El papa Francisco saluda a la multitud desde el papamóvil al final de la misa del Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano el 24 de marzo de 2024.
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El argentino Jorge Mario Bergoglio alcanzó reconocimiento internacional en 2013. En marzo de ese año, fue elegido papa después de que Benedicto XVI renunció al cargo. Primer latinoamericano en encabezar a la Iglesia católica, adoptó el nombre de Francisco y, desde entonces, sus declaraciones sobre los sucesos mundiales —guerras, pobreza, conflictos sociales, los problemas dentro del propio clero— suelen convertirse en noticia.

A casi 12 años de que inició su pontificado y con 88 de edad cumplidos el 17 de diciembre, este mes Francisco publicó su autobiografía, Esperanza, un libro de casi 400 páginas en el que expone desde la historia de cómo sus abuelos emigraron de Italia hacia Argentina hasta sus reflexiones sobre las implicaciones de la Inteligencia Artificial.

En español, la obra será vendida en América Latina, el Caribe, España y Estados Unidos por Penguin Random House, dijo a CNN el director editorial del sello en México, David García Escamilla, y agregó que, si se considera la participación de otras editoriales, el tomo será distribuido en 18 idiomas en alrededor de 80 países.

Para García Escamilla, lo que diferencia este libro de otros escritos por papas previos es que se trata de la primera autobiografía publicada por un papa en funciones. Además —contó—, son memorias que Francisco originalmente quería que se publicaran hasta después de su muerte, pero ante diversas situaciones en el mundo el pontífice cambió de parecer.

“Él ve esta convulsión social, estos tiempos de guerra, y él dice ‘Creo que mi libro puede sumar ahorita’”, dijo García Escamilla, y destacó que la obra no busca ser “solemne”, sino incluir humor en las historias que desarrolla.

Esperanza, autobiografía del papa Francisco.

Escrita en colaboración con el periodista italiano Carlo Musso, la autobiografía tiene 25 capítulos. En el último, Francisco dice que la Iglesia contemporánea debe “abrirse al diálogo y no encerrarse en el miedo” porque “una Iglesia cerrada, asustada, es una Iglesia muerta”, una reflexión que, a juicio de García Escamilla, muestra que el papa no evade los temas incómodos.

“Habla en el libro de la agresión rusa contra Ucrania, habla del terror de Hamas en próximo y medio Oriente, la situación en Gaza, en Israel, en Palestina, habla también de los abusos sexuales que ha habido en el clero y que tienen a la Iglesia tan desdibujada”, dijo.

“Me gusta que en realidad es un papa, que en la medida de ser un papa —yo creo que ser un papa debe ser algo muy difícil—, él habla de la participación de las mujeres como diáconos. Si bien, digamos, no llega a decir que deberían estar abiertas al sacerdocio, veo que intenta hacer o intenta ser un papa para los tiempos que vivimos”, añadió el editor, y reconoció que algunas de estas opiniones podrían disgustar a sectores más conservadores.

Acerca del título del libro, García Escamilla dijo que es el mismo que se pensó desde que Francisco comenzó a trabajar en el texto en 2019 y alude a uno de los temas que más le interesan y que quiere transmitir a quienes lo lean.

“Él define a la esperanza como una niña graciosa que se bebe la vida, y lo que él dice es que perdió la esperanza varias veces en su vida”, expuso el editor, y resaltó cómo Francisco cuenta que en esos momentos lo que le ayudó a sobreponerse fueron la fe y el buen humor.

“Dice que en la vida adulta le pasaba que, cuando perdía esperanza, de repente él reencontraba, a través de su propia fe, que la esperanza era un aliciente para seguir… Me parece bien poderoso que un papa te diga ‘Pues a veces sí pierdo la esperanza, y también por eso me refugio en el buen humor’”, dijo.