al escenario, y no hubo ninguna conversación sobre si Trump debería haber retrasado su entrada, dijeron a CNN fuentes que estaban en el mitin con el expresidente.
Eso es a pesar del hecho de que la Policía local había visto a Crooks varias veces con un telémetro, un dispositivo de caza similar a un par de binoculares que calcula la distancia, y había hecho circular una foto de él que habían tomado.
“Nunca hubiéramos dejado que saliese al escenario si hubiésemos pensado que había una amenaza para él”, le dijo a CNN una fuente que estaba con Trump.
Más allá de la inminente pregunta de por qué Crooks intentó matar a Trump, el Servicio Secreto enfrenta un creciente escrutinio sobre sus preparativos de seguridad y respuesta en el mitin. Se cuestiona, por ejemplo, por qué a Trump se le permitió subir al escenario en primer lugar, y si se les comunicó a los agentes que lo rodeaban que la gente en la multitud había visto al atacante en un techo cercano al menos dos minutos antes del tiroteo.
Informantes del Servicio Secreto y del FBI les dijeron a los miembros del Congreso el miércoles que las fuerzas del orden público intentaron de localizar a Crooks durante al menos 19 minutos antes de que disparara, pero no lo encontraron nuevamente hasta que lo vieron trepando al techo fuera del perímetro de seguridad, según los miembros que estaban en la sesión informativa.
Trump, que llegó al mitin con una hora de retraso, hizo su rutina habitual de tomarse fotos entre bastidores y mezclarse con una multitud de personalidades importantes antes de caminar por el centro de mando en la carpa que conducía al escenario, dijo una segunda fuente que estaba con Trump. Agregaron que no hubo demora entre “las fotos”, como las llama la campaña, y su ascenso al podio a las 6:02 pm hora local.
Una fuente del Servicio Secreto familiarizada con el incidente le dijo a CNN que Crooks había sido “considerado una persona sospechosa, pero eso no significa necesariamente que hubiera algún indicio de que fuera una amenaza inmediata” o que tuviera un arma hasta justo antes del tiroteo.
No es raro que haya personas sospechosas en eventos como los mitines de Trump; incluso ese sábado, “un tipo intentó entrar con una cabra” y una mujer apareció “montando a caballo con una bandera gigante de Trump”, y ambos también fueron considerados sospechosos, dijo la fuente del Servicio Secreto.
Cuatro exagentes del Servicio Secreto que hablaron con CNN dijeron que el hecho de que se informara de una persona sospechosa no necesariamente debería haber motivado una llamada para impedir que Trump subiera al escenario, pero dijeron que las fallas de comunicación entre las distintas agencias de seguridad presentes en el mitin probablemente contribuyeron a la falla de seguridad que casi resulta en la muerte de Trump.
Joe Funk, un exagente del Servicio Secreto que sirvió durante más de 20 años, dijo que la aparición de personas sospechosas en eventos presidenciales es “algo muy común” y que “realmente casi nunca frenamos al presidente”.
Pero cuestionó por qué el techo al que subió Crooks no estaba asegurado antes del mitin y por qué los informes de que estaba allí no llevaron a una acción más inmediata para proteger a Trump. Los videos muestran que los espectadores notaron a Crooks en el techo e intentaron señalarlo a la Policía al menos dos minutos antes de que disparara, pero la Policía no respondió a tiempo.
Tom Knights, el administrador de la municipalidad local de Butler, dijo en un comunicado el miércoles que un agente se había subido al techo y vio a Crooks, pero se tiró al suelo después de que el atacante le apuntara. La Policía de la municipalidad “comunicó de inmediato la ubicación del individuo y que estaba en posesión de un arma”, dijo Knights, pero Crooks comenzó a disparar “momentos” después.
“Si ves a un tipo con un arma, alguien tiene que avisar al Servicio Secreto y el Servicio Secreto tiene que reaccionar inmediatamente”, dijo Funk. Si se hubiera informado por radio que la Policía estaba investigando un informe sobre un hombre con un arma, “eso podría haber dado a ese equipo del Servicio Secreto un par de segundos, 10, 15, 20 segundos, para sacar al presidente. Ya ha sucedido antes”.
Jonathan Wackrow, exagente del Servicio Secreto y analista de seguridad de CNN, coincidió en que la seguridad del mitin tuvo “múltiples puntos de falla” en las comunicaciones y la coordinación.
Cuando Crooks se acercó inicialmente a un puesto de control de seguridad con un telémetro (algo que según le dijeron a CNN fuentes policiales ocurrió aproximadamente una hora antes del tiroteo), debería haber sido “una gran señal de alerta”, dijo Wackrow. “El Servicio Secreto debería haberse puesto en contacto con el sospechoso en ese mismo momento con uno de sus equipos de inteligencia de protección para realizar una entrevista de campo”.
Más tarde, dijo Wackrow, debería haber habido más seguridad en el edificio que podría haber visto a Crooks mientras subía al edificio cercano y se sentaba en el techo.
“¿Por qué ese mensaje no llegó al Servicio Secreto o no se enviaron recursos adicionales para que se desplegaran los efectivos?”, preguntó Wackrow. “Bastaría con que una persona hubiera distraído al tirador para evitar que se produjera el ataque”.
Los asesores y la familia de Trump elogiaron a su equipo personal del Servicio Secreto, algunos de los cuales han estado con el expresidente desde que estaba en la Casa Blanca, aunque siguen criticando a la agencia y su respuesta.
En un evento organizado por CNN y Politico en la Convención Nacional Republicana en Milwaukee este jueves, el principal asesor de Trump, Chris LaCivita, acusó a la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, de eludir las preguntas de los legisladores. Cuando le preguntaron si debería renunciar, respondió: “Sí, sí, cien por ciento”.
Eric Trump, hijo del expresidente, le dijo a CNN el martes que los agentes del Servicio Secreto “en ese escenario lo adoran. Recibirían una bala por él y lo demostraron”.
Pero en términos más generales, dijo, el Servicio Secreto “permitió que alguien con un arma se acercara a 130 yardas (aproximadamente 120 metros) del expresidente de Estados Unidos y muy probablemente del futuro presidente de Estados Unidos, y tiene que haber rendición de cuentas por eso”.
Ésta es una evaluación con la que coinciden varios exempleados de la agencia.
El exagente del Servicio Secreto Robert McDonald, quien cuestionó cómo la vigilancia policial pudo haberle “permitido subirse a ese tejado”, dijo que el incidente podría conducir a cambios en los procedimientos operativos de la agencia.
“El Servicio Secreto debería haber mirado dentro de sí mismo para desarrollar las respuestas a las preguntas de qué sucedió aquí, por qué sucedió, cómo sucedió y, lo que es más importante, cómo podemos evitar que esto vuelva a suceder”, dijo.
El inspector general del Departamento de Seguridad Nacional abrió una investigación sobre el tiroteo y se espera que los líderes del Servicio Secreto testifiquen ante el Congreso la próxima semana.
– Zachary Cohen, Allison Gordon, Holmes Lybrand y Sean Lyngaas de CNN contribuyeron con este informe.