(CNN) – Donald Trump siempre se esfuerza por dominar el centro del escenario, pero el pugilístico presidente de Estados Unidos está involucrado en tantas pruebas de voluntad que se están intensificando tanto a nivel global como doméstico, que se está volviendo imposible llevar la cuenta.
Incontrolado y atacando a sus enemigos tanto en casa como en el extranjero, Trump cada vez más está exportando la turbulencia que ha dejado exhausta a Washington.
Este lunes inicia otra semana crucial para la presidencial de Trump: altos funcionarios se reúnen bajo la dirección del nuevo asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, para discutir cómo responder al presunto ataque con armas químicas en Siria con el mundo al al borde de un potencial ataque.
El ataque a civiles, del que Trump responsabilizó a Bashar al-Assad, ya está generando el prospecto de una nueva acción militar por parte de Estados Unidos, ya que el presidente sirio no fue disuadido por los ataques con misiles estadounidenses después de un ataque similar el año pasado. Elevando las tensiones, la televisión estatal siria reportó un ataque con misiles en una base aérea el domingo en la noche, del que se ha dicho que al parecer fue Estados Unidos. El Pentágono, sin embargo, negó la responsabilidad, y el Ministerio de Defensa de Rusia aseguró que Israel estuvo detrás de los bombardeos.
Este domingo, la habilidad política beligerante de Trump dio un inesperado giro cuando, en un movimiento sin precedentes, responsabilizó al presidente Vladimir Putin por el ataque con armas químicas en un momento potencialmente catastrófico para el rápido empeoramiento de las relaciones de Estados Unidos con su rival nuclear, Rusia.
Entre tanto, Trump está llevando a Estados Unidos al borde de una guerra comercial con China, aparentemente superando con mucha ventaja a sus altos consejeros económicos y estableciendo una confrontación pública con el líder de China, Xi Jinping.
Tampoco hay respiro para la Casa Blanca maltratada por la crisis local. Se espera que la elección que hizo Trump del nuevo secretario de Estado, Mike Pompeo, sufra en la audiencia de confirmación este jueves, en la que los demócratas esperan vengarse.
La orden de la semana pasada de enviar tropas de la Guardia Nacional a la frontera sur, hecha por Trump, para responder a lo que los críticos ven como una crisis inexistente, polarizó aún más un enfrentamiento por el tema de inmigración en Washington que probablemente empeorará en los próximos días.
Y la constante agitación por la salida del personal y la discordia al interior del gobierno se cobró otra víctima este domingo en la noche, cuando el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Michael Anton, se fue, justo antes de que Bolton tomara las riendas.
El administrador de la Agencia de Protección Ambiental, Scott Pruitt, sigue de un hilo después de una vertiginosa secuencia de escándalos, aunque el presidente puede cambiar de parecer repentinamente, así que no hay garantía de que Pruitt pueda seguir en el puesto al final de la semana.
La nube de Rusia que persigue a Trump cada día desde que asumió la presidencia, al parecer también podría complicarse esta semana. Es posible que la aparición del presidente ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, esta semana en el Capitolio pueda revivir el escrutinio sobre la intromisión de Rusia en la elección presidencial de Estados Unidos, algo que seguramente va hacer que el presidente se enfurezca.
Y como siempre, existe la posibilidad de que haya nuevas revelaciones perjudiciales relacionadas con la investigación del fiscal especial Robert Mueller.
Este viernes, CNN reportó en exclusiva que Trump ha empezado la preparación informal para una potencial entrevistas con Mueller, a la que su equipo legal se opone, pero podría representar otra oportunidad en la que se pongan a prueba las voluntades entre el presidente y un adversario.
Además es casi seguro que Trump se esté preparando para el fin de la semana para renovar su disputa pública con James Comey, pues el despedido director del FBI romperá su aislamiento antes de la publicación de sus memorias el 17 de abril, en una entrevista con ABC dos días antes.
Sin embargo, en el corto plazo, es probable que los enfrentamientos con Siria y China irriten especialmente al presidente de Estados Unidos.
Sin embargo, la verdad es que en el duelo de China, del Medio Oriente o el de Rusia, o las interminables batallas que azotan a Washington por cuenta del presidente, nadie puede predecir realmente cómo terminará todo esto.