Londres (CNN) — La visita del príncipe Guillermo en una misión militar británica a las Islas Malvinas lo puso en el centro de la tormenta diplomática con Argentina en la pugna por saber a quién le pertenece el archipiélago por el que ambas naciones fueron a la guerra en 1982.
El servicio de seis semanas del príncipe con un equipo de búsqueda y rescate de la fuerza aérea británica ha potenciado la ira en Argentina, en donde la hostilidad hacia Reino Unido por el territorio que los sudamericanos denominan Islas Malvinas es de por sí ya intensa.
La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y el primer ministro británico, David Cameron, han mantenido una fuerte guerra de declaraciones en las últimas semanas, resucitando los recuerdos del conflicto. Argentina ha pedido ayuda a sus aliados en la región, como Brasil, para reclamar su control del territorio.
¿Por qué son tan importantes las Islas Malvinas o Falklands?
Localizadas en el Océano Atlántico Sur, a 480 kilómetros al este del cono de Sudamérica, las airosas Islas Malvinas (o Falklands para los británicos) son una parada estratégica para el transporte marítimo y una fuente potencial de recursos naturales.
Su lejanía, sin embargo, las expuso a la compleja disputa sobre su pertenencia entre británicos, franceses, españoles y argentinos. Los fundadores argentinos declararon formalmente su posesión en 1820, lo que llevó a Reino Unido a reivindicar la soberanía que originalmente declaró en 1765.
Pese a los desafíos habituales, sobre todo en 1982, el control británico ha perdurado y los actuales 2,500 habitantes de las Falklands miran a Londres para proteger el petróleo, la pesca, la agricultura y los ingresos que produce el turismo.
¿Qué pasó en 1982?
Las Malvinas se convirtieron en campo de batalla, mientras británicos y argentinos enviaban buques de guerra, submarinos, aviones y tropas a la isla. Las hostilidades diplomáticas inicialmente estallaron por las actividades argentinas en Georgia del Sur, un territorio británico mucho más lejano en el Atlántico del Sur.
Las fuerzas navales fueron enviadas por la primera ministra británica, Margaret Thatcher, cuando la dictadura militar del presidente argentino Leopoldo Galtieri lanzó una invasión a las Malvinas el 2 de abril. Las tropas lucharon en las islas, los aviones fueron derribados y los buques atacados con importante número de bajas humanas -sobre todo el buque argentino General Belgrano y los buques británicos Sheffield y Antelope HSM, así como el avión Sir Galahad de los ingleses.
Reino Unido declaró el fin de las hostilidades después de 74 días de la rendición de las tropas argentinas. La cifra de muertos de Argentina fueron, según sus fuentes, 645. Las pérdidas civiles y militares de los británicos ascendieron a 255.
¿Cómo reaccionó Estados Unidos y otras potencias mundiales?
El gobierno del presidente Ronald Reagan tomó una postura pública favorable a los británicos, y enunció sanciones económicas en contra de Argentina. También dio una ventaja estratégica a su aliado de la Guerra Fría mediante el suministro de potentes misiles Sidewinder, para contrarrestar a los misiles Exocets de Argentina.
En el punto álgido del conflicto, una reunión en Versalles: Francia, de las mayores economías del mundo, entre ellas Reino Unido, EU, Alemania, Italia, Francia, Japón y Canadá, respaldaron la postura de Gran Bretaña.
¿Por qué Reino Unido no renunció a las islas como lo hizo con Hong Kong?
Reino Unido reconoce que su reclamo sobre las Malvinas es polémico, pero no tiene ninguna intención discutir el tema de la soberanía, según el profesor Clive Schofield, experto en disputas marítimas, de la Universidad de Wollogon, en Australia.
Dice que no existe comparación con Hong Kong, al cual Reino Unido regresó al control chino después de la expiración de un contrato de alquiler conjunto, en 1997. “La postura del Reino Unido sobre las Falklands es que están bajo la soberanía británica, no se las alquilamos a nadie”.
¿Qué ha pasado con las islas desde el final de la guerra de 1982?
