(CNN) — Las campañas presidenciales de Barack Obama y Mitt Romney de los últimos dos meses llegaron al día clave con unos candidatos que tuvieron actividades muy diferentes, con un presidente Obama más reservado a diferencia de su rival republicano, quien mantuvo las reuniones masivas en estados claves.
Aunque es probable que la jornada electoral finalice hasta las primeras horas del miércoles, fiel a su costumbre en el día de la elección, Obama mantuvo un perfil bajo, concentrándose en una docena de entrevistas vía satélite con canales de televisión para motivar a sus electores.
El presidente también se presentó en una oficina de campaña en Chicago para estrechar la mano de los voluntarios. “Solo quiero decir lo agradecidos que Michelle y yo estamos con todas las familias, todas las comunidades que nos han acogido en sus hogares, en algunos casos, en los barrios, y en algunos casos han trabajado tan duro en nuestro nombre”, dijo Obama.
Pese a estas discretas apariciones, el presidente se mantuvo fuera de vista analizando el desarrollo de la jornada con amigos, familiares y un círculo de asesores que lo han acompañado desde los primeros días de su carrera presidencial en 2008.
Poco después del medio día, en Chicago, el presidente continuó con su hábito de candidato de jugar un partido de basquetbol cada día con sus colaboradores y amigos. La única vez que no hubo partido fue cuando Obama perdió en las primarias de 2008 con su entonces rival demócrata Hillary Clinton en New Hampshire, según el asesor de la campaña Robert Gibbs.
Tal y como dijo su secretario de prensa, Jen Psaki, el presidente decidió no visitar algunos de los estados clave en disputa, como sí lo hizo el republicano Mitt Romney durante la jornada electoral de este martes.
El republicano no pasó las últimas horas de la carrera presidencial en su ciudad natal, como es tradicional, sino que se embarcó en un esfuerzo de último minuto por los votos en Ohio y Pennsylvania, dos estados clave para conseguir la mayoría de delegados. Dijo que solo escribió un discurso para esta noche: el de victoria.
Romney se despertó en su casa de Belmont, Massachusetts. Junto a su esposa Ann, votó en su casilla local antes de iniciar su recorrido con visitas rápidas e informales en Cleveland y Pittsburgh para agradecer a los voluntarios y ayudar en los esfuerzos de invitar a la gente a votar.
En los recorridos participó su compañero de fórmula, Paul Ryan, rodeado de cámaras, Romney se detuvo en un restaurante de hamburguesas y pidió una sin queso y papas al horno con chile, mientras que Ryan se conformó con un té helado.
“Nos dimos cuenta por qué Wendy’s se inventó en Ohio, no hay mejor lugar para tomar el almuerzo que en Wendy’s, ¿no?”, dijo Romney tratando de simpatizar con los habitantes de un estado que ha sido decisivo en la elección presidencial de los últimos años y que aporta 18 votos electorales.
Romney ha pasado tiempo en Ohio casi todos los días de esta semana, que junto al creciente apoyo en Pennsylvania ha puesto algo de esperanza por una victoria republicana. Sin embargo, las últimas encuestas en Ohio señalan una ligera ventaja para Obama.
Un asesor de Romney dijo que la campaña en el día de la elección ayuda a “mantener la energía” hasta que cierren las urnas. La idea es que la campaña “va a seguir trabajando hasta que cierren las urnas”, dijo el alto miembro de la campaña consultado por CNN.
El republicano visitó Florida y luego Virginia donde realizó eventos en Lynchburg, Richmond y Fairfax, antes de la parada en Columbus, Ohio. También pasó por Manchester, New Hampshire, y visitó Kid Rock y Belmont antes de concentrarse en su sede de Boston, Massachusetts.