El expresidente Donald Trump habla con los reporteros en la sala de prensa después de debatir con la vicepresidenta Kamala Harris el 10 de septiembre de 2024 en Filadelfia.

(CNN) – El expresidente Donald Trump respondió a un aparente segundo intento de magnicidio que él atribuye a una retórica política incendiaria que exacerba aún más la situación.

Cuando una bala le rozó la oreja en un horrible tiroteo que acabó con la vida de un asistente a un mitin en julio, Trump actuó inicialmente como un hombre cambiado, diciendo a Salena Zito, de The Washington Examiner, que tenía la oportunidad de unir al país y al mundo, aunque esa aspiración no duró más que los primeros párrafos de su discurso en la Convención Nacional Republicana.

Después de que el Servicio Secreto neutralizara el domingo a un tirador que aparentemente había acechado al expresidente en uno de sus campos de golf de Florida, la reacción de Trump fue otra. Acusó al presidente Joe Biden y a la vicepresidenta Kamala Harris de invitar a los asesinos a atentar contra él cuando advierten de que es una amenaza para la democracia.

Este lunes le dijo a Fox News Digital, sin presentar pruebas, que el presunto posible tirador “creyó la retórica de Biden y Harris, y actuó en consecuencia”. Trump prosiguió: “Su retórica está generando que me disparen, cuando yo soy el que va a salvar al país, y ellos son los que están destruyendo el país, tanto desde dentro como desde fuera”.

“Se llama el enemigo interno”, dijo utilizando un término familiar de los líderes totalitarios. Trump advirtió de que “tontos peligrosos” como el sospechoso del incidente del domingo escuchan lo que dicen los líderes demócratas y reaccionan ante lo que él ha afirmado, falsamente, que es un intento orquestado por la Casa Blanca de utilizar el sistema judicial para perseguirlo.

Vance dice que nadie ha intentado matar a Harris

El compañero de fórmula de Trump avanzó un argumento aún más contundente.

“La gran diferencia entre conservadores y progresistas es que… nadie ha intentado matar a Kamala Harris en los últimos dos meses, y, ahora, dos personas han intentado matar a Donald Trump en los últimos dos meses”, dijo el senador por Ohio J.D. Vance.

“Yo diría que eso es una prueba bastante contundente de que la izquierda tiene que bajar el tono de la retórica y tiene que dejarse de tonterías”.

El candidato republicano a la vicepresidencia ha negado recientemente que sea culpable de incitación, después de que la perpetuación de sus afirmaciones sin fundamento de que los refugiados haitianos habían estado comiendo perros y gatos en Springfield, Ohio, fuera seguida por amenazas de bomba a hospitales y escuelas.

El incidente del domingo suscita una fuerte polémica política

La experiencia de ser blanco de aparentes intentos de magnicidio dos veces en dos meses pesaría sobre cualquiera. Trump también enfrenta una elección, a menos de 50 días de distancia, que está muy reñida entre él y la vicepresidenta, según la mayoría de las encuestas.

El exgobernador de Minnesota, el republicano Tim Pawlenty, dijo este lunes a Erin Burnett, de CNN, que cualquiera que haya sido blanco de un intento de asesinato “podría estar muy sensible, podría estar muy agitado, podría estar muy preocupado, así que creo que es comprensible”.

Y tratar de decidir unas elecciones asesinando a un candidato a la presidencia debería repugnar a cualquiera que crea en la democracia y en el derecho de los votantes a elegir a sus líderes. Los motivos exactos del sospechoso, Ryan Wesley Routh, tampoco están claros, aunque fue durante mucho tiempo un defensor de hacer más para ayudar a Ucrania, una posición que entra en conflicto con la promesa de Trump de poner fin a la guerra con Rusia.

Pero las afirmaciones de Trump de que Biden y Harris son culpables directos subrayan la naturaleza extrema de sus propios instintos políticos. Su afirmación de que sus advertencias sobre su supuesta amenaza a la democracia corren el riesgo de hacer que lo maten es particularmente cruda.

Implícitamente, está diciendo que es ilegítimo que sus oponentes señalen la verdad: que su comportamiento pasado –al tratar de robar las elecciones de 2020 y difundir falsas afirmaciones de que la votación de este año será corrupta– sugiere que representa un peligro para el sistema democrático de Estados Unidos. Su postura, que parece un intento de sofocar la libertad de expresión, también puede ser un oscuro presagio de cómo se comportaría si ganara un segundo mandato.

Trump jugó una carta política similar en el debate presidencial de la semana pasada cuando Harris mencionó la amenaza de terminar con la Constitución y de utilizar el Departamento de Justicia contra sus enemigos políticos. Ella dijo que, dado que la Corte Suprema y Vance no detendrían a Trump si regresara a la Casa Blanca, “depende del pueblo estadounidense detenerlo”. La vicepresidenta claramente hablaba en un contexto político, pero Trump respondió: “Probablemente recibí un disparo en la cabeza por las cosas que dicen sobre mí”.

A pesar de los encarnizados intercambios políticos, hubo un momento que recordó la perdida normalidad política de este lunes. Biden y Trump mantuvieron una conversación telefónica, y el presidente transmitió su alivio por el hecho de que su antiguo rival estuviera a salvo. El candidato republicano dijo en declaraciones a CNN que fue “una llamada muy agradable”.

