(CNN) – El hospital de Ziv, en el norte de Israel, está en alerta máxima. Las operaciones no urgentes están suspendidas, se ha pedido al personal que considere la posibilidad de donar sangre cuando sea necesario y todos los pacientes -incluidos los recién nacidos en la unidad de maternidad- han sido trasladados bajo tierra.
La expectativa es clara: si Israel acaba enviando más tropas al sur del Líbano, la cosa podría ponerse sangrienta.
“Llevamos un año en situación de guerra, pero tras la entrada de las fuerzas en el Líbano, nuestros servicios y todo el personal están preparados para, por desgracia, la próxima oleada de víctimas”, declaró a CNN el director del hospital, Salman Zarka.
El Centro Médico Ziv es el único hospital de la zona y el más cercano a las fronteras de Israel con Líbano y Siria, así como con los Altos del Golán ocupados. El hospital de Safed lleva meses recibiendo heridos por fuego transfronterizo, incluidos niños heridos en el mortífero ataque de Majdal Shams en julio.
“Cuando hay combates sobre el terreno, suele haber más heridos y, por desgracia, soldados muertos. Espero que no ocurra, (pero) tenemos que estar preparados”, añadió Zarka, reservista de las FDI y excomandante del Centro de Servicios Médicos de las FDI.
Cuando las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lanzaron la semana pasada una operación terrestre contra el grupo militante Hezbollah, apoyado por Irán, en el sur del Líbano, sus mandos insistieron en que cualquier acción al otro lado de la frontera sería “limitada” tanto en su alcance geográfico como en su duración. Pero la realidad sobre el terreno indica que podría estar preparándose para la posibilidad de una guerra mucho mayor.
Las FDI dijeron este martes que unidades de cuatro divisiones están combatiendo en el sur del Líbano. Las fuerzas no revelan el número de efectivos, pero se cree que cada división está formada por entre 10.000 y 20.000 soldados. Israel también ha ampliado las órdenes de evacuación a aproximadamente una cuarta parte del territorio libanés, con más de 1,2 millones de personas desplazadas, según Naciones Unidas.
Daniel Sobelman, experto en seguridad internacional de la Universidad Hebrea de Jerusalén, dijo que las FDI han sido intencionadamente vagas sobre el alcance de la operación.
“Inicialmente, Israel dijo que se trataba solo de asegurarse de que toda la infraestructura (de Hezbollah) al otro lado de la valla quedaba destruida”, dijo.
“Pero lo que todos sabemos es que esta infraestructura no se detiene a unos cientos de metros o incluso a unos pocos kilómetros, sino que se extiende hasta Beirut, hasta el norte de Líbano, hasta el valle de la Beqaa. Si Israel realmente quiere limpiar esa zona, entonces estaríamos ante una operación a muy largo plazo”, afirmó.
La idea de una gran invasión terrestre causa inquietud a ambos lados de la frontera, donde los recuerdos de la última guerra siguen siendo crudos. El conflicto de 2006 se conoce en Israel como la “Segunda Guerra del Líbano”, a pesar de que era la tercera vez que Israel decía públicamente que entraba en territorio libanés, tras invadirlo en 1978 y 1982. La guerra terminó en tablas tras 34 días, después de que murieran unos 1.100 libaneses y unos 170 israelíes, entre ellos 120 soldados.
Para los libaneses, el conflicto actual ya es más sangriento que la última guerra. Más de 1.500 personas murieron en el país desde el 16 de septiembre, cuando Israel intensificó su campaña contra Hezbollah, según un recuento de CNN de declaraciones del Ministerio de Sanidad libanés.
Varias organizaciones internacionales han criticado a Israel por la escalada. La ONU declaró el mes pasado que “mientras Hezbollah ha disparado más misiles indiscriminadamente, obligando a miles de israelíes a abandonar sus hogares, Israel ha intensificado sus ataques aéreos indiscriminados y a gran escala en todo Líbano”, advirtiendo que el aumento de la violencia “aumenta la inestabilidad”.
Y aunque las bajas en el bando israelí son mucho menores y se limitan en su mayoría a militares, no son insignificantes: al menos 14 soldados de las FDI han muerto. Zarka declaró a CNN que, desde el inicio de la operación terrestre, el hospital ha recibido un flujo constante de soldados heridos, más de 100 solo en los primeros días.
