(CNN Español) – La oposición mayoritaria en Venezuela, que mantiene su reclamo por -según las actas que publicó- haber ganado las elecciones presidenciales del 28 de julio, afronta una reconfiguración de su estrategia tras la salida del país del candidato Edmundo González, quien viajó sorpresivamente a España, donde pidió asilo.
No ha quedado claro si la líder opositora María Corina Machado estaba al tanto de los planes de González Urrutia, pero el domingo escribió en X que la salida del exdiplomático venezolano no cambia los planes: “Es necesario para nuestra causa preservar su libertad, su integridad y su vida”. Dijo además que el candidato “luchará desde afuera” y que ella lo seguirá haciendo en el país.
Machado también aseguró que el 10 de enero González “será juramentado como presidente constitucional de Venezuela y comandante en jefe de la Fuerza Armada Nacional”.
La oposición busca transmitir tranquilidad a sus seguidores que puedan haber quedado desencantados con la decisión, ¿pero lo está logrando?
La salida de González “ha constituido un golpe emocional, un sentir de abandono para los venezolanos”, dijo a CNN la analista política Carmen Beatriz Fernández, profesora de la Universidad de Navarra. “Puede desmoralizar a la gente, fue presionado (por el chavismo) con ese objetivo”, agregó.
Según apuntó Fernández, las marchas callejeras ya habían mostrado una merma por la represión del Gobierno de Nicolás Maduro, por lo que, en su criterio, tiene sentido un cambio de enfoque para mantener vivo el reclamo .
Si bien Fernández dijo que puede haber una desmoralización, indicó que el pedido de asilo no significa un quiebre dentro del bloque opositor. “González Urrutia ha tenido un rol importantísimo, pero no está acostumbrado a las refriegas políticas, menos a su edad, 75 años. A mi juicio es el presidente electo, pero no es el líder de este proceso, fue el receptor de los votos de Machado”.
En ese sentido, recordó que la campaña electoral fue de doble comando, con el candidato ocupado en lo que llama “campaña de aire” -es decir, dando entrevistas- y con Machado -ganadora de las primarias, pero impedida de participar en los comicios- con la “campaña de tierra”, el contacto directo con los votantes en recorrido por el país. “Ese tándem en el que pedalearon en la misma dirección fue un esquema que pueda tener éxito en esta nueva fase”, dijo Fernández.
Tras la salida de González Urrutia, Maduro dio por cerrado el asunto. “Que le vaya bien en su camino y en su nueva vida”, declaró el lunes en su programa semanal de televisión. Por su parte, el fiscal general, Tarek William Saab, dijo en CNN que “hay una fractura absoluta” en la oposición.
No obstante, González pidió este martes, a través de un mensaje leído por una de sus hijas en Madrid -en un acto convocado por Machado en la capital española- redoblar los esfuerzos “por la restitución de la democracia y la libertad en Venezuela”, invocó a respetar la voluntad popular expresada en los comicios. “Maria Corina y yo les aseguramos que esta lucha que llegamos continuará hasta alcanzar los objetivos que nos pusimos, hasta el final”, indicó el mensaje leído en la marcha.
La estrategia comunicacional
La declaración del martes luce un mayor compromiso que el que mostró González el domingo, cuando se limitó a decir por audio, recién llegado a España, que confiaba que “próximamente” continuará la lucha “por lograr la libertad y la recuperación de la democracia en Venezuela”.
El politólogo Jesús Castellanos dijo a CNN que la salida de González “en principio pudo haberse visto como un quiebre”, pero analizó que el mensaje del martes “deja claro que el objetivo es seguir luchando”.
Según consideró el analista, la estrategia pasa por no dejar el discurso sobre lo ocurrido el 28 de julio. “El régimen ha intentado por todas las formas que el tema pase al segundo lugar, enterrarlo”, indicó. Subrayó además la necesidad de seguir buscando apoyos internacionales y de aplicar estrategias creativas para mantener una movilización callejera.
