Groenlandia, la isla más grande del mundo en la que viven más de 56.000 personas, es un antigua colonia danesa y ahora territorio autónomo de Dinamarca.
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Donald Trump Jr. aterrizó el martes en Groenlandia, la isla ártica que su padre, el presidente electo de EE.UU. Donald Trump, ha expresado un fuerte deseo de comprar, a pesar de las tajantes declaraciones de Groenlandia de que no está a la venta.

Trump Jr. enmarcó el viaje como “un poco de diversión”. “Como amante del aire libre, estoy emocionado de hacer una parada en Groenlandia durante esta semana”, dijo a CNN.

Pero el viaje ha alimentado las especulaciones sobre cuáles son exactamente los planes de su padre para este territorio ártico.

En diciembre, Trump revivió los llamamientos hechos en su primera presidencia, calificando de “una necesidad absoluta” que Groenlandia sea propiedad estadounidense. Este martes, rechazó en conferencia de prensa descartar el uso de “coerción militar o económica” para hacerse de Groenlandia —o Panamá, que Trump también ha expresado deseo de poseer. “No, no puedo garantizar en ningún caso, pero sí puedo decir esto: las necesitamos por seguridad económica”, dijo.

El presidente electo dice que poseer la isla es vital para la seguridad de EE.UU., pero varios expertos dicen que también puede estar mirando otros aspectos de Groenlandia, como su tesoro de recursos naturales, incluidos metales de tierras raras, que pueden ser más accesibles a medida que el cambio climático derrita el hielo del territorio.

Una posición geopolítica única

Groenlandia es la isla más grande del mundo y en ella viven más de 56.000 personas. Es un antigua colonia danesa y ahora territorio autónomo de Dinamarca, que ocupa una posición geopolítica única, entre Estados Unidos y Europa. Su capital, Nuuk, está más cerca de Nueva York que de la capital danesa, Copenhague.

Durante mucho tiempo se ha considerado clave para la seguridad de Estados Unidos, especialmente para repeler un posible ataque de Rusia, dijo Ulrik Pram Gad, investigador sénior del Instituto Danés de Estudios Internacionales. La ruta marítima del paso del Noroeste discurre a lo largo de su costa, y la isla forma parte de la brecha Groenlandia-Islandia-Reino Unido, una región marítima estratégica.

Trump no es el primer presidente de Estados Unidos en plantear la idea de comprar Groenlandia. En 1867, cuando el entonces presidente Andrew Johnson compró Alaska, también consideró la compra de Groenlandia. Al final de la Segunda Guerra Mundial, la administración Truman ofreció a Dinamarca US$ 100 millones por la isla, según documentos divulgados por primera vez por medios daneses.

Ninguna de las dos ofertas fructificó, pero en virtud de un tratado de defensa de 1951, Estados Unidos obtuvo una base aérea ahora llamada Base Espacial Pituffik, en el noroeste de Groenlandia. A medio camino entre Moscú y Nueva York, es el puesto más septentrional de las Fuerzas Armadas estadounidenses y está equipada con un sistema de advertencia de misiles.

Estados Unidos quiere asegurarse de que “ninguna gran potencia hostil controle Groenlandia, porque puede ser un punto de apoyo para atacar a Estados Unidos”, dijo Pram Gad a CNN.

Rica en minerales raros

Sin embargo, lo que podría ser aún más atractivo para Trump son los ricos depósitos de recursos naturales de Groenlandia, dijo Klaus Dodds, profesor de geopolítica en Royal Holloway, Universidad de Londres.

Entre ellos figuran el petróleo y el gas, así como los metales de tierras raras, muy demandados para los automóviles eléctricos y las turbinas eólicas de la transición ecológica, así como para la fabricación de equipos militares.

Una de las muchas estaciones de investigación de la capa de hielo de Groenlandia que los científicos utilizan para dar seguimiento a su movimiento y elevación.

Actualmente China domina la producción mundial de tierras raras y ya ha amenazado con restringir la exportación de minerales críticos y tecnologías asociadas, de cara al segundo mandato de Trump.

“No hay duda en absoluto de que Trump y sus asesores están muy preocupados por el dominio que China parece tener (…) Creo que Groenlandia es realmente para mantener a China fuera”, dijo Dodds a CNN, al agregar que Groenlandia ofrece una fuente potencialmente rica de estos minerales críticos.

