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(CNN Español) – El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, que continúa sin publicar los resultados desagregados de la votación presidencial del 28 de julio, ha incumplido varias etapas del cronograma electoral que incluyen mecanismos de auditoría establecidos para disipar dudas sobre el sistema, de acuerdo con exfuncionarios del organismo, analistas y el informe preliminar del panel de expertos electorales de la ONU.

“Tan importante como la irregularidad de una proclamación de resultados sin un boletín definitivo que incluya todas las actas de escrutinio fue la suspensión de las auditorías”, enfatizó a CNN Jesús Castellanos, politólogo experto en temas electorales.

Se trata de varias etapas establecidas en el cronograma electoral oficial del CNE.

Auditoría de telecomunicaciones

Apenas horas después de la votación, el lunes 29, debía iniciarse la auditoría de telecomunicaciones fase II, en la que se compara la configuración de los sistemas de transmisión con el que fue auditado antes de la elección, con el objetivo de verificar que se haya usado la misma configuración.

El interés en ella crecía luego de que el CNE reportara supuestos ataques informáticos que explicarían la demora del primer boletín.

Castellanos, exfuncionario de carrera del CNE, dijo que la revisión permite verificar si hubo alguna alteración o ataque al momento de la transmisión de resultados. “Qué importante sería llamar a las partes para verificar si hubo algún tipo de hackeo. No hubo ninguna motivación o explicación oficial”, agregó.

Verificación ciudadana

Además de la verificación ciudadana de fase I -un acto público con testigos en el 54% de las mesas que permite constatar la precisión del sistema automatizado entre los comprobantes de votación en relación con los datos contenidos exclusivamente en el acta de escrutinio- el cronograma consigna una segunda fase, que vuelve a auditar el 1% de las mesas de los centros de votación

“Se revisa por completo todo el proceso de resultado, se abren las cajas de comprobantes de verificación y ven que coincida la sumatoria con el acta y con el cuaderno de votación”, explicó Castellanos.

El CNE ha señalado en documentos oficiales que con esta auditoría “busca generar confianza entre los electores” y vuelve a comprobar el escrutinio de las máquinas de votación, para evaluar posibles discrepancias.

El cronograma establecía que debía realizarse el viernes 2 de agosto. Según las normas, se realizaría en un galpón del CNE y con la participación de representantes de las organizaciones políticas, observadores nacionales y acompañantes internacionales.

El CNE tampoco explicó las razones por las cuales no se cumplió con esa etapa del cronograma. Su página web permanece fuera de servicio desde la noche de las elecciones.

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Auditoría de datos electorales

Entre el 5 y el 8 de agosto estaba programada la realización de la auditoría de datos electorales fase II, que verifica el banco de huellas dactilares, revisa su calidad y que se correspondan con las del registro electoral.

“También es muy importante, se revisa si hubo una duplicidad de huellas, para cumplir con el principio de una persona, un voto”, resumió Castellanos. Con este proceso, se puede comprobar o descartar supuestas usurpaciones de identidad.

El analista político Eugenio Martínez, director del portal Votoscopio ―organización dedicada a la difusión de temas electorales―, dijo a CNN que las auditorías tienen fechas específicas “porque después de ese tiempo, la integridad de la data que se use no está garantizada”.

Según sostuvo, si el CNE quisiera hacerlas a esta altura, antes debería realizar una auditoría forense de los datos “para poder certificar que las bases de datos y el material electoral que presenta el CNE se corresponde con el generado el 28 de julio y no es un material electoral que se generó con posterioridad”.

El peritaje del Supremo

El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) realizó un peritaje sobre el supuesto resultado de la elección presidencial tras admitir un amparo contencioso electoral solicitado por el presidente Nicolás Maduro. En el mediodía de este jueves el TSJ dijo validó el resultado dado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) que dio como ganador de las elecciones del 28 de julio a Maduro.

“Hay una opacidad importante”, dijo a CNN el politólogo Eduardo Repilloza, director general de la organización civil Transparencia Electoral y coautor del libro “Así se vota en Venezuela” (2020), antes del pronunciamiento del tribunal.

El domingo, videos difundidos por la cadena estatal VTV mostraron a los magistrados revisando cajas de material electoral. “Es toda una puesta en escena de funcionarios que van y vienen”, declaró Repilloza, y subrayó que no hay un precedente para una intervención de este tipo.

Castellanos señaló que el TSJ “no tiene competencia” para certificar elecciones, ya que el único órgano habilitado para ello es el CNE. “Nunca se conoció el recurso de Maduro, no se sabe cuál es el objeto del peritaje e incumple los estándares internacionales de metodología. Revisaron cajas que no se sabe qué contienen, no se conoce la cadena de custodia”, remarcó.

Martínez coincidió en que no se sabe qué es lo que analizó el TSJ o cuáles son los criterios metodológicos para cotejar la traza de papeles. “Y lo más importante es que no se realizó ningún tipo de verificación que sugiera que se está revisando la autenticidad del material que presentó el CNE, que se utilizó el 28 de julio. El TSJ da por bueno que el material y las bases de datos son las que se generaron el 28 de julio”, agregó.

Para este proceso, la Justicia no convocó a los auditores de los partidos que participaron en la elección.

En cambio, según VTV, los magistrados fueron acompañados por peritos y veedores internacionales, entre los que estarían el Observatorio Parlamentario Electoral para la Integración Regional (OPEIR) y el Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica (CEELA).

Ambas entidades, que no cuentan con un sitio web, aceptaron invitaciones del CNE para participar como veedores en las elecciones, dedicando elogios al sistema venezolano, y han sido señaladas por su falta de cuestionamientos al proceso.

“Ninguno de los dos están en condiciones de evaluar nada, son organismos que se dedican a acompañar sin observar mucho ni criticar mucho”, dijo Repilloza.

Castellanos también consideró que no son grupos idóneos para la tarea. “Abiertamente han manifestado que no es una observación formal, sino un acompañamiento”, apuntó. Por su parte, Martínez dijo que “entran en la categoría de observadores zombi”, sin un rol activo.

El ecuatoriano Nicanor Moscoso, presidente del CEELA, confirmó a CNN que participó hasta el miércoles como observador del peritaje, pero evitó dar detalles del proceso y dijo que los informes son entregados exclusivamente a las autoridades electorales. El economista, que entre 2003 y 2004 fue presidente del entonces Tribunal Supremo Electoral de Ecuador, desestimó los cuestionamientos de los analistas: “En política cualquier concepto se emite, y nosotros no participamos en la discusión política. Nos ceñimos al tema técnico y electoral. No compartimos ni discutimos temas, de eso se encarga la política”.

CNN contactó al CNE y al TSJ para obtener una reacción a las críticas a los procesos de escrutinio y peritaje y está en espera de una respuesta.

Los enviados del Centro Carter y del panel de expertos electorales de la ONU, que también participaron como observadores invitados por el CNE, ya salieron de Venezuela.

En sus informes dijeron que la votación “no puede ser considerada democrática” y que el proceso de gestión de resultados del CNE “no cumplió con las medidas básicas de transparencia e integridad”, respectivamente. El chavismo respondió calificando de “basura” al panel de la ONU e impulsa una ley que impediría la presencia de observadores internacionales.

En el peritaje del TSJ también participaron técnicos nacionales que, según dijo Martínez, son profesores de la Universidad Simón Bolívar que suelen ser contratados por el CNE como auditores externos. “No hay nadie en ese peritaje, ni nacional ni internacional, que no sea de plena confianza del CNE”.