(CNN) – Unos 20 minutos antes de la medianoche de este jueves, un avión que transportaba a tres ciudadanos estadounidenses liberados de la detención rusa aterrizó en suelo norteamericano, en un momento histórico y emotivo después de un esfuerzo de varios años en varios países que implicó reuniones secretas y complejas negociaciones.
El reportero de The Wall Street Journal, Evan Gershkovich, el ex infante de Marina estadounidense Paul Whelan y la periodista ruso-estadounidense, Alsu Kurmasheva, fueron recibidos con lágrimas y abrazos por sus alegres familias en la Base Conjunta Andrews de Maryland, y por el presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris que también se encontraban en la pista para darles la bienvenida.
Su regreso se produce tras el mayor intercambio de prisioneros entre Rusia y Occidente desde la Guerra Fría, y el Gobierno de Biden destacó la importancia de las alianzas y la diplomacia para garantizar el acuerdo.
Esto es lo que debe saber sobre el intercambio:
Intercambio histórico de prisioneros: los tres se encontraban entre las dos docenas de detenidos liberados este jueves. Ocho personas fueron devueltas a Rusia a cambio de la liberación de otras 16 que permanecían detenidas allí. Entre los liberados se encontraba Vladimir Kara-Murza, destacado crítico de Putin y residente permanente en Estados Unidos.
Alivio, alegría y un saludo: Whelan, que fue el primero en salir del avión, saludó antes de estrechar la mano de Biden y Harris, seguido de Gershkovich, que abrazó a ambos líderes antes de abrazar a sus extasiados padres. Kurmasheva corrió a los brazos de su marido y sus hijas. Biden se quitó el alfiler de solapa y lo colocó en la camisa de Whelan.
Los tres estadounidenses: Whelan, de 54 años, había pasado casi seis años en prisiones rusas tras su detención en Moscú. Fue condenado en 2020 a 16 años de prisión por cargos de espionaje que él y el Gobierno estadounidense niegan. Gershkovich, de 32 años, llevaba más de un año detenido y el mes pasado fue condenado a 16 años de prisión por espionaje tras un juicio que el Gobierno estadounidense, el WSJ y sus partidarios denunciaron como una farsa. Kurmasheva, de 47 años, fue condenada a seis años y medio de prisión tras ser declarada culpable de difundir información falsa sobre el Ejército ruso.
Biden saluda las alianzas: en declaraciones a los periodistas en la pista de aterrizaje, Biden destacó sus relaciones con los jefes de Estado, que contribuyeron a las complejas negociaciones del canje, y anunció sus propios esfuerzos por reconstruir alianzas. Harris vinculó el acuerdo y los esfuerzos diplomáticos de la administración Biden a las elecciones de noviembre, diciendo a los periodistas que el momento es un recordatorio de lo que está en juego.
Pero esta vez, la CIA tenía algo nuevo que ofrecer: Vadim Krasikov, un asesino ruso que había sido condenado por ejecutar a un hombre a plena luz del día en Berlín y estaba cumpliendo cadena perpetua en una prisión alemana.
La propuesta que la CIA ofreció a los rusos ese día fue la culminación de meses de trabajo por parte de funcionarios estadounidenses para convencer a los alemanes de que liberaran a Krasikov, a quien se considera que tiene estrechos vínculos con el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Los funcionarios rusos llevaron la propuesta a Moscú. A principios de julio, en una llamada telefónica con el director de la CIA, Bill Burns, la parte rusa indicó a los estadounidenses que estaban de acuerdo con el acuerdo en principio, pero que todavía había que concretar los detalles. Luego, el 17 de julio, Moscú aceptó los términos al transmitir su respuesta a la CIA, preparando el escenario para el mayor intercambio de prisioneros entre Estados Unidos y Rusia desde la Guerra Fría, en el que participaron 24 prisioneros y siete países, entre ellos Estados Unidos, Rusia, Belarús y Alemania.
Putin consiguió lo que quería, según un analista
El mundo acaba de ser testigo del mayor intercambio de prisioneros entre Rusia y Occidente desde la Guerra Fría.
Años de complicadas negociaciones entre bastidores condujeron finalmente a un intercambio de prisioneros que satisfizo la demanda clave de Moscú: liberar al asesino ruso convicto Vadim Krasikov y a otros criminales.
Tom Nichols, redactor de The Atlantic y profesor jubilado de la Escuela de Guerra Naval de Estados Unidos, sostiene que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, quería enviar un mensaje a quienes le obedecen en todo el mundo: que los rescataría si los atrapan y que son valiosos para él.
El Gobierno de Putin toma “seres humanos y los pone en una balanza como trozos de carne, hasta que consiguen el tipo de trato que quieren”, dijo Nichols a Laura Coates de CNN.
Nichols añadió que el Kremlin envió una dura advertencia a los occidentales de que quienes pisan Rusia pueden convertirse en la próxima moneda de cambio para otro acuerdo.
El canje, dijo Nichols, demostró el valor de las alianzas diplomáticas de Estados Unidos en situaciones difíciles.
“¿Cómo no sentirse orgulloso de ser estadounidense en un momento así?”, añadió Nichols.
“El Gobierno de Estados Unidos sacó a estas personas porque son ciudadanos. Son personas inocentes. Son nuestros hijos e hijas, nuestros maridos y esposas, nuestros conciudadanos”.
–Kathleen Magramo, Jennifer Hansler, Kylie Atwood, Alex Marquardt y MJ Lee contribuyeron a este reporte.