(CNN Español) – El Partido Revolucionario Institucional (PRI), una legendaria fuerza política en México, se enfrenta a la peor crisis de su historia, según coinciden especialistas.
Además de quedar como la tercera fuerza política en las elecciones generales del 2 de junio —debajo del ahora hegemónico partido Morena y del derechista Partido Acción Nacional (PAN) - el PRI enfrenta división entre sus liderazgos y ha necesitado de alianzas para mantener su influencia política.
José Antonio Carrera Barroso, politólogo y especialista en partidos políticos, señala que el PRI está en su momento más crítico y “2024 se vuelve un año histórico porque el PRI está agonizando en el sistema de partidos”. Una de esas señales de agonía es que por primera vez en su historia, el PRI no presentó un candidato o candidata a la presidencia.
En 2018, José Antonio Meade fue el último candidato del PRI en una elección presidencial. Este año, el PRI - liderado por Alejandro “Alito” Moreno - hizo alianza con el PAN y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) para lanzar una candidatura, pero Xóchitl Gálvez emergió de las filas del PAN, del que es senadora, y al final ganó la batalla interna en la coalición para disputar la presidencia con la oficialista Claudia Sheinbaum, ahora mandataria electa.
Carrera Barroso subraya que este hecho refleja una crisis institucional profunda: “Desde la presidencia de “Alito”, el PRI ha sido un partido que ha acompañado las decisiones de la oposición, lo que ha llevado a una crisis partidaria”.
Alejandra López Martínez, consultora especializada en el análisis y diseño de políticas públicas con perspectiva de género, asegura que el PRI ha ido en picada desde el año 2000, cuando perdió por primera vez en 70 años la presidencia de México frente al candidato del PAN, Vicente Fox.
El partido la volvió a alcanzar el poder con Enrique Peña Nieto, quien ejerció la presidencia para el período 2012-2018, pero volvió a perder en 2018 tras la victoria de Andrés Manuel López Obrador, de Morena.
“El PRI debió reinventarse desde que perdió por primera vez la presidencia, el PRI necesitaba renovarse, parecía que el nuevo PRI que representaba Enrique Peña Nieto tenía una visión, más joven, más progresista y pues les duró poco”, señala la especialista.
Agrega López Martínez, quien también es especialista en marketing político, que “el PRI es un partido que ha ido en declive en lo que respecta a su poder político y su influencia en la población, mientras otros han ido han ido subiendo, en particular Morena”,
En 2024, el escenario político está dominado por Morena, y el PRI solo gobierna en dos de los 32 estados: Coahuila y Durango. Hasta 1989, el PRI gobernaba todos los estados del país.
“La gente asocia al PRI con la desigualdad, pobreza, marginación y corrupción”, comenta Carrera Barroso, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Este desencanto ciudadano es evidente en los resultados electorales recientes, donde el PRI ha perdido significativamente fuerza, agrega.
Tres exgobernadores del PRI purgan una condena por el delito de corrupción: Javier Duarte, exgobernador de Veracruz; y Eugenio Hernández y Tomás Yarrington, de Tamaulipas. Mientras que otros tienen procesos abiertos en su contra.
“Creo que si algo tiene negativo el PRI es esta historia de corrupción y pues obviamente estos escándalos abonan a ello y no le sirven para recuperar su imagen, solo refuerzan la idea de que el PRI es corrupto y que no hay que votar por él”, agrega López Martínez.
La reelección de “Alito” Moreno ¿ayuda al PRI?
El 7 de julio, el PRI reformó sus estatutos para que Alejandro Moreno pudiera reelegirse como presidente de esa fuerza por hasta dos períodos más, de cuatro años cada uno, con lo que podría estar en ese puesto hasta 2032. Según “Alito” Moreno, los cambios buscan la reconstrucción del partido.
“Por decisión de todas y de todos ustedes, hoy emerge una nueva etapa en la vida política de nuestra organización. Inicia un nuevo camino para reconstruirnos como fuerza política que siga definiendo el destino del México democrático, republicano de libertades y comprometido con la justicia social”, dijo Moreno durante la asamblea donde cambiaron los estatutos.
Para Alejandra López Martínez, el proceso de elección interna “es un mero trámite para la reelección de Alejandro Moreno”.
Pone un ejemplo que, “cuando un dirigente nacional de cualquier partido tenía muy malos resultados, pues era como el director técnico de la Selección, cuando lo golean, él se retiraba y pues habría en el proceso democrático dentro del partido”.
