(CNN) – El acuerdo alcanzado este jueves por la noche para poner fin a la huelga de 50.000 trabajadores portuarios tiene muchos ganadores y pocos o ningún perdedor.
El acuerdo solo afecta a los salarios, no a otras disposiciones contractuales. Pero el sindicato aceptó volver al trabajo este viernes tras tres días de paro mientras se negocian esos otros detalles, incluido un mayor uso de la automatización y la tecnología.
Pero el acuerdo salarial detuvo lo que podría haberse convertido en la huelga más perturbadora de EE.UU. en décadas si hubiera durado semanas o meses. La huelga detuvo el flujo de importaciones y exportaciones en docenas de puertos, lo que podría haber supuesto un golpe masivo si la huelga hubiera continuado.
He aquí cómo han salido las principales partes implicadas.
Los trabajadores
Los principales ganadores son los miembros de la Asociación Internacional de Estibadores (ILA, por sus siglas en inglés). Los miembros de este sindicato obtendrán un aumento inmediato de US$ 4 la hora, además de su salario máximo actual de US$ 39 la hora. Esto supone un aumento de más del 10%.
Y obtendrán el mismo aumento de US$ 4 dólares por hora cada año durante los seis años de vigencia del contrato. Esos US$ 24 dólares de aumento acumulado supondrán un incremento salarial del 62%. Y volverán a tener empleos bien pagados sin perder mucho en salarios. A diferencia de muchos sindicatos, el ILA carecía de prestaciones por huelga para ayudar a sus miembros a pagar sus facturas.
El acuerdo no alcanzó el 77% de aumento que pedía el ILA, pero superaba con creces las ofertas anteriores de la dirección de aumentos del 22% durante la vigencia del contrato, luego del 40% y, por último, de algo menos del 50%.
Harold Daggett
Hace una semana, pocos fuera del movimiento sindical estadounidense o del mundo del transporte marítimo conocían al presidente de la ILA, Harold Daggett. Al final de la semana, el controvertido jefe sindical era una figura nacional y una especie de estrella en ambos mundos.
Con un lenguaje colorista -soltando palabrotas casi una de cada dos frases- y declaraciones contundentes, como expresar su voluntad de hundir la economía mundial para conseguir que los miembros del sindicato consiguieran sus reivindicaciones, hizo su parte especialmente bien.
Daggett llamó la atención sobre los beneficios récord que las navieras han venido obteniendo desde la pandemia, y sobre cómo sus miembros se habían presentado a trabajar durante toda la pandemia para trasladar las mercancías que necesitaban los consumidores y las empresas. Y su estrategia ganó.
No toda la atención fue positiva. Llamó la atención su salario de casi un millón de dólares al año, mucho más que el de los jefes de algunos sindicatos más grandes. También salieron a la luz acusaciones de vínculos con la mafia, que Daggett niega y de los que fue absuelto en un caso federal RICO en 2005. Según el sindicato, Daggett recibió amenazas de muerte y fue acosado, lo que él calificó de intentos de hacerle ceder en la mesa de negociación.
Pero es probable que Daggett se sintiera complacido por la atención que la huelga atrajo sobre él y sus miembros, y por los beneficios que estaban obteniendo las compañías navieras de propiedad extranjera, dijo el Dr. Sal Mercogliano, historiador marítimo y profesor asociado de historia en la Universidad de Campbell.
“Querían llamar la atención del público”, dijo Mercogliano sobre el sindicato este viernes. “La influencia que tenía el ILA era enorme”.
Y Daggett mantuvo unificados a todos los sindicatos locales de las dos costas, algo que, según Mercogliano, no era seguro al inicio de las negociaciones. Mercogliano dijo que hace un año nunca habría predicho que todos los sindicatos locales irían a la huelga contra todos los puertos.
Empresas y consumidores
El hecho de que las mercancías empiecen a circular de nuevo en un plazo relativamente corto, y que haya poca o ninguna escasez, no solo puede considerarse una victoria para las empresas que envían mercancías, sino tmabién para los consumidores que las compran.
“La decisión de poner fin a la actual huelga y permitir la reapertura de los puertos de la costa este y del Golfo es una buena noticia para la economía del país”, declaró a última hora de este jueves la Federación Nacional de Minoristas. “Es de vital importancia que la Asociación Internacional de Estibadores y la Alianza Marítima de Estados Unidos trabajen diligentemente y de buena fe para alcanzar un acuerdo justo y definitivo antes de que expire la prórroga. Cuanto antes lleguen a un acuerdo, mejor para todas las familias estadounidenses”.
La escasez podría haber provocado un aumento de los precios de varios productos. La congestión en los puertos de la Costa Oeste a raíz de la pandemia resultó ser un factor importante en la subida de precios que comenzó en 2021.
La administración Biden
Hubo llamamientos para que el presidente Joe Biden utilizara sus poderes en virtud de la Ley Taft-Hartley para obligar a los miembros del ILA a volver al trabajo durante un “periodo de reflexión” de 90 días.
Esto habría eliminado gran parte de la influencia negociadora del sindicato, aunque no toda, ya que Daggett dejó claro en un video a los miembros que esperaba que siguieran cobrando y que los miembros moverían entonces solo una fracción de la carga que normalmente hacen.
Aun así, Biden se negó a actuar. Él y otros miembros de la administración -incluidos la vicepresidenta Kamala Harris y el secretario de Transporte, Pete Buttigieg- dejaron claro en declaraciones públicas que querían ver un acuerdo que recompensara a los miembros del sindicato por su trabajo, que produce beneficios récord para las navieras de propiedad extranjera.
Según Mercogliano, el hecho de que se produjera una huelga no fue una victoria para la administración. Una victoria clara habría sido evitar la huelga.
Pero habría sido catastrófico evitar una huelga prolongada que habría provocado un grave trastorno económico, con escasez para los consumidores, cierre de fábricas por falta de piezas o de capacidad para exportar, y llamamientos a actuar de un modo que habría enfurecido a los partidarios demócratas de los sindicatos. Como dijo Biden este viernes por la tarde: “Hemos evitado lo que podría haberse convertido en una grave crisis para el país”.
Por eso puede dar las gracias a su Secretaria de Trabajo en funciones, Julie Su, que estuvo este jueves en Nueva Jersey trabajando para cerrar el acuerdo salarial.
Las navieras
Puede parecer extraño, pero las navieras también salieron mejor paradas.
Un acuerdo rápido es una victoria para un sector que ahora mismo es muy rentable. En solo tres días, la huelga había inmovilizado el 5% de la capacidad mundial de contenedores, según Mercogliano. Después de una semana completa, habría sido del 10% y así hubiera seguido subiendo.
“Para las navieras, mientras sigan obteniendo beneficios, esto no es un gran problema”, afirmó Mercogliano.
No es que este fuera el acuerdo que quería la Alianza Marítima de Estados Unidos, el grupo que negocia en nombre de las navieras, los operadores de terminales y los puertos. Pero era con el que podían conformarse después de que la administración Biden dejara claro que no iba a intervenir. Mercogliano cree que la administración Biden presionó más a la USMX, como se conoce al grupo, que al sindicato.
La administración Biden “tenía influencia sobre la alianza marítima”, afirmó Mercogliano. Dijo que la USMX “escuchó la palabra que nunca quiere oír: “antimonopolio””, lo que sugiere que la administración podría haber considerado la posibilidad de tomar medidas contra la forma en que las navieras se coordinan entre sí.