(CNN) – No hay mucho verde en el desierto del Sahara, pero después de una inusual afluencia de lluvia, el color se puede ver desde el espacio infiltrándose en partes de uno de los lugares más secos del mundo.
Satélites capturaron recientemente la florenciente vida vegetal en partes del típicamente árido sur del Sahara después de que las tormentas se trasladaran allí en momentos en los que no debían. También ha causado inundaciones catastróficas. Y los científicos dicen que un mundo que se está calentando debido a la contaminación por combustibles fósiles está haciendo que ambos fenómenos sean más probables.
Las precipitaciones al norte de la línea del ecuador en África típicamente aumentan de julio a septiembre, cuando el monzón de África Occidental entra en acción.
El fenómeno se caracteriza por un aumento del clima tormentoso que estalla cuando el aire tropical húmedo cerca del ecuador se encuentra con el aire caliente y seco de la porción norte del continente. El foco de este clima tormentoso, conocido como la Zona de Convergencia Intertropical, se desplaza al norte del ecuador en los meses de verano del hemisferio norte. Gran parte de ella se desplaza al sur del ecuador durante los meses cálidos del hemisferio sur.
Pero desde al menos mediados de julio, esta zona se ha desplazado más al norte de lo que debería, enviando tormentas al sur del Sahara, incluidas partes de Níger, Chad, Sudán e incluso tan al norte como Libia, según datos del Centro de Predicción Climática de la NOAA.
Como resultado, estas partes del desierto del Sahara están entre dos y más de seis veces más húmedas de lo que deberían estar.
Hay dos causas potenciales para este extraño desplazamiento hacia el norte, según Karsten Haustein, investigador climático de la Universidad de Leipzig, en Alemania.
La transición de El Niño a La Niña ha influido en cuánto se ha movido esta zona hacia el norte este verano, dijo Haustein. El Niño, un patrón climático natural marcado por temperaturas oceánicas más cálidas de lo normal en el Pacífico ecuatorial, típicamente conduce a condiciones más secas de lo normal en las partes húmedas de África Occidental y Central. La Niña, o incluso una versión incipiente de ella, puede tener el efecto opuesto.
Un mundo en calentamiento es el otro factor significativo.
“La Zona de Convergencia Intertropical, que es la razón del reverdecimiento de (África), se mueve más al norte cuanto más cálido se vuelve el mundo”, explicó Haustein. “Al menos, esto es lo que sugieren la mayoría de los modelos”.
Un estudio publicado en la revista Nature en junio encontró que los desplazamientos más al norte de esta zona podrían ocurrir con más frecuencia en las próximas décadas a medida que aumenten los niveles de dióxido de carbono, un subproducto de la contaminación por combustibles fósiles, y el mundo se caliente.
Una señal devastadora de lo que está por venir
El desplazamiento no solo está volviendo verdes los desiertos, ha interrumpido la temporada de huracanes en el Atlántico y ha tenido consecuencias importantes en los últimos meses para varios países africanos.
Los países que deberían estar recibiendo más lluvia están recibiendo menos a medida que las tormentas se desplazan hacia el norte. Partes de Nigeria y Camerún típicamente se empapan con al menos 50 a 75 centímetros de lluvia de julio a septiembre, pero solo han recibido entre el 50 y el 80% de su lluvia típica desde mediados de julio, según datos del CPC.
Más al norte, áreas típicamente más secas, incluidas partes de Níger, Chad, Sudán, Libia y el sur de Egipto, han recibido más del 400% de su lluvia típica desde mediados de julio, según datos del CPC.
Toma la porción norte de Chad, que es parte del desierto del Sahara. Aquí típicamente caen hasta 2,5 centímetros de lluvia desde mediados de julio hasta principios de septiembre. Pero entre 7,5 y 20 centímetros de lluvia han caído en el mismo período de tiempo este año, según datos del CPC.
Estas lluvias excesivas causaron inundaciones devastadoras en Chad. Casi 1.5 millones de personas han sido afectadas y al menos 340 han muerto por inundaciones en el país este verano, según un informe de las Naciones Unidas.
Inundaciones horribles también han causado la muerte de más de 220 personas y desplazado a cientos de miles en Nigeria, principalmente en la porción norte típicamente más seca del país, informó CNN anteriormente.
Inundaciones mortales también sacudieron Sudán a finales de agosto, terminando con la vida de al menos a 132 personas y destruyendo más de 12.000 hogares.
Eventos de inundaciones como estos probablemente tienen las huellas del cambio climático, según Haustein, quien trabaja en estudios de atribución para determinar en qué medida el cambio climático ha influido en un evento meteorológico particular.
A medida que el mundo se calienta, podrá retener más humedad, explicó Haustein. Esto podría llevar a monzones más húmedos en general y a inundaciones más devastadoras como las de esta temporada.
Se necesitarán investigaciones más amplias para determinar qué papel jugó el cambio climático en cada evento de inundación, pero podría ser una señal de lo que está por venir, dijo Haustein.
“Cada evento individual está afectado por el cambio climático”, dijo Haustein. “(Incluso si) ninguna inundación individual es (directamente) causada por el cambio climático, se ha hecho más probable”.