(CNN) – Durante casi un mes, libaneses e israelíes se prepararon para una guerra mayor. El mes pasado, un mortífero lanzamiento de cohetes desde Líbano sobre la ciudad de Majdal Shams, en los Altos del Golán ocupados por Israel, fue seguido de un ataque de represalia israelí que mató al principal comandante de Hezbollah en el sur de Beirut.
El poderoso grupo apoyado por Irán prometió responder. La amenaza desencadenó una oleada de cancelaciones de vuelos a ambos lados de la frontera, un coro de gobiernos implorando a sus ciudadanos que abandonaran Líbano e Israel, y un esfuerzo diplomático sin aliento para evitar una escalada que los gobiernos occidentales temían que desencadenara un conflicto regional.
La mañana de este domingo, Hezbollah dijo que dio su respuesta prevista lanzando cientos de drones y cohetes Katyusha, proyectiles de corto alcance de la era soviética.
La multitud de armas lanzadas por aire, dijo el grupo, buscaba abrumar los celebrados sistemas de defensa antiaérea de Israel y allanar el camino hacia sus objetivos: 11 instalaciones militares israelíes en el norte de Israel y en los Altos del Golán ocupados. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, afirmó que todos los drones de Hezbollah fueron interceptados.
Funcionarios israelíes afirmaron que atacaron preventivamente objetivos de Hezbollah durante la noche para evitar un ataque mucho más amplio, y afirmaron que alcanzaron muchas lanzaderas de cohetes en Líbano.
Tres personas murieron en esos ataques israelíes, según el Ministerio de Salud libanés, que no distingue entre civiles y combatientes.
El fuego transfronterizo del domingo por la mañana supuso una escalada significativa tras 11 meses de hostilidades entre Hezbollah e Israel. Pero parece haber disipado los temores de una guerra más amplia, por ahora.
En Israel, las autoridades no tardaron en levantar las restricciones de seguridad en el territorio más septentrional del país, conocido como la alta Galilea. En Líbano, Hezbollah dijo que había concluido los ataques contra Israel por ese día.
Esto señala la reanudación del conflicto de baja intensidad en la frontera. También parece marcar la conclusión de la anticipada escalada libanesa que llevó a Medio Oriente, una vez más, al borde de la guerra total. Hezbollah dijo que ésta era la “primera fase” de su respuesta, pero ha sido escaso en los detalles de una continuación. La frase puede ser retórica: el grupo es propenso a mantener sus amenazas abiertas.
Pero mientras que la respuesta prometida por Hezbollah parece estar en gran medida descartada, Israel debe seguir esperando a que se materialice otra amenaza: la “venganza” prometida de Irán por el asesinato del jefe de Hamas, Ismail Haniyeh, en Teherán, del que culpó a Israel.
Una región en el filo de la navaja
Tras los atentados de Beirut y Teherán a finales del mes pasado, los servicios de inteligencia, diplomáticos y analistas occidentales e israelíes se apresuraron a averiguar cómo podrían ser las represalias prometidas por Irán y su socio no estatal más poderoso.
Esto desencadenó una diplomacia itinerante en la que Estados Unidos, el Reino Unido y Francia instaron a Hezbollah y a Irán a actuar con moderación. Esto pareció acelerar otra ronda de conversaciones sobre un alto el fuego y un acuerdo de liberación de rehenes en Gaza, en un intento de evitar otra escalada por parte del eje liderado por Irán, que ha condicionado repetidamente el cese de sus ataques contra Israel y sus aliados al fin de la ofensiva israelí en Gaza.
Las conversaciones para poner fin a la guerra siguen avanzando a un ritmo glacial, a pesar de los intensos esfuerzos diplomáticos de Estados Unidos. Pero la última escalada ha demostrado que ni Irán ni sus grupos de combate no estatales aliados en la región pueden soportar la perspectiva de una guerra más amplia.
Hezbollah prometió en repetidas ocasiones responder a cualquier ataque israelí en Beirut con un ataque contra los principales centros urbanos de Israel. Sin embargo, ya sea de forma deliberada o debido a los ataques preventivos de Israel, no cumplió su promesa. Sus objetivos declarados siguen estando dentro de la zona fronteriza que ha sido escenario de las hostilidades desde octubre y los cohetes de corto alcance de la era soviética que utilizó han sido un pilar de los ataques de Hezbollah contra las fuerzas israelíes durante décadas.
El riesgo de un conflicto total parece ser significativamente menor tras el fuego cruzado del domingo. Sin embargo, la amenaza abierta de Irán seguirá contribuyendo a la guerra de nervios que ha definido gran parte del conflicto de bajo grado entre el eje liderado por Teherán e Israel, y la región seguirá en el filo de la navaja mientras dure la guerra en Gaza.