(CNN) – Facebook está en el ojo de la tormenta por su rol como vía de influencia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Pero Mark Zuckerberg se ha aislado a sí mismo, garantizando que su trabajo esté a salvo.
Es posible que los políticos eventualmente le den un leve castigo al presidente ejecutivo de Facebook. Los clientes pueden rebelarse. Los accionistas podrían un día incluso pedir que Zuckerberg renuncie, aunque eso puede que no suceda.
Pero es poco probable que alguien sea capaz de obligar a Mark Zuckerberg a hacer cambios significativos en cómo conducir la compañía en el futuro previsible.
Esto se debe a que Zuckerberg posee más del 75% de las acciones clase B de Facebook, que obtienen 10 votos de los accionistas, en comparación con el voto de un inversionista ordinario de Facebook que posee las acciones A que se negocian en Wall Street.
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En otras palabras, Zuckerberg no tiene que escuchar lo que dice Wall Street. ¿Pero debería hacer cambios aún mayores?
Los políticos de Estados Unidos y Europa piden a Mark Zuckerberg que estudie cómo los datos de los usuarios de redes sociales se vieron comprometidos luego de que la empresa Cambridge Analytica, vinculada a la campaña de Donald Trump, obtuviera acceso a información de aproximadamente 50 millones de usuarios de Facebook.
Facebook reveló este viernes que ya no permite que Cambridge Analytica use su plataforma.
Aun así, eso no ha sido suficiente para evitar que los inversores se preocupen de cómo todo el drama de Rusia-Trump-Cambridge dañará a la compañía a largo plazo. Esto está empezando a pasar factura en las acciones de Facebook.
Las acciones de Facebook cayeron casi un 7% este lunes, borrando todas las ganancias de la compañía en lo que va del 2018.
Daniel Ives, jefe de investigación de Tecnología, de GBH Insights, escribió en un informe que “Facebook una vez más se ha encontrado en el lado equivocado de los obstáculos políticos”.
Ives agregó que la suspensión de Cambridge Analytica desde su plataforma de datos “ahora vuelve a poner a Zuckerberg y compañía en este acalorado debate y en la mira regulatoria de Washington y de la Unión Europea”.
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Sin duda, los especialistas en marketing aún no pueden huir de Facebook debido a estos problemas.
“El negocio de la compañía probablemente no tendrá un impacto significativo por ahora porque no creemos que los anunciantes cambien repentinamente sus gastos en la plataforma”, dijo Brian Wieser, analista de Pivotal Research Group, en un informe.
Pero Wall Street ya está nervioso de que Facebook esté llegando a la madurez en el mercado local. El número de usuarios activos diarios en América del Norte, aunque todavía es impresionante, 184 millones, cayeron desde hace un año por primera vez en el último trimestre.
Los problemas políticos son lo último que necesita Facebook, ya que trata de convencer a los usuarios y a los inversores de que sus mejores días no han pasado.
Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo, tuiteó este lunes que “las denuncias de uso indebido de los datos de los usuarios de Facebook son una violación inaceptable de los derechos de privacidad de nuestros ciudadanos” y que el Parlamento Europeo planeó investigar.
Y la senadora estadounidense Amy Klobuchar, demócrata de Minnesota y miembro del Comité Judicial del Senado, dijo en Twitter que las noticias de Cambridge Analytica representan una “brecha importante” que el Congreso.
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John Kennedy, un senador republicano de Louisiana, se unió a Klobuchar el lunes para llamar a Zuckerberg y los directores generales de otras firmas de tecnología, para que se presenten ante el Comité Judicial.
¿Esto sucederá? Zuckerberg no compareció ante los legisladores en noviembre pasado cuando el Congreso celebraba audiencias sobre cómo las granjas rusas de troles intentaron afectar las elecciones de 2016. El asesor general de Facebook Colin Stretch lo hizo en su lugar.
Es posible que Zuckerberg no tenga que responderle a nadie, pero si las llamadas de políticos, clientes y accionistas se intensifican, es posible que se dé cuenta de que hacerlo es lo mejor para él.