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La inflación en EE.UU. se acerca al objetivo del 2% de la Reserva Federal
00:59 - Fuente: CNN

(CNN) – Hasta el año pasado, Janet Albrecht podía permitirse almorzar sándwiches de roastbeef o ensalada de atún. Pero ahora, esta viuda de 78 años tiene que escatimar en sus comidas porque sus prestaciones de la Seguridad Social no se han ajustado a los crecientes costos de los alimentos, la vivienda y la atención sanitaria en los últimos años.

Diseñadora gráfica jubilada, Albrecht calcula que ahora paga US$ 100 más al mes en el supermercado que antes de que la inflación empezara a dispararse en 2021. Su casero le aumentó el alquiler mensual un total de US$ 65 en los dos últimos años, sus facturas de servicios públicos son mayores y algunos de los siete medicamentos que toma a diario tras sufrir un infarto se han encarecido. Hace más de un año que no se corta el pelo, aunque no le gusta llevarlo tan largo.

“Ahora tengo que comer ramen para el almuerzo, algo que nunca había comido en mi vida hasta hace poco”, dijo Albrecht, residente en Indiana, Pensilvania, que depende principalmente de los US$ 1.163 mensuales que recibe de la Seguridad Social. “Si no está en rebaja, simplemente no lo como. No he comido carne de res desde no sé cuándo. No puedo costearlo”.

Muchos otros adultos de la tercera edad también están sintiendo el apretón de la inflación. Las prestaciones de la Seguridad Social han perdido un 20% de su poder adquisitivo desde 2010, según un análisis reciente de The Senior Citizens League, un grupo de defensa. Los que se jubilaron ese año necesitarían un aumento de US$ 370 al mes, o US$ 4.440 al año, de media, para recuperar el valor perdido.

Dicho de otro modo, cada US$ 100 que un hogar gastó en 2010 sólo servirían para comprar US$ 80 en la actualidad.

Cada mes de enero, los beneficiarios de la Seguridad Social obtienen un ajuste anual por el costo de la vida, conocido como COLA, por sus siglas en inglés, pero los incrementos no suelen seguir el ritmo de la subida real de los precios, lo que perjudica a las personas mayores, muchas de las cuales viven con ingresos fijos y dependen en gran medida de sus prestaciones de la Seguridad Social. Ocho de los últimos 15 ajustes han sido inferiores a la inflación de ese año.

Las prestaciones de la Seguridad Social han aumentado un 58% entre 2010 y 2024, pero el costo de los bienes y servicios adquiridos por los jubilados típicos se disparó un 73% durante ese periodo, según la liga. Los precios del pan y de la carne molida, por ejemplo, se han disparado casi un 147% y un 73%, respectivamente, durante ese periodo.

El repunte de la inflación en los últimos años dio lugar a algunos de los mayores ajustes anuales desde principios de la década de 1980. Los beneficiarios recibieron fuertes aumentos del 5,9% para 2022 y del 8,7% para 2023, pero sólo del 3,2% para este año, ya que la inflación se ha enfriado.

Aún así, en los últimos cinco años, sólo el ajuste de 2023 ha batido a la tasa de inflación, según el grupo de defensa. Los ajustes estuvieron hasta en 1,1 puntos porcentuales detrás de la inflación los otros años.

Los ajustes anuales se basan en el cambio porcentual de un índice de inflación de la media del tercer trimestre del año en curso en comparación con el mismo periodo del año anterior. El aumento del año que viene se anunciará en octubre, pero se espera que sea del 2,6% basándose en los índices de inflación hasta junio, dijo Shannon Benton, directora ejecutiva de The Senior Citizens League. Eso no es suficiente para mantenerse al día con los gastos reales de muchos ancianos, sobre todo porque el déficit se acumula cuando los ajustes anteriores no cubren los aumentos de precios, dijo.

“Estamos oyendo que los costos de los hogares subieron más rápido que el COLA el año pasado, con los alimentos y la vivienda a la cabeza”, dijo, y añadió que algunos ancianos se están viendo obligados a gastar sus ahorros para la jubilación a un ritmo más rápido y a endeudarse con tarjetas de crédito.

Para Albrecht, es como si sus prestaciones de la Seguridad Social hubieran perdido más del 20% de su poder adquisitivo.

“Los precios de los alimentos siguen subiendo. Los precios de los servicios públicos se han disparado”, dijo. “Seamos realistas, el costo de todo ha subido”.