Beirut (CNN) –– Hezbollah está a la defensiva. La primera señal de esto fue la ausencia de una reunión pública –de la que normalmente participan funcionarios de alto nivel del partido y simpatizantes– para ver al líder del grupo combatiente, Hassan Nasrallah, pronunciar un discurso televisado este jueves.
La segunda señal fue que el discurso de Nasrallah –el primero desde que dos oleadas de ataques detonaran miles de dispositivos inalámbricos de Hezbollah a principios de esta semana– muy posiblemente fue grabado con antelación.
El líder del poderoso grupo combatiente no ha pronunciado un discurso en persona desde el inicio de la última guerra total del Líbano con Israel en 2006, pero a menudo se esfuerza por demostrar que sus emisiones se transmiten en vivo. En su discurso del mes pasado, por ejemplo, Nasrallah hizo referencia a dos explosiones sónicas causadas por aviones israelíes que habían roto la barrera del sonido sobre Beirut. Esto ocurrió en los segundos previos al inicio de su discurso.
El discurso del jueves fue anunciado como una transmisión en vivo, pero el público tuvo dudas a los 20 minutos, cuando Israel lanzó bengalas sobre la capital libanesa y provocó que las ventanas temblaran con una nueva oleada de explosiones sónicas. El rugido resonó por toda la ciudad, pero el líder militante con base en Beirut no se inmutó ni hizo referencia al incidente durante su discurso.
Los aviones de combate israelíes parecían tener la intención de subrayar uno de los logros de los ataques del martes y miércoles a los dispositivos inalámbricos de Hezbollah: que el grupo se había visto obligado a esconderse aún más en la clandestinidad.
“Sin duda, hemos sufrido un duro golpe”, afirmó Nasrallah en su discurso del jueves. “No tiene precedentes en la historia de la resistencia en el Líbano, al menos, ni en la historia del Líbano, y puede que no tenga precedentes en la historia del conflicto con el enemigo israelí en toda la región”.
Esta semana, miles de pequeñas explosiones arrasaron los bolsillos y las casas de miembros de Hezbollah, el martes contra buscapersonas y el miércoles contra walkie-talkies; en total, las explosiones mataron al menos a 37 personas, incluidos algunos niños, e hirieron a casi 3.000. El ataque, distópico en su estilo y escala, tomó por sorpresa al grupo que había optado por tecnologías analógicas después de renunciar a los teléfonos celulares para evitar la infiltración israelí.
Nasrallah prometió un “ajuste de cuentas”, pero no dio muchos detalles. El ataque “se enfrentará con un ajuste de cuentas y un castigo justo, de la manera que ellos esperan y de la que no esperan también”, afirmó.
Pero continuó con un tono inconfundiblemente moderado: “Sin embargo, debido a que esta batalla fue llevada a cabo por caras invisibles, deben permitirme cambiar mi estilo”, dijo.
“El momento de la verdad llegará. Su naturaleza, su alcance, cuándo y dónde… eso es algo que definitivamente nos reservamos para nosotros”, añadió. “Dentro del círculo más cerrado, incluso dentro de nosotros mismos, porque estamos en la parte más precisa, sensible y profundamente significativa de la batalla”.
Nasrallah intentó reforzar el discurso sobrio y elogió lo que describió como ganancias estratégicas de casi un año de enfrentamientos con las fuerzas israelíes en la frontera entre Líbano e Israel. También prometió seguir atacando posiciones israelíes hasta que termine la ofensiva de Israel en Gaza.
“Llevamos 11 meses diciendo esto, puede que nos estemos repitiendo, pero esta declaración llega después de estos dos grandes golpes, después de todos estos mártires, heridas y dolor”, afirmó Nasrallah. “Lo digo claramente: sin importar los sacrificios, las consecuencias o las posibilidades futuras, la resistencia en el Líbano no dejará de apoyar a Gaza”.
En respuesta a las amenazas israelíes de crear una zona de seguridad en la frontera sur del Líbano, Nasrallah adoptó un tono desafiante, “dando la bienvenida” a las tropas israelíes en el territorio donde dijo que los combatientes de Hezbollah aprovecharían rápidamente la oportunidad para atacarlos.
Mientras tanto, en el Líbano, la gente sigue recuperándose de los ataques que abrumaron a los hospitales con personas heridas, en su mayoría con heridas profundas en los ojos y la cara.
Es probable que Hezbollah se retraiga aún más a la sombra y se reagrupe en torno a sus métodos. Durante la guerra de 2006, el canal de televisión Al-Manar, del grupo combatiente, estuvo al aire durante los 34 días que duró el conflicto, a pesar de la dura campaña de bombardeos de Israel.
Las transmisiones en vivo han sido aclamadas desde hace mucho tiempo por Hezbollah como un símbolo de desafío contra el largo brazo del software espía israelí, y su capacidad para seguir transmitiendo contra viento y marea ha sido un motivo de orgullo para el grupo, lo que le otorga una cualidad mítica entre sus electores libaneses e incluso entre algunos de sus detractores.
Pero los ataques de esta semana a dispositivos inalámbricos han roto ese aura. Hezbollah –cuyo nombre literalmente significa Partido de Dios– se ha visto sacudido y obligado a enfrentarse a la nueva realidad de que está más expuesto de lo que jamás creyó estar.