WASHINGTON (CNN) — El presidente Barack Obama impulsará este martes en Las Vegas su reforma migratoria, una promesa que no pudo cumplir durante su primer mandato, pero que será la prioridad de su segundo periodo, según dijo tras su juramentación.

Obama detallará su propuesta durante una discurso a las 2:55 pm (hora local). De acuerdo con altos funcionarios no propondrá una nueva legislación, al menos por ahora.

El presidente fue criticado por activistas latinos al fallar en el cumplimiento de su promesa electoral en el sentido de que una reforma migratoria sería su prioridad.

El año pasado, mientras su campaña de reelección entraba en calor, el gobierno de Obama anunció un alto a las deportaciones de algunos jóvenes indocumentados, un movimiento bien recibido por la comunidad latina.

Las elecciones de noviembre indicaron que los votantes latinos dieron un apoyo abrumador a Obama sobre su competidor, Mitt Romney, quien había abogado por una política que forzaba a los inmigrantes a deportarse a sí mismos.

En Nevada, Obama presionará para tomar acciones prontas sobre la reforma de migración y dará detalles de su propuesta, que incluye la posibilidad de dar la ciudadanía a unos 11 millones de inmigrantes ilegales.

Obama se dirige a Nevada un día después de que ocho senadores bipartidistas expusieron su propuesta de reforma inmigratoria.

La Casa Blanca podría considerar proponer su propia legislación al Senado en un plan diferente, según funcionarios de gobierno.

En el plan de los senadores, conocido como el grupo de los ocho, millones de inmigrantes indocumentados obtendrían un estatus provisional inmediato para vivir y trabajar en Estados Unidos.

Fuentes demócratas aseguran que el presidente alabará la propuesta expuesta por los ocho senadores el lunes, y que destacará al mismo tiempo el hecho de que no deben empantanarse en el tipo de luchas políticas que descarrilaron pasadas batallas políticas bipartidistas. De acuerdo con las mismas fuentes, Obama dirá que ha habido “grupos” bipartidistas antes y que no siempre han llevado a resultados.

Los senadores también llamaron a reforzar los controles en las fronteras, mejorar el monitoreo de los visitantes y tomar medidas enérgicas contra la contratación de trabajadores indocumentados.

Sólo hasta que se tomen esos pasos, los indocumentados podrán estar listos para comenzar un proceso para adquirir la residencia permanente (la tarjeta verde) como un paso previo a la ciudadanía, dijo uno de los senadores en la conferencia de prensa.

El senador de Florida, Marco Rubio, un conservador del Tea Party, dijo que el objetivo era crear un “sistema de inmigración moderno” que tratara a todos de forma justa, tanto a los indocumentados como a quienes esperaban llegar al país de forma legal.

“Nada de esto es posible si no enfrentamos la realidad de que hay 11 millones de personas en este país que son indocumentados”, dijo Rubio.

Sin embargo, otro republicano del Tea Party, el senador Mike Lee, de Utah, objetó el marco expuesto por sus colegas, al decir que “contemplaba una política que daba beneficios especiales a los inmigrantes ilegales con base en su presencia ilegal en país”.

Otros conservadores expresaron de inmediato su oposición a lo que llamaron amnistía, una palabra clave en la política para dar a los inmigrantes indocumentados un camino para legalizarse.

“Cuando legalizas a aquellos que están en el país de forma ilegal, cuesta millones de dólares a los contribuyentes, cuesta empleos a los trabajadores estadounidenses e incentiva más inmigración ilegal”, dijo el legislador Lamar Smith, de Texas, quien forma parte del subcomité de inmigración de la Cámara de Representantes.

“Al ofrecer una amnistía, la propuesta del senado de hecho empeora el problema al promover más inmigración ilegal”.

Varios grupos de abogados de izquierda dijeron que el plan de los senadores les parecía un buen paso inicial pero advirtieron sobre la posibilidad de afectar los derechos de los trabajadores.

“Las personas de este país están listas para ser un sólo país sin personas de segunda clase siendo maltratadas sólo porque no tienen papeles pese a que han estado contribuyendo a nuestra economía y nuestro sistema de impuestos”, dijo el presidente de la NAACP, Ben Jealous.

Los senadores demócratas que apoyan el plan son Chuck Schumer, de Nueva York; Dick Durbin, de Illinois; Robert Menendez, de Nueva Jersey y Michael Bennet, de Colorado. Por el lado republicano están John McCain, de Arizona; Lindsey Graham, de Carolina del Sur y Jeff Flake, de Arizona.

Se dice que hay un esfuerzo similar de inmigración en la Cámara de Representantes que involucra a un grupo de republicanos y demócratas.

Dos fuentes informaron de los esfuerzos en los que el grupo está trabajando para dar algún tipo de adelanto de su plan pronto, posiblemente esta misma semana, pero adelantaron que no irán tan lejos como el Senado.

Como en el caso de la propuesta de los senadores, el plan de la Cámara de Representantes incluiría una forma para otorgar la ciudadanía, aunque todavía no discuten los detalles.

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