Oportunidades por el deshielo

El deshielo y el rápido aumento de las temperaturas en el Ártico están dando a Groenlandia un asiento de primera fila en la crisis climática, pero algunos también ven oportunidades económicas a medida que el cambio climático remodela el país.

La pérdida de hielo ha abierto las rutas marítimas, aumentando el tiempo de navegación durante el verano boreal. El transporte marítimo en el Ártico aumentó 37% en la década hasta 2024, según el Consejo Ártico, en parte debido al deshielo.

“Trump, creo, instintivamente capta la idea de que el Ártico se está derritiendo”, y las oportunidades percibidas, dijo Dodds. Aunque advirtió que, en realidad, las condiciones a lo largo de estas rutas siguen siendo a menudo traicioneras, y el deshielo puede hacer que las aguas sean aún más peligrosas para navegar.

A medida que el planeta se calienta, el hielo de Groenlandia se desprende de la isla y desemboca en el océano Atlántico, donde se derrite y contribuye al aumento del nivel del mar.

También se ha sugerido que el deshielo puede facilitar el acceso a los recursos naturales, pero aún no se ha demostrado que la crisis climática implique un gran cambio de juego para esto, dijo Phillip Steinberg, profesor de geografía de la Universidad de Durham.

No es que el cambio climático haga más accesibles los recursos de Groenlandia, dijo a CNN, sino “más necesarios”.

¿Podría ocurrir realmente?

Los gobiernos tanto de Dinamarca como de Groenlandia se han opuesto rotundamente a la idea de que la nación ártica pueda ser comprada.

“No estamos en venta y nunca lo estaremos. No debemos perder nuestra lucha de años por la libertad”, escribió la primera ministra de Groenlandia, Múte Egede, en una publicación de Facebook a finales de diciembre.

Kuupik V. Kleist, ex primer ministro de Groenlandia, dijo que Trump se dirigía más a los ciudadanos estadounidenses que a los groenlandeses. “No veo nada en el futuro que allane el camino para una venta. No se compra simplemente un país o un pueblo”, dijo a CNN.

Pero los comentarios de Trump llegan en un momento interesante para Groenlandia, dijo Dodds. Su gobierno, dirigido por el pueblo inuit, ha intensificado recientemente sus demandas de independencia de Dinamarca. En su discurso de año nuevo, Egede pidió que se eliminaran los “grilletes de la era colonial”.

“Esto causa pánico en Dinamarca”, afirma Dodds. En diciembre, Dinamarca anunció un enorme aumento del gasto militar para Groenlandia. Luego, a principios de enero, la familia real danesa lanzó un escudo real rediseñado, aumentando la prominencia del oso polar que simboliza Groenlandia.

Donald Trump Jr. posa tras llegar a Nuuk, Groenlandia, el 7 de enero de 2025.

Groenlandia ha tratado de impulsar su independencia diversificando su economía más allá de la pesca. En noviembre inauguró un nuevo aeropuerto en Nuuk como parte de sus planes para aumentar el turismo. Pero sigue dependiendo de una subvención anual de unos US$ 500 millones de Dinamarca, que ha demostrado ser un gran escollo para la independencia.

Esto plantea una pregunta muy intrigante, según Dodds: “¿Qué haría Groenlandia si Trump le ofreciera, digamos, US$ 1.000 millones al año para tener otro tipo de asociación?”.

Algunos políticos groenlandeses han estado sopesando la idea de una asociación especial, similar a la que Estados Unidos tiene con las islas Marshall, donde Groenlandia tiene soberanía, pero también apoyo financiero de Estados Unidos, a cambio de acuerdos sobre ciertos intereses estratégicos de EE.UU.

Sin embargo, el ex primer ministro Kleist se mostró muy escéptico de que este tipo de asociación pudiera funcionar. “Tampoco creo que (esto) tenga ningún interés. Solo hay que pensar en cómo ha tratado Estados Unidos a sus propios pueblos indígenas”, agregó.

Por ahora, sigue sin estar claro hasta qué punto Trump perseguirá su deseo declarado de adquirir Groenlandia una vez en el cargo. “Nadie sabe si es solo una bravuconada, si es una amenaza para conseguir algo más o si es realmente algo que quiere hacer”, dijo Pram Gad.