Tanto las FDI como Hezbollah afirmaron que la semana pasada se habían producido intensos enfrentamientos y varios ataques transfronterizos.
El nivel de resistencia de Hezbollah ha sorprendido a muchos observadores, dado que Israel ha matado recientemente a casi toda la cúpula del grupo respaldado por Irán, incluido su antiguo jefe, Hassan Nasrallah.
Al mismo tiempo, Hezbollah sigue lanzando cohetes contra Israel con regularidad. Y aunque la mayoría de los proyectiles son interceptados por los sistemas de defensa antiaérea israelíes, algunos se cuelan. Este miércoles, dos civiles israelíes murieron por el impacto de un cohete en Kiryat Shmona, localidad situada a pocos kilómetros de la frontera.
Varios soldados israelíes que combaten actualmente en Líbano dijeron a CNN que el terreno abierto y montañoso donde se encuentra su enemigo dificulta la operación.
Un soldado, que estuvo desplegado en Gaza de octubre a marzo y en julio y agosto y que ahora lucha en el sur del Líbano, dijo que la guerra a lo largo de la frontera norte es muy diferente a la que vivió en Gaza.
“El reto no es que Hezbollah esté más equipado por Irán o tenga más entrenamiento. El reto es el cambio en la cabeza de meses de lucha en un territorio urbano frente a la lucha en un territorio abierto”, dijo, y agregó que incluso las maniobras más básicas - incluyendo la forma en que los soldados se mueven en una columna - son completamente diferentes.
Dado que las tropas de las FDI no están autorizadas a hablar con los medios de comunicación sin permiso oficial, CNN no publica el nombre del soldado.
Guerra de guerrillas
Sobre el papel, las fuerzas de Israel es muy superior a las milicias de Hezbollah. Tiene armas más avanzadas y sofisticadas, un número significativamente mayor de tropas, mejor inteligencia y aliados más fuertes. Pero el soldado que habló con la CNN dijo que estas ventajas no cuentan mucho en el tipo de combate que se libra en las colinas del sur del Líbano, donde la superioridad del armamento cuenta menos.
Sobelman, el experto en seguridad, dijo que Israel tuvo una experiencia similar en la guerra de 2006 contra Hezbollah.
“Hezbollah se enfrentaba al ejército más poderoso de Medio Oriente; había literalmente cientos de ataques aéreos israelíes al día, artillería y todas las capacidades que puede ofrecer un ejército moderno y avanzado. Y no fueron derrotados. Sobrevivieron. Y durante toda la ofensiva israelí, Hezbollah pudo disparar cientos de cohetes contra Israel cada día”, afirmó.
Sobelman dijo que tras el fracaso de 2006, Israel había pasado casi dos décadas preparándose para su próxima confrontación con Hezbollah.
“Se ha asumido que la próxima guerra va a ser con Hezbollah, no con Hamas. Probablemente nadie en la Tierra imaginó un escenario similar al del 7 de octubre. En cambio, Israel invirtió casi dos décadas preparándose para lo que hemos visto en las últimas semanas - y en términos de penetración de inteligencia de Israel en Hezbollah, es asombroso.”
Pero aunque Israel ha conseguido matar a varias de las principales figuras de Hezbollah y ha infligido mucho daño a los miembros de base del grupo mediante la explosión de buscapersonas y walkie-talkies, así como mediante ataques aéreos que también se han cobrado vidas de civiles, las FDI siguen enfrentándose a una feroz resistencia en el sur del Líbano.
Porque Hezbollah también se ha estado preparando para esta guerra.
“Se espera que Israel gane esta guerra sin pagar un precio demasiado alto. Pero ese nunca es el caso de la guerra de guerrillas”, dijo Sobelman, añadiendo que Israel está luchando en un territorio que Hezbollah conoce mucho mejor y que su oponente está decidido a infligir tantas pérdidas como sea posible a las FDI.
“Están atrincherados en instalaciones subterráneas y juegan a la defensiva”, dijo de los combatientes de Hezbollah. “Y no importa a cuántos de ellos mates, aun así (en una guerra de guerrillas) el bando más débil acaba ganando al imponer una acumulación sostenida de costes”.