Los republicanos dicen que los demócratas son culpables de incitación

La incitación y la retórica incendiaria están a menudo en el ojo del espectador. Los republicanos se enfurecieron, por ejemplo, por la afirmación de Biden en agosto de 2022 de que la base filosófica del movimiento MAGA era como “semifascismo”. (La acusación no se convirtió en un elemento básico de la retórica del presidente). El representante demócrata por Nueva York Daniel Goldman dijo el año pasado en una entrevista que Trump necesitaba ser “eliminado”, un comentario al que Vance hizo referencia este lunes. Goldman se disculpó rápidamente por su “mala elección de palabras” y dijo que no deseaba ningún daño a Trump.

Pero si los demócratas tienen la culpa de pasarse a veces de la raya, Trump ha hecho una marca política de la retórica más extravagante pronunciada por un presidente o expresidente en la historia moderna de Estados Unidos. La escala y la intensidad de sus invectivas empequeñecen cualquier cosa que los demócratas le hayan lanzado. Llama “fascista” a Harris en casi todas sus apariciones públicas; por ejemplo, el 26 de agosto dijo en Virginia que “tenemos una persona fascista que se presenta y que es incompetente”. Utilizó una retórica similar el 23 de agosto, el 17 de agosto y el 3 de agosto en apariciones de campaña.

A principios de año, afirmó que Biden dirigía una “administración Gestapo”, en referencia a la genocida policía secreta nazi. Repitió como un loro el lenguaje de algunos de los peores tiranos de la historia llamando “alimañas” a sus oponentes políticos y advirtiendo de que los inmigrantes estaban “envenenando la sangre” de Estados Unidos.

Y cuando se negó a reconocer que había perdido las elecciones de 2020, Trump convocó a sus partidarios en Washington y les dijo que “lucharan como locos” o dejarían de tener un país. A continuación, sus partidarios irrumpieron en el Capitolio estadounidense para intentar impedir la certificación de la victoria de Biden. Desde entonces, Trump ha calificado a los detenidos por los sucesos del 6 de enero de 2021 de presos políticos y ha dicho que estudiaría la posibilidad de indultarlos si vuelve a ganar la Casa Blanca en noviembre.

Incluso ahora Trump advierte de que solo aceptará el resultado de las elecciones de este año si lo considera justo y ha advertido de que intentará encarcelar a funcionarios y opositores políticos si recupera el poder.

“Él juega con el miedo de la gente, juega con la ansiedad de la gente. Nos define con el odio y el miedo”, dijo este lunes la representante demócrata por Michigan Debbie Dingell en un acto de campaña a favor de Harris. “Esta violencia tiene que parar, pero también tenemos que entender quién y qué es él y cuánto está contribuyendo a ella”, dijo, y añadió: “Él no ha dicho que aceptará los resultados de las elecciones”.

Las redes sociales han ayudado a menudo a Trump a inyectar bilis en la vida política. Tras el incidente del domingo, uno de sus partidarios más destacados –Elon Musk, propietario de X– cuestionó por qué Trump se había enfrentado a dos aparentes intentos de magnicidio y sus rivales no habían sufrido ninguno. “Y nadie intenta siquiera asesinar a Biden/Kamala”, escribió Musk en el post que luego borró. Más tarde argumentó que el post había sido una broma, aunque dada la violenta historia política de Estados Unidos y los magnicidios de cuatro presidentes estadounidenses, es difícil ver cómo la gente puede encontrar graciosas tales ocurrencias.

La retórica de Trump y sus aliados también ha puesto en peligro la vida de otros. El doctor Anthony Fauci, antiguo experto en enfermedades infecciosas del Gobierno, dijo este año a Kaitlan Collins, de CNN, que cuando es agredido, por ejemplo, por la representante de Georgia Marjorie Taylor Greene en las audiencias del Congreso, el número de amenazas de muerte contra él aumenta. “(Hay) un segmento de la población que cree en ese tipo de tonterías”, dijo Fauci.

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Incidente contra Donald Trump empaña la campaña electoral
06:20 - Fuente: CNN

Las organizaciones de medios de comunicación y los trabajadores electorales también han sufrido amenazas cuando fueron objeto de los ataques infundados de Trump. Fiscales y jueces necesitan seguridad adicional cuando se les asignan casos de Trump y son blanco de sus ataques diarios.

E incluso mientras se desarrollan las conmocionantes secuelas de otro aparente atentado contra la vida de Trump, el impacto de su retórica y la de Vance es evidente en Springfield, Ohio.

Después de que Trump intensificara las falsas afirmaciones en el debate, el gobernador republicano de Ohio, Mike DeWine, desplegó la patrulla de carreteras del estado para vigilar las escuelas de la ciudad que se enfrentaban a amenazas de bomba. En otros lugares de Springfield, las clases en la Universidad de Wittenberg se mantuvieron a distancia este lunes mientras la Policía del campus y las fuerzas del orden locales evaluaban las amenazas por correo electrónico de un atentado y un tiroteo en el campus dirigido a “miembros de la comunidad haitiana”, dijo la universidad.

En su entrevista en “State of the Union”, Vance dijo que cualquier sugerencia de que él o Trump habían actuado de una manera que causara tales amenazas era “repugnante”.

También es repugnante que alguien considere matar a un expresidente que se presenta a unas elecciones democráticas. Sin embargo, el registro histórico muestra que mientras Trump se ha convertido en una víctima de una cultura política tóxica, también es uno de sus principales instigadores.