Washington (CNN) – Robert Mueller quiere hablar con Donald Trump. El presidente quiere hablar con el fiscal especial. Eso significaría un pacto ya acordado, ¿cierto?
No exactamente.
Donald Trump apareció este miércoles para hacer un gesto significativo al decirle a los periodistas que quería hablar con Mueller, y estaba listo para hacerlo bajo juramento.
Su oferta llegó un día después de que Mueller solicitara una entrevista con el presidente. Aparentemente comienza a cerrar una rama de su investigación sobre si Trump obstruyó a la justicia al despedir al director del FBI James Comey, mientras este probaba una presunta colusión entre Trump y Rusia durante las elecciones de 2016.
“Estoy deseando que llegue, en realidad”, dijo Trump, antes de ofrecer una vista previa de cómo sería su testimonio.
“Aquí está la historia: no ha habido colusión alguna. No hay obstrucción alguna”, dijo Trump.
Dando un paso más, en el segundo día de continuas revelaciones sobre Mueller, Trump se ofreció a dar la entrevista bajo juramento.
“Lo haría”, dijo. “Lo haría bajo juramento, sí”.
A primera vista, su declaración representó un avance significativo en la investigación sobre la injerencia de Rusia, ya que a principios de este mes Trump cuestionó por qué sería necesaria una entrevista si jamás hubo “colusión”.
Pero el momento del comentario, las circunstancias de las negociaciones en curso de su equipo legal con Mueller, y el propio récord del presidente de revertir declaraciones aparentemente inflexibles significan que esta nueva postura se debe tratar con precaución.
Tampoco estaba claro de inmediato si la jugada de Trump era una estrategia coordinada con su equipo legal, o una acción del presidente que, característicamente hablando, impedía a sus abogados adaptarse.
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Por supuesto, el presidente, en la creencia de que es inocente y no está en absoluto amenazado por la investigación de Mueller, simplemente podría estar dispuesto a declarar bajo juramento porque cree que es la salida más rápida de la problemática rusa.
Es posible que la jugada de Trump sea astuta.
Eso es porque aunque Mueller parece estar llegando al final de la pieza de obstrucción de la investigación, sería un error concluir que sus tácticas apuntan a un hallazgo final de que Trump es culpable de una transgresión grave.
Incluso si el presidente sabía que estaba en peligro por la investigación de Mueller, ofrecerse para testificar podría ser una medida inteligente, ya que le da a entender que no tiene nada que ocultar, como parte del juego previo a la entrevista de establecer expectativas.
Pero dado que se dejó una advertencia importante, la autenticidad de su oferta podría estar en duda.
“Me encantaría hacerlo. De nuevo, tengo que decir, sujeto a mis abogados y todo eso, pero me encantaría hacerlo”, dijo Trump.
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Entonces, si cambia de opinión en el futuro, Trump se habrá beneficiado del valor político de ser visto públicamente dispuesto a testificar, pero podría renegar diciendo que, aunque le encantaría ayudar, se somete al consejo de su equipo legal para declinar respetuosamente.
Al decir que está listo para hablar, Trump podría estar participando en una buena estrategia con su equipo legal, ya que negocia los términos de cualquier entrevista. Las discusiones podrían centrarse en si Trump podrá dar respuestas por escrito, dónde o cuándo se llevará a cabo la entrevista y si sus representantes legales pueden estar en la sala.
Así, Trump puede haber simplemente hecho una oferta de apertura el miércoles, que eventualmente se reducirá a términos más limitados en una oferta final.
También existe la posibilidad, no obstante, de que haya estado actuando impulsivamente, una situación plausible ya que tiene un récord en su primer año en el cargo de proporcionar respuestas que su audiencia quiere escuchar.
Un miembro del equipo legal de Trump, Ty Cobb, pareció insinuar que los comentarios del presidente no eran su posición definitiva cuando dijo en una declaración que el presidente había estado “hablando apresuradamente” a los periodistas antes de partir en un viaje a Suiza.
También es posible que Trump haya debilitado la mano de su equipo legal, ya que Mueller podría ahora, presumiblemente, argumentar que Trump ha aceptado sus términos, por lo que no tiene sentido esperar más para reunirse.
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CNN ha informado previamente que algunos aliados de Trump no quieren que testifique de forma voluntaria ante Mueller, por temor a que pueda poner en peligro su presidencia y su posición legal personal si lo hace.
Y dada la probada propensión de Trump a estirar la verdad, su volubles temperamento y su falta de voluntad para escuchar consejos, algunos expertos legales también advierten que una entrevista con Mueller podría ser una trampa peligrosa.
Pamela Brown de CNN y Gloria Borger contribuyeron a esta historia