(CNN) – Es el precandidato demócrata al que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le preocupa desde hace mucho tiempo que se convierta en su rival en las elecciones generales. Ahora, con la entrada del exvicepresidente Joe Biden en unas elecciones primarias abarrotadas, una carrera que una vez fue vista por Trump como una charla abstracta se ha convertido en un campo de pruebas concreto que desafiará su control sobre el foco político de la nación.
Ya mismo, Trump ha notado con desagradable sorpresa que el campo demócrata está ocupando cada vez más tiempo en el aire y en papeles impresos, espacio que ha disfrutado en gran medida para sí mismo durante los últimos dos años. Ha trabajado para contrarrestar la marea, regresando a su práctica de realizar entrevistas telefónicas con presentadores de televisión amigables y aumentando su furiosa actividad en Twitter.
Pero con la entrada oficial de Biden en el campo demócrata, Trump ahora se enfrentará a un competidor de primera fila cuyo primer argumento fue directamente su condición física para el cargo, y cuya estrategia incluirá alejar a los votantes blancos de bajos ingresos que llevaron a Trump a la Casa Blanca.
No tomó mucho tiempo la respuesta oficial del presidente.
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“Bienvenido a la carrera, Joe dormilón”, tuiteó Trump menos de tres horas después de que Biden lanzó su campaña con un video en el que encaraba al presidente por su respuesta a la violencia de la supremacía blanca en Charlottesville, Virginia.
“Solo espero que tenga la inteligencia, por mucho tiempo en duda, para librar una campaña primaria exitosa”, escribió Trump. “Será desagradable, estarás tratando con personas que realmente tienen ideas muy enfermas y demenciales. Pero si lo logras, te veré en el punto de partida”.
Preguntado fuera de una pizzería en Wilmington, Delaware, por su respuesta, el candidato recién declarado no entró en el juego.
“Todos conocen a Donald Trump”, dijo Biden antes de subirse al asiento delantero de un sedán negro.
Todo sobre la autenticidad
A medida que las primarias demócratas entran en una nueva fase, Trump se ha sintonizado cada vez más con la carrera mientras los candidatos comienzan sus apariciones regulares en los canales de noticias por cable y en la campaña.
Ambos en sus setentas y cada uno con una marca política arraigada en la autenticidad, Trump y Biden, si se enfrentaran, competirían por los votantes en la región manufacturera de Estados Unidos y en el Medio Oeste, donde Trump ganó los enclaves tradicionalmente demócratas apelando a un malestar económico y cultural.
Al mismo tiempo, Biden representa un vestigio de la administración de Obama, en el que Trump se ha fijado al comparar su propia presidencia con la de su predecesor.
En las reuniones políticas en la Casa Blanca, Trump a menudo pregunta sobre la fortaleza de Biden, particularmente porque su candidatura se ha vuelto más segura en las últimas semanas. La Pensilvania natal de Biden, el estado favorito de Trump que cambió de azul a rojo en 2016, está en la raíz de la preocupación del presidente. El primer mitin de Biden será en Pittsburgh el lunes.
“Si llegara a las elecciones generales, sí, es un problema”, dijo un republicano involucrado en la reunión, quien habló bajo condición de anonimato para referirse a una reunión privada. “¿Pero cómo puede sobrevivir a una primaria demócrata?”.
Eso, por supuesto, es una pregunta central que no será respondida en meses. Pero los republicanos están tomando a Biden tan seriamente como cualquier candidato, y más seriamente que la mayoría.
“Todavía pienso en los 20 candidatos actualmente en la carrera, el exvicepresidente habla directamente a los 90.000 votantes de Pensilvania, Wisconsin y Michigan que hicieron presidente a Donald Trump”, dijo David Urban, asesor principal de la campaña de Trump en Pensilvania “Si los votantes quisieran un tercer mandato de Obama, habrían votado por Hillary (Clinton) en lugar de hacerlo por Donald Trump”.
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Una vez que se aseguró de estar en las transmisiones de noticias y en las portadas de los periódicos, y que aún es una noticia importante, Trump se ha dado cuenta de que los demócratas comienzan a consumir más oxígeno político.
Eso incluye su canal favorito Fox News, donde aparecen más candidatos en horario estelar, a veces generando la irritación de Trump. Recientemente se refirió a la apariencia del senador Bernie Sanders, alegando que el canal había manipulado a los asistentes a un evento a favor de Sanders y quejándose de los moderadores del canal.
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Según las personas que lo rodean, esas quejas reflejan un enojo privado por el hecho de que ya no tiene la atención esencialmente para él, una situación que explotó en los primeros años de su presidencia al saturar las transmisiones de noticias por cable con tuits y apariciones improvisadas ante las cámaras.
Ahora, las cadenas (incluida Fox) ya no transmiten todas sus apariciones en vivo, y se está prestando más atención al campo demócrata a medida que se amplía para incluir a los 20 competidores. Durante más de media hora de este jueves, las cámaras fueron ubicadas en la ventana de Gianni Pizza, en Wilmington, cuando Biden hizo su primera aparición pública como candidato oficialmente declarado. Cuando finalmente emergió, casi no tuvo oportunidad de responder preguntas, lo que contrasta con Trump, quien rara vez pasa por delante de un grupo de cámaras sin detenerse.
Biden en la mente de Trump
En respuesta, el presidente está planeando sus propias convocatorias directas a la base conservadora de votantes que probablemente no serán atraídas por los demócratas. Llamó al programa de Sean Hannity, en Fox News, el jueves, hablará con la National Rifle Association en su conferencia anual en Indiana el viernes y aparecerá en un mitin de la campaña en Wisconsin el sábado.
La entrada de Biden fue esperada por mucho tiempo y Trump ha estado interrogando a sus asesores durante meses sobre las posibilidades del exvicepresidente. Personas familiarizadas con las conversaciones dicen que Biden ha tenido en cuenta el pensamiento de Trump en 2020 más que cualquier otro candidato, aunque el presidente ha realizado evaluaciones privadas sobre varios demócratas cuando cada uno de ellos participa en la carrera o disfruta de un momento de atención nacional.
Él ha negado a los reporteros que ve al exvicepresidente como un peligro y le dijo a CBS News en una entrevista el año pasado que “soñó” con competir contra Biden. A principios de este mes, insistió en que Biden llevaba consigo un largo e ignominioso historial, incluso durante el gobierno de Obama, al que Trump ha culpado con mayor frecuencia de los errores de la política exterior y económica.
“No veo a Joe Biden como una amenaza. No, no lo veo como una amenaza. Creo que solo es una amenaza para sí mismo”, dijo Trump. “Lleva mucho tiempo allí. Sus antecedentes no son buenos. Tendría que estar en los antecedentes fallidos de Obama”.
Y trabajó para abrir una brecha entre Biden y otros demócratas, alegando que el espiral de conductas inapropiadas que surgieron a principios de este mes fue obra de los rivales de izquierda de Biden.
“Parece que el único no socialista extremo está siendo cuidado bastante bien por los socialistas, llegaron a él, nuestro exvicepresidente”, dijo en una recaudación de fondos republicana. “Iba a llamarlo, no lo conozco bien, iba a decir ‘bienvenido al mundo, Joe, ¿te lo estás pasando bien?’”