Tanto Machado como González mantienen ahora un mensaje sin variaciones con respecto a las últimas semanas, con el candidato opositor como presidente electo y con la mira puesta en la transición de enero, fecha en la que se jura un nuevo mandato, aunque no esté sobre la mesa un camino realista hacia esa meta. Para Fernández, “desde el punto de vista comunicacional, el mensaje hacia su audiencia fundamental es correcto para mantener el ánimo”. Pese al riesgo de generar decepciones en la población, la analista destacó que “no hay nada tan poderoso como el humor social”.
De todas formas, matizó que para que González pueda asumir en cuatro meses “tienen que pasar otras cosas”, fundamentalmente una mesa de negociación con el chavismo. “La salida pasa por convencer a Maduro de que su mejor opción es dejar el poder. Bajar los costos de salida y elevar los costos de permanencia”, sostuvo.
Machado continúa concentrando el liderazgo del reclamo opositor, un lugar que se ganó con abrumador respaldo en las primarias del 22 de octubre, y que por el momento no ha articulado en mayor medida con otros líderes políticos o sociales.
“Hay que reconocer que hasta el momento la conducción de Machado, tanto en las primarias, la fase electoral y la poselectoral, ha sido acertada”, comentó Castellanos. “No significa que deba quedar sola, creo que es importante que se fortalezca más el músculo opositor, la alianza con el resto de partidos que apoyan a esta oposición democrática, más otros sectores de la sociedad civil”, indicó.
En tanto, Fernández aseguró que el movimiento engloba en las demandas de cambio a “una base social muy amplia que abarca todo el espectro político”, lo que incluye a dirigentes que fueron parte del chavismo. Para ello resalta una carta publicada el sábado y firmada por más de 200 personalidades, entre ellas exministros del expresidente Hugo Chávez, en la que exigieron “reconocer la soberanía popular expresada el 28J”.
La importancia de Madrid
Fernández también consideró que González “vale más en Madrid que refugiado en una embajada o preso”, con su experiencia como diplomático y articulando los esfuerzos de presión internacional. Allí ya se reunió con el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y con los exmandatarios Felipe González y Mariano Rajoy.
En su opinión, la oposición debe “agotar las posibilidades de una salida pacífica en esta aparente calle ciega en la que se ha encerrado a la sociedad”. Para ello, antes de enero, se debe “forzar a Maduro a aceptar lo ocurrido”, en referencia al resultado que proclama la campaña opositora.
Sin embargo, el chavismo no ha dado su brazo a torcer, ya con las instancias legales internas prácticamente agotadas, desafiando a la comunidad internacional con el asedio a la embajada de Argentina (representada por Brasil) y esperando a que pase el tiempo.
Por el momento, una mesa de diálogo continúa siendo inviable mientras se mantengan las posturas antagónicas: la oposición asegura tener la legitimidad de un resultado electoral, mientras el chavismo lo rechaza y mantiene la fuerza estatal, satisfecho con el mantenimiento del statu quo.
Tras el fallo del Tribunal Supremo de Justicia que convalidó en agosto la proclamación del presidente Nicolás Maduro como ganador de los comicios, Luis Lander, director del Observatorio Electoral Venezolano, había señalado a CNN que era cada vez menos factible un momento de negociación para una salida pacífica a la crisis poselectoral, a la espera de un imprevisto que dé una solución. Además de los esfuerzos para mantener la presión interna (de calle) y externa (con medidas diplomáticas y posibles acciones económicas), señaló: “Fuera de esos caminos, no se me ocurre de manera realista que vaya a suceder algo más”.
En este recorrido, y con miras a enero, ninguno de los analistas consultados ha descartado que Maduro intensifique la represión y adopte a plenitud un modelo de estado policial como el que instaló Daniel Ortega en Nicaragua. Además, Maduro nombró a fines de agosto como ministro de Interior a Diosdado Cabello, parte del ala dura del chavismo.
“Cabello es el más radical, puede atreverse a cosas que otros no van a hacer”, indicó Castellanos. El nombramiento, apuntó, es “para mostrar que el régimen puede ir más allá”.
¿Está en el abanico de opciones del chavismo citar o detener a Machado? Castellanos indicó que podría ser un quiebre innecesario en el análisis de costos y beneficios. Para Fernández, eso sería cruzar una línea roja, pero agregó: “Lo que hemos visto (en el Gobierno) es una vocación de cruzar líneas rojas”.