(CNN) – Cuando Rusia voló sus bombarderos sobre la península de Corea la semana pasada, fue una señal para sus aliados en Beijing: un telegrama para Washington de que Moscú también estaba volteando hacia a Asia.
Puede que el Kremlin no se convierta en el defensor más firme y crítico de Pyongyang en esta nueva conflagración, pero su cameo en la región es otro intento del presidente de Rusia, Vladimir Putin, de insertarse en un estancamiento geopolítico que involucra a Estados Unidos.
Los expertos dicen que también puede ayudar a desviar la atención de los próximos ejercicios militares en Belarús y Rusia occidental del próximo mes, que han molestado a los miembros de la OTAN, preocupados por lo que equivale a una acumulación masiva de tropas rusas en los bordes de Europa oriental.
China, que voló bombarderos poco tiempo después, se negó a comentar sobre la demostración de fuerza de Moscú. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo en su rueda de prensa regular el miércoles que no “cuantificará qué tan cerca China y Rusia están cooperando en la cuestión nuclear de Corea del Norte”, dijo Hua Chunying, portavoz del ministerio.
“Al igual que China, Rusia juega un papel fundamental en el mantenimiento de la paz global y la estabilidad, así como en la promoción de soluciones pacíficas a los temas de los puntos de conflicto en la región”, dijo Hua. “China está dispuesta a fortalecer su cooperación y coordinación con Rusia para preservar conjuntamente la paz y la estabilidad en la región y en todo el mundo”.
El verdadero causante de los problemas
Si China está perturbada por su alguna vez dominante socio comunista que intenta conseguir más influencia en la región, no está mostrando externamente esas preocupaciones.
“Creo que China confía en que su desarrollo económico, su desarrollo militar tiene lugar a un ritmo más rápido que el de Rusia, por lo que a largo plazo Rusia no estará en condiciones de cuestionar seriamente los intereses fundamentales de China”, dijo Tong Zhao, del Centro Carnegie-Tsinghua para la Política Global en Beijing. “Hay ciertos elementos de competencia entre los dos países, pero sus preocupaciones compartidas acerca de Estados Unidos superan en gran medida eso en este momento”.
Tanto Moscú como Beijing “comparten la percepción básica de quién es el verdadero causante de los problemas y quién es la mayor amenaza común en la península de Corea”, dijo Tong a CNN.
Ese causante de problemas, dijo, es Estados Unidos, y más específicamente, el ocupante en la Casa Blanca.
“El secretario (de Estado estadounidense Rex) Tillerson dice que quiere hacer diplomacia antes de considerar otras opciones, pero hay retórica de otras personas en la Casa Blanca, por ejemplo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tuiteando que hablar no es la respuesta. Creo que desde la perspectiva china, Estados Unidos todavía está considerando una opción militar, así que eso no tranquiliza a los líderes de Corea del Norte o China”, dijo Tong.
Cada acción que toma Pyongyang, dijo Tong, podría ser interpretada por Beijing y Moscú como una reacción a la postura creciente de Trump.
Putin pareció reiterar esto el jueves cuando llamó a los intentos de lograr que el régimen de Kim Jong Un cese su programa nuclear “un callejón sin salida”.
“Rusia cree que la política de presionar a Pyongyang para que detenga su programa de misiles nucleares es equivocada y vana”, dijo Putin en un artículo publicado por el Kremlin. “Las provocaciones, la presión y la retórica militarista e insultante son un callejón sin salida”.
Rusia recientemente ha estado haciendo incursiones para contrarrestar la percibida influencia de China sobre Corea del Norte. Entre las propuestas figuran el perdón de la deuda norcoreana de la era soviética por parte de Rusia, de los cuales 10.000 millones de dólares adeudados por Pyongyang fueron pasados a pérdidas por el Kremlin. Moscú es uno de los mayores donantes de ayuda alimentaria para Corea del Norte, y junto a Beijing, fue golpeado recientemente con sanciones del Tesoro de Estados Unidos por vender petróleo al régimen norcoreano.