(CNN Español) – Si algo puede decirse del Partido Revolucionario Institucional (PRI) es que en los últimos años ha perdido fuerza. Otrora considerado el partido hegemónico de México, llega a la contienda electoral de 2024 en alianza, con una candidata que no forma parte de sus filas y al frente de apenas dos gubernaturas (Coahuila y Durango).
Sus orígenes se remontan a los años posteriores a la Revolución mexicana: el expresidente Plutarco Elías Calles fundó el partido —llamado en ese entonces Partido Nacional Revolucionario (PNR)— el 4 de marzo de 1929. Gobernó durante 71 años consecutivos, pero en el 2000 salió del poder por 12 años, regresó en 2012 con el triunfo de Enrique Peña Nieto y volvió a perder en 2018 tras la victoria de Andrés Manuel López Obrador, de Morena.
Actualmente en sus estatutos, el PRI se define, entre otras cosas, como: “un partido político nacional, popular, democrático, progresista e incluyente, comprometido con las causas de la sociedad”.
Conoce más sobre su ideología e historia:
Ideología
El PRI, considerado un partido de centro derecha, anunció en 2021 una redefinición de su ideología durante la asamblea nacional del partido. Sus militantes hablaron de la socialdemocracia y llamaron al partido de centroizquierda.
“Por mandato de la #23AsambleaPRI somos un partido de centro izquierda. Somos social demócratas, feministas, ambientalistas, enemigos de la discriminación, progresistas, aliados de las causas populares. Le dimos una patada al neoliberalismo que nos impusieron desde el poder”, escribió en su cuenta de X, antes Twitter, Rubén Moreira, en ese entonces coordinador de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados.
En su declaración de principios más reciente, el PRI se define como “un partido que se sustenta en los principios ideológicos de la Revolución Mexicana, que plantea como postulados fundamentales el nacionalismo, las libertades, la democracia y la justicia social”.
Los inicios del PRI
El 4 de marzo de 1929, el expresidente Plutarco Elias Calles fundó el Partido Revolucionario Nacional (PRN) bajo la ideología del “nacionalismo revolucionario”. Fue creado con la intención de institucionalizar la nueva estructura de poder que surgió tras la Revolución mexicana, como una agrupación de diversos jefes político-militares regionales y locales y de líderes obreros y campesinos.
En 1938, pasó a llamarse Partido de la Revolución Mexicana (PRM), mismo año en que se fundó la Confederación Nacional Campesina (CNC), un “organismo dedicado a defender los intereses de los trabajadores del campo que aglutinó a los diversos grupos de este sector para darle una voz que facilitaría su representación”, señala el sitio web oficial del partido en el Estado de México.
Adoptó su nombre actual, Partido Revolucionario Institucional (PRI), en 1946 con el lema “Democracia y Justicia Social”.
Desde su fundación y hasta finales del siglo XX, el PRI dominó el control de las instituciones políticas del país y aunque podía contar con el apoyo de amplios sectores de la población, cuando era necesario utilizaba la represión, de acuerdo con un repaso de su historia en la Enciclopedia Británica.
La salida de la Corriente Democrática
Previo a las elecciones de 1988 se dio una de las mayores rupturas en la historia del PRI. La Corriente Democrática, encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, demandaba, entre otras cosas, que se estipularan en los estatutos del partido las reglas para la designación de los candidatos presidenciales.
Finalmente, el PRI nominó a Carlos Salinas de Gortari como candidato a la presidencia y el grupo encabezado por Cárdenas, Muñoz Ledo y Martínez decidió escindirse del partido, una ruptura interna que dio lugar a un nuevo movimiento de izquierda en el país denominado Frente Democrático Nacional, que ulteriormente fue origen del Partido de la Revolución Democrática.
La alternancia del 2000
En las elecciones de 1988, Salinas obtuvo apenas el 50,4 % de los votos, según el recuento oficial, a diferencia del 70 % que habían obtenido los candidatos priistas anteriores durante casi 60 años. Además, ese mismo año, los candidatos de la oposición ganaron 4 de los 64 escaños del Senado y, en 1989, el PRI perdió las elecciones a gobernador en Baja California, la primera derrota de su historia.
Hasta 1989, el Revolucionario Institucional gobernaba todos los estados del país. En ese año, el conservador Partido Acción Nacional (PAN) logró obtener el primer Gobierno estatal de oposición con la victoria de Ernesto Ruffo Appel en Baja California. A partir de su triunfo, comenzaron a surgir los Gobiernos de oposición, tal como recuerda el libro “Alternancia y transición política: ¿Cómo gobierna la oposición en México?”, editado por El Colegio de la Frontera Norte.
En 1997, Alfredo del Mazo González, el candidato priísta, perdió la jefatura de Gobierno del Distrito Federal (ahora Ciudad de México) ante Cárdenas, del PRD.
Pero la gran pérdida llegó en 2000. La victoria del candidato del PAN, Vicente Fox Quesada, en la elección presidencial terminó con la hegemonía del PRI tras casi 71 años y dio lugar a la etapa conocida como la alternancia. Fox le arrebató la presidencia a Francisco Labastida, el candidato del PRI, y el PAN gobernaría por 12 años más.
El regreso con Peña Nieto
Durante esa década que el PRI estuvo fuera de la presidencia, el partido mantuvo el control de numerosos Gobiernos estatales y locales y siguió siendo una fuerza importante en ambas cámaras del Congreso.
En 2012, regresó a Los Pinos gracias al triunfo de su candidato Enrique Peña Nieto. Sin embargo, seis años después volvió a entregar la presidencia después de que Andrés Manuel López Obrador, candidato del entonces partido opositor Morena, ganara las elecciones.
El PRI pierde terreno
En 2016, el PRI sufrió su mayor derrota electoral en los estados cuando perdió siete de las 12 gobernaciones que estaban en juego en esas elecciones. Entonces dejó ir cuatro de sus bastiones: Durango, Tamaulipas, Veracruz y Quintana Roo. También perdió en Chihuahua, Aguascalientes y Puebla.
Ese año, el PRI ganó cinco (perdió cuatro respecto a 2010); el PAN ganó cuatro; la alianza PRD-PAN ganó en tres, igual que seis años atrás.
En 2018, la otrora mayor fuerza política del país perdió la presidencia del país y consiguió ganar solo tres gubernaturas en Coahuila, Durango. En 2023, perdió el Estado de México, uno de los últimos bastiones priístas.
En 2021, el PRI decidió unirse al PAN y al PRD en una alianza que se creó con el objetivo de ser contrapeso a Morena en las elecciones intermedias de ese año. Para las elecciones de 2024, decidieron mantenerse en la coalición y apoyar a Xóchitl Gálvez, de las filas del PAN, quien fue elegida por el bloque opositor para intentar arrebatarle al partido oficialista la presidencia del país.