(CNN) — Malala Yousafzai estaba contenta de escuchar que su largo peregrinar por las salas de operaciones terminará pronto. Sólo dos cirugías más, le dijeron los médicos británicos. Con suerte.
A Malala le será colocada una placa de titanio en los próximos días que le cubrirá una apertura en el cráneo y recibirá un implante en el oído interno.
Un tirador hirió a la joven activista en la cabeza y el cuello en octubre pasado mientras iba a su escuela en el valle de Swat, en Pakistán.
Extremistas islámicos de Terik-e Talibán intentaron matarla por apoyar los derechos de las niñas a recibir educación. Los terroristas amenazaron con atacarla de nuevo.
El cerebro de la menor creció peligrosamente días después del tiroteo por lo que los médicos de Pakistán extrajeron una sección de su cráneo del tamaño aproximado de su mano. De lo contrario, la presión en el cráneo habría causado daño cerebral severo y posiblemente habría muerto.
“No hay duda de que la cirugía realizada en Pakistán le salvó la vida”, dijo este miércoles Dave Rosser, director médico del Hospital Reina Isabel, en Birmingham, Gran Bretaña, en una rueda de prensa.
Malala ha tenido progresos impresionantes y ha enfrentado el tratamiento médico con valentía, detalló Rosser.
“Está muy animada. Tiene un gran sentido del humor”, contó. Está consciente de que tiene un alto perfil internacional y de lo que eso puede significar para su seguridad.
“Continúa increíblemente alegre e increíblemente determinada a hablar por su causa”, dijo Rosser.
Debido a la parte faltante de su cráneo, Malala tiene limitaciones en cuanto a lo que puede hacer. Su cerebro es vulnerable a sufrir heridas, por ejemplo, si se pega en la cabeza en el lugar equivocado. Sólo su piel y tejidos blandos del cráneo están entre el mundo y su cerebro, y eso no es suficiente.
Los médicos pudieron haber cubierto el espacio con la pieza original de cráneo, que un cirujano en Pakistán implantó bajo su piel desde octubre para mantenerlo en buen estado.
Es un procedimiento común para preservar fragmentos de hueso para su posterior uso, dijo Rosser.
Pero incluso su propia sección de hueso no habría quedado bien sin añadir secciones de titanio debido a que su cabeza y el fragmento del hueso han cambiado.
“La decisión final la tomó Malala”, dijo Rosser. Ella eligió la placa de titanio.
También recibirá un implante para restaurar su capacidad auditiva en el oído izquierdo, con el cual actualmente no escucha. La bala rompió los delicados huesos que ayudan a mandar al cerebro los impulsos sensoriales del sonido.
El artilugio no le permitirá escuchar por completo de forma natural pero restaurará en parte la función del oído dañado para permitirle oír en tres dimensiones, lo cual es importante para su seguridad. Eso le permitirá, por ejemplo, escuchar un auto acercarse, dijo Rosser.
Malala recientemente pasó por una cirugía para redirigir un nervio facial que resultó dañado durante el atentado, y que dejó parte de su labio izquierdo sin movimiento.
“Hay buenas oportunidades para que después de este procedimiento, en un año o 18 meses, esté completamente recobrada”, de acuerdo con Rosser.
Después, con suerte recuperará su antigua sonrisa.
Para hacer la placa de titanio, el fabricante de prótesis, Stefan Edmondson tuvo una reproducción de la sección de cráneo de Malala y otra de la parte que falta impresa en computadora.
Luego rellenó el agujero con cera y le dio la forma de la cabeza, explicó Edmondson. Más tarde usó la sección de cera para darle forma a la placa de titanio.
“El hueso será removido de debajo de la piel de su estómago, limpiado, esterilizado y le será entregado a Malala”, dijo Rosser sobre el fragmento de cráneo que ella ha llevado en su cuerpo desde la cirugía en Pakistán.
Ella lo guardará como un recuerdo.