Dijo que esto es exactamente lo que ocurrió en 2006, cuando Israel no fue capaz de lograr una victoria decisiva a pesar de sus capacidades superiores.
Aunque las FDI no han facilitado detalles sobre la forma en que murieron sus tropas en Líbano, Hezbollah ha afirmado haber tendido emboscadas con éxito a soldados israelíes en varias ocasiones, afirmando haber matado y herido a varios de ellos.
Adelante
A pesar de los desafíos, las FDI parecen decididas a seguir adelante. En declaraciones este miércoles, el jefe del Estado Mayor de las FDI, Herzi Halevi, afirmó que Israel “golpeará a Hezbollah con intensidad, sin darles tregua ni permitir que se recuperen”. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, llegó a advertir al pueblo libanés de que se enfrenta a caer “en el abismo de una larga guerra” por culpa de Hezbollah.
Los soldados israelíes sobre el terreno parecen preparados para una larga guerra. “Ojalá no tuviéramos que ampliar el alcance de la incursión terrestre… pero si tenemos que luchar para que los niños puedan ir a la guardería y no teman un ataque con misiles, también lo haremos”, dijo el soldado que habló con CNN, añadiendo que él y sus compañeros de combate estaban “más fuertes que nunca, preparados y decididos”
Este sentimiento parecía prevalecer entre las decenas de soldados israelíes que CNN encontró mientras informaba desde la frontera después de que las FDI anunciaran la operación terrestre. La mayoría de las tropas parecían muy animadas en los días posteriores al inicio de la operación terrestre. Cuando se les preguntó por Hezbollah en concreto, un grupo respondió gritando “¡Vamos por ellos!”.
Pero algunos miembros de la sociedad israelí no están tan seguros de que entrar en Líbano sea una buena idea. Varios civiles que viven en el norte de Israel dijeron a CNN la semana pasada que temen que una guerra terrestre pueda llegar a ser muy mortífera.
Y algunos, como Itamar Greenberg, están dispuestos a ir a la cárcel en protesta contra la guerra. El joven de 18 años es objetor de conciencia, o “refusenik”.
El reclutamiento es obligatorio para la mayoría de los ciudadanos israelíes, hombres y mujeres, y solo unos pocos jóvenes se atreven a negarse por motivos morales. Un puñado acaba en la cárcel cada año.
Hasta la fecha, Greenberg ha pasado 60 días en prisión: 30 días después de haberse negado por primera vez y 30 días después de ser llamado a filas por segunda vez y volver a negarse. CNN habló con él en Tel Aviv este miércoles, cuatro días antes de su ingreso en prisión tras negarse a alistarse por tercera vez.
Antes de que las FDI intentaran reclutarlo, Greenberg era un activista que hacía campaña contra la ocupación israelí de la Ribera Occidental y contra los ataques cada vez más violentos de los colonos judíos a las aldeas palestinas. Algunas de estas protestas se tornaron violentas tras la intervención de las autoridades de seguridad israelíes, lo que dejó una clara huella en Greenberg.
Cuando pasó un coche de policía con las sirenas encendidas, se estremeció y miró a su alrededor con preocupación.
Greenberg declaró a CNN que se había negado a alistarse en el ejército en protesta por la ocupación israelí de Ribera Occidental, su guerra en Gaza y, más recientemente, su operación en el Líbano. “La guerra del Líbano empezó cuando yo estaba en la cárcel. Bromeaba diciendo que ni siquiera tenía tiempo para rechazar todas sus jodidas guerras”, señaló.
Nació en 2006, el año de la Segunda Guerra del Líbano, una coincidencia que no se le escapa. “Los primeros soldados (israelíes) han muerto en la Tercera Guerra del Líbano y los niños que lucharán en la Cuarta Guerra del Líbano están naciendo ahora”, dijo.
“Esta guerra está creando la próxima guerra. Los niños que ven morir a su familia no se detendrán. Estoy bastante seguro, basándome en la historia, de que elegirán la resistencia y la violencia. Es triste, pero es la realidad”.
Zeena Saifi, de CNN, ha contribuido a este reportaje.