Aguijoneada por el conflicto y herida por las acusaciones de negligencia, Reino Unido comenzó a tomar un renovado interés económico en las Falklands. Protegió los derechos de pesca y aseguró el control de los permisos de exploración petrolífera. También intensificó sus intereses militares, con la construcción de una nueva base aérea y reforzó su presencia naval, terrestre y aérea.
La cooperación entre Reino Unido y Argentina ha mejorado, aunque Buenos Aires continuó con su rechazo a cualquier reivindicación sobre la pertenencia de Las Malvinas si no era la suya.
¿Por qué el lenguaje entre Londres y Buenos Aires es más tenso ahora?
Pura política, según los analistas. El despliegue de Guillermo, el príncipe británico, ha añadido más drama, al igual que las reclamaciones por colonialismo y sus respectivas réplicas, y por la decisión tomada esta semana por Reino Unido de enviar su nuevo destructor, Dauntless. Pero, dicen, el verdadero origen de este nuevo reavivamiento de las tensiones reside en que los políticos argentinos tratan de distraer a los electores del dolor provocado por la inflación y la reducción de los subsidios al petróleo, gas y electricidad.
“El gobierno está en aprietos por diversos factores, por lo que una manera de distraer la atención de los problemas económicos que enfrenta el país es elevar la cuestión Malvinas”, comentó el profesor Mark Jones, experto en política latinoamericana en la Universidad Rice, en Texas. “Es uno de los pocos temas, además del fútbol, del cual se puede lograr un consenso universal”.
En el Reino Unido, Cameron, heredero del legado del Partido Conservador de Margaret Thatcher, debe ser visto a defender los principios por los que su predecesora movilizó a las tropas. “No se trata de hacer valer un reclamo, se trata de permitirle a la gente de Falklands el contar con el derecho de la autodeterminación” comentó Simon Weston, veterano del conflicto angloargentino.
¿Qué ha hecho Argentina para reforzar sus reivindicaciones?
Ha cerrado filas en torno a la causa con los aliados regionales, ya que los miembros del bloque sudamericano de comercio, conocido como Mercosur, se unieron a la prohibición de la entrada a sus puertos de buques con banderas de las Islas Malvinas.
Esto en gran medida “parte del simulacro diplomático” el cual ayudará en muy poco a aislar a las islas, dice el profesor Roett Riordan, quien encabeza el programa de América Latina en la Universidad John Hopkins, en Washington DC.
Jones añade que una presión más eficaz podría ser aplicada si la presidenta Fernández de Argentina convence al presidente chileno, Sebastián Piñera, de cancelar una vital conexión entre las Islas Malvinas y Santiago.
¿Ahora el tema sólo es por la cuestión del petróleo?
Parcialmente. Existe un resentimiento argentino por un proyecto británico de exploración petrolera que el país europeo lanzó cerca de las Malvinas, en el 2010. Esto se ha agravado aún más por la reciente relegación de Argentina en la materia, el cual ha pasado de ser un país exportador a un importador neto de hidrocarburos.
No obstante, los analistas insisten en que esto sigue siendo una atracción más para la fuerza política ofrecida por el conflicto de las Malvinas.
“El tema del petróleo siempre está ahí”, dice Riordan. “Pero hasta ahora no hemos tenido confirmación alguna de que existan importantes yacimientos que fueran económicamente viables para su extracción”.
¿Es probable que el conflicto vuelva a producirse?
No, según los analistas. Si bien existen similitudes con lo sucedido en la década de 1980, políticos que utilizan las tensiones angloargentinas para atraer votos y desviar la atención de los problemas económicos domésticos, existe poca intención de conflicto en ambos partes.
Un ex alto oficial del Ejército británico dijo el mes pasado que los recortes en Reino Unido habían dejado a su país “no listo” para otro conflicto por las Falklands.
Argentina se encuentra, al parecer, en una situación similar. “Incluso si Argentina quisiera ir a la guerra, no cuentan con la capacidad militar”, dijo Jones.