(CNN) – Durante 53 años, Jan Swain vendió mapas. Atlas mundiales, libros de guía, globos y mapas de papel plegables de ciudades, estados y países. Dirigió The Map Store, una institución fundada por su padre en 1937 con el nombre Milwaukee Map Service.
En abril, Jan, de 79 años, cerró la tienda para siempre. Fue algo que dijo que vio venir durante dos décadas, pero que se apresuró con el lanzamiento del iPhone en el 2007. Los sitios web de mapas ya eran comunes entonces. Podrías cargar minúsculos mapas en algunos teléfonos celulares, y las unidades de GPS ya estaban apareciendo en los automóviles. Pero la pantalla de Apple y la aplicación incorporada de Google Maps cambiaron instantáneamente la forma en que la gente navegaba.
“Puedes llevar el mundo entero contigo si quieres con un iPhone”, dijo Swain. “No hay necesidad de estos trozos de papel que la gente solía usar, los únicos que compran esos son los mayores de 40 años”.
A lo largo de su vida de una década, el iPhone ha alterado muchas industrias, para bien y para mal. Como una potente computadora que puede meterse en tu bolsillo trasero, el iPhone pulverizó mapas, cámaras digitales, grabadoras de voz, relojes, consolas de juegos de mano y reproductores de MP3 como el iPod de la misma Apple.
Mirando hacia atrás, el iPhone puede parecer un producto revolucionario resultado del ingenio de Steve Jobs. Pero el dispositivo fue una culminación bien sincronizada, inteligentemente ejecutada de múltiples tendencias que ya estaban sucediendo en la industria.
“Lo que Apple hizo muy bien, y yo diría mejor que nadie, es que descubrió la interfaz de usuario para este pequeño diseño”, aseguró el analista de Gartner Tuong Nguyen.
Los teléfonos existentes ya estaban agregando minúsculas y terribles cámaras. El primer iPhone tomaba fotos aún granulares con una cámara de dos megapíxeles. La gente comenzó a cambiar las cámaras digitales por tomar fotos con teléfonos inteligentes, aunque la calidad (aún) no era tan buena.
La idea de que la mejor cámara era la que ya tenías contigo, popularizada por el fotógrafo de Seattle Chase Jarvis, significaba que los propietarios de teléfonos inteligentes estaban tomando toneladas de fotos con los dispositivos. Aplicaciones como Hipstamatic e Instagram lanzaron filtros ‘vintage’ para compensar la baja resolución.
“La esencia de las imágenes no se trata de megapíxeles, tamaño y todas aquellas cosas que las compañías de cámaras quieren que creas”, afirmó Jarvis, quien es el fundador y consejero delegado de CreativeLive, que ofrece clases de fotografía en línea. “Se trata de historias y momentos y si los capturas o no”.
El año pasado, 24,2 millones de cámaras se vendieron en todo el mundo, según Camera & Imaging Products Association (CIPA). Es una caída en picada devastadora con respecto a las 100,4 millones que salieron de las tiendas el año en que se lanzó el iPhone. Las cámaras con lentes intercambiables siguen siendo populares entre los profesionales y entusiastas, pero las de bolsillo han sido diezmadas.
Y luego están las cosas que Apple acaba de matar con una aplicación. Su grabadora de voz, aunque lejos de ser perfecta, fue lo suficientemente conveniente para reemplazar la cinta y grabadoras de voz digital. Una vez que la App Store se lanzó en el 2008, su cantidad de juegos hizo cada vez menos populares a los gadgets de videojuegos de bolsillo (aunque todavía persisten en sobrevivir).
Sólo por el hecho de poner la hora en su pantalla de inicio, Apple convenció a algunas personas de abandonar sus relojes de pulsera. El mercado se mantuvo estable, y más de 1.200 millones de relojes aún se venden cada año. Apple espera que su propia computadora de muñeca, el Apple Watch, haga a los consumidores desprenderse de marcas como Rolex, Fossil y Omega.
Y ahí no termina todo para Apple. El iPhone está tratando de reemplazar tu cartera o billetera. Apple Pay, lanzado en el 2015, le permite a la gente pagar por bienes y servicios con su teléfono en lugar de usar una tarjeta de crédito o el efectivo. La adopción es más complicada y requiere grandes actualizaciones tecnológicas en todo el panorama de los pagos.
Algunas industrias se han adaptado. Sanborn, que fuera alguna vez que el fabricante de mapas de papel más grande de Estados Unidos, ha cambiado su enfoque a teledetección láser y cartografía digital. Pero las pequeñas empresas como Swain han tenido que cerrar.
“Así es como va la vida. Hay una gran cantidad de industrias que han ido y venido”, dijo Swain. “La gente que hacía sillas y látigos para caballos salió del negocio cuando llegó el automóvil”.