“La realidad se los está comiendo, un liderazgo que por aferrarse a mantenerse en el poder no está escuchando ni a la ciudadanía, ni a sus militantes, sino solamente en la cúpula que lo rodea”, señala López Martínez.
El investigador de la UAM ve la reelección de Moreno, como un síntoma de esta crisis: “Estamos viviendo una cuestión muy interesante porque es la primera vez que se quiere reelegir un dirigente del PRI”, que tiene el apoyo de algunas bases, pero el repudio muchos líderes priistas que no están de acuerdo con su reelección.
Aunque Moreno ofrece revitalizar al partido con su reelección, “si no lo revitalizó en estos años, ¿qué haría pensar que una reelección revitalizará al partido?”, cuestiona el politólogo Carrera Barroso.
¿Cuál podría ser el futuro del PRI?
Ambos especialistas no ven un futuro promisorio para el PRI, en cambio auguran que en unos años podría desaparecer.
López Martínez augura que el partido desaparecerá como ocurrió con el izquierdista PRD, pero no se va a dejar morir tan fácil, dice, “sin duda va a dar la batalla porque fue un fue el partido que más más poder llegó a tener en México de hecho, era un partido único”.
Pero en el camino, antes de una probable desaparición, el PRI irá “perdiendo adeptos, perdiendo votantes, perdiendo cuadros y perder el registro”.
Otro camino, sería el de convertirse en un “partido bisagra”, señala López.
“Como lo es el Partido Verde, que pues se va manteniendo con un mínimo de votantes, manteniendo el 3% y utilizar ese poder para inclinar la balanza hacia un lado o hacia el otro ya sea en la parte electoral con esa pequeña cantidad de votos que les puede aportar o en la parte del Congreso con algunos algunos congresistas para probar o rechazar alguna ley”, explica López Martínez.
En esto coincide Carrera Barroso, el académico de la UAM, al interpretar que un escenario para el PRI es mantenerse mediante alianzas, como lo ha hecho el Partido Verde: “El presente del PRI es un partido que tiene que buscar las alianzas, las coaliciones para poder levantar el vuelo”.
Carrera Barroso también destaca que, por primera vez el PRI no tiene poder de coalición ni poder de veto, “es decir las decisiones más importantes del país a partir de la siguiente legislatura pueden ser construidas entre el Partido Verde, el Partido del Trabajo, Movimiento Ciudadano y Morena”.
“El desencanto ciudadano frente al priismo es evidente, el PRI va a desaparecer, pero lo más probable es quizás lo veamos (su desaparición) en tres o en seis años, lo que sí estamos viendo es que el PRI en este momento es un partido residual es un partido que con poco movimiento político”, agregar Carrera Barroso.
López Martínez señala que la capacidad de negociación que tenga el PRI será lo que le va a facilitar la supervivencia.
En los últimos meses, reconocidos priistas han dejado el partido por sus diferencias con “Alito” Moreno. Entre los líderes que se han ido están Miguel Ángel Osorio Chong, Eruviel Ávila, Alejandro Murat, entre otros formaron el Frente Progresista, que apoyaba la campaña de Sheinbaum.
A la pregunta de si eventualmente este grupo podría constituirse como partido político, ambos expertos coinciden en la complejidad del proceso. Carrera Barroso explica: “Formar un nuevo partido político es uno de los trámites más difíciles que existen. Es una movilización política muy difícil”.
“Yo no creo que les alcance para armar otro partido político, son personas con mucho liderazgo, pero no lo suficiente para armar otro partido político. Además, hay muchos candados actuales para hacerlo. Yo creo que sí van a vender su liderazgo a otros partidos pequeños para los que sean atractivos”, concluye Alejandra Lopez Martínez.
Moreno respondió a sus críticos el 8 de julio en una conferencia en la que se lanzó contra los exlíderes del PRI que criticaron el cambio de los estatutos del partido. Ahí dijo: “Y no vamos a permitir nunca más que esos perfiles rancios del viejo régimen, beneficiados del partido, que les dimos todo, vuelvan a manchar el nombre del Partido Revolucionario Institucional”.
Criticó a los priistas que dejaron el partido y apoyaron a la candidata de Morena. “Hay que decir y preguntar dónde estuvieron en las campañas, que me digan si repartieron un solo volante a nivel nacional, qué hicieron a favor del PRI. ¿Saben qué hicieron?: nada. Acabarnos con ese lastre que traían y lastimar a nuestro instituto político”.