Nueva York (CNN) – Un importante grupo de la industria publicitaria está cerrando, días después de que X, propiedad de Elon Musk, presentara una demanda que afirmaba que el grupo conspiró ilegalmente para boicotear la publicidad en su plataforma.
“GARM es una pequeña iniciativa sin fines de lucro, y las recientes acusaciones que desafortunadamente malinterpretan su propósito y actividades han causado una distracción y agotado significativamente sus recursos y finanzas”, dijo el grupo en un comunicado el viernes. “Por ello, GARM toma la difícil decisión de interrumpir sus actividades”.
El grupo, Global Alliance for Responsible Media, también conocido como GARM, es una iniciativa voluntaria de la industria publicitaria dirigida por la Federación Mundial de Anunciantes que pretende ayudar a las marcas a evitar que sus anuncios aparezcan junto a contenidos ilegales o perjudiciales. GARM confirmó que sigue planeando defenderse ante los tribunales.
El fin de GARM supone una victoria temporal para Musk y la CEO de X, Linda Yaccarino, aunque un juez aún no ha dictado sentencia.
“Ningún grupo pequeño debería poder monopolizar lo que se monetiza. Este es un reconocimiento importante y un paso necesario en la dirección correcta. Tengo la esperanza de que signifique que se avecina una reforma de todo el ecosistema”, publicó Yaccarino en X el jueves.
Sin embargo, la demanda podría alejar aún más a los anunciantes de X, según escribieron el jueves en un artículo de opinión Nandini Jammi y Claire Atkin, fundadoras del grupo de vigilancia Check My Ads Institute. “Todo el mundo puede ver que la publicidad en X es una relación comercial traicionera para los anunciantes”, afirmaron.
La demanda afirma que GARM se organizó “para retener colectivamente miles de millones de dólares en publicidad de Twitter” porque al grupo le preocupaba que la plataforma se hubiera desviado de las normas de seguridad de la marca tras la adquisición de Musk a finales de 2022.
GARM cuenta con más de 100 miembros. Cuatro de esos miembros -CVS, Unilever, Mars y la compañía energética danesa Ørsted- fueron nombrados demandados en la demanda presentada en un tribunal federal de Texas el martes.
GARM se creó en 2019 tras el tiroteo de la mezquita de Christchurch, Nueva Zelandia, en el que el atacante transmitió en directo el tiroteo en Facebook. Después de eso, las marcas se enfrentaron a problemas en los que sus anuncios se colocaban junto a contenido ilegal o dañino, dijo el grupo en un comunicado. GARM dijo que su grupo redujo tales anuncios del 6,1% en 2020 al 1,7% en 2023.
Las marcas plantearon preocupaciones similares cuando Musk adquirió X en 2022, hundiendo el negocio publicitario principal de la plataforma. Muchas marcas han retirado su gasto por temor a que sus anuncios se publiquen junto a información errónea o discursos de odio, que el propio Musk ha promovido ocasionalmente. La demanda también continúa la costumbre de Musk de enemistarse con los anunciantes de cuyo dinero depende; el año pasado, dijo a las marcas que habían abandonado la plataforma “vayánse a la mie***”.
Aunque a veces los líderes de X insinuaron que el negocio publicitario de la compañía estaba mejorando, Yaccarino en un video el lunes dijo: “Conspiraron para boicotear a X, lo que amenaza nuestra capacidad de prosperar en el futuro”, dijo de los miembros de GARM, y agregó que la pérdida de dólares publicitarios colocaba a la compañía “en riesgo a largo plazo”.
El fin de GARM podría preocupar a otros organismos de control de los medios de comunicación, aunque un juez dio la razón a una organización sin fines de lucro en una demanda similar.
X también demandó al Center for Countering Digital Hate, alegando que el grupo sin fines de lucro violó sus condiciones de servicio cuando estudió, y luego escribió sobre, el discurso de odio en la plataforma y lo culpó de ahuyentar a los anunciantes. (Un juez federal desestimó la demanda en marzo, tachándola de intento de castigar al CCDH por un discurso protegido).
X también demandó al grupo de vigilancia progresista Media Matters por su análisis que destacaba el contenido antisemita y pronazi en X, un informe que parecía desempeñar un papel importante en una revuelta masiva y perjudicial de la marca a finales del año pasado. El caso irá a juicio el año que viene.