Nota del editor: Bernie Sanders es senador estadounidense de Vermont y excandidato demócrata a la Presidencia. Andy Slavitt es fundador de United States of Care, una organización nacional sin fines de lucro de defensa de la salud, y se desempeñó como administrador interino de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid entre 2015 y 2017. Las opiniones expresadas en esta columna son de los autores. Ver más opiniones en CNNe.com/opinion.
(CNN) – En medio de esta pandemia sin precedentes, más que nunca queda claro que no solo debemos considerar a la atención médica como un derecho humano, sino también a los recursos para proteger la salud de ustedes y de su familias y vecinos.
Por eso pedimos urgentemente una forma simple, de sentido común, práctica y económica para proteger a los estadounidenses durante la pandemia de coronavirus: mascarillas para todos. Nuestro objetivo debe estar centrado en lograr que las mascarillas de alta calidad estén disponibles de manera equitativa para cada persona en este país, sin costo alguno. La próxima semana, uno de nosotros hará una propuesta de ley precisamente para eso.
La ciencia es clara: el uso de las mascarillas no solo salva vidas, sino que usarlas en forma generalizada hará que los estadounidenses vuelvan a trabajar antes y reunirá a las familias que se han mantenido separadas. Si tenemos suerte, esta legislación incluso ayudará a contrarrestar parte de la confusión y la información errónea sobre su uso.
A medida que Estados Unidos informa un número récord de casos nuevos, las investigaciones sobre el uso de las mascarillas en todo el mundo y en este país muestran que juegan un papel vital en la disminución de la propagación del covid-19. Porque cuando el virus no encuentra donde alojarse, se extingue fácilmente. Corea del Sur, uno de los países más exitosos hasta el momento, comenzó el proceso de adquisición de mascarillas de alta calidad a fines de febrero y se las proporcionó de manera accesible a sus ciudadanos al asociarse con farmacias de todo el país. Además, Taiwán, República Checa, Alemania, Vietnam y otros países demostraron que a medida que el uso de las mascarillas se hizo común entre la gente, se contuvieron los casos de covid-19. Y solo cuando el virus está contenido, la economía finalmente puede volver a la normalidad.
El Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington proyecta que el uso generalizado de mascarillas en Estados Unidos podría salvar 40.000 vidas para el 1º de noviembre. También puede ayudar a desacelerar la creciente crisis económica: una estimación dice que el uso generalizado de mascarillas podría significar hasta US$ 1 billón para nuestra economía al evitar la suspensión de actividades y hacer que las personas vuelvan a trabajar antes.
Desafortunadamente, está absolutamente claro que no podemos esperar que esta administración tome medidas. Por lo tanto, como primer paso, una ley de mascarillas para todos instruirá a la administración Trump a adquirir y entregar tres mascarillas reutilizables de alta calidad a cada persona en el país con los mejores diseños disponibles que se pueden fabricar.
Serían entregadas a través del correo de Estados Unidos, y estarían disponibles en forma gratuita en los sitios de prueba, oficinas de correos y farmacias, así como distribuidas en colaboración con los gobiernos estatales y locales a refugios para personas sin hogar, cárceles, centros de detención y otros lugares de atención a la comunidad.
La prioridad, por supuesto, seguirá enfocada en los trabajadores de la salud de primera línea y trabajadores esenciales, así como en las comunidades más afectadas por el coronavirus.
Además, a medida que los profesionales de la salud ven una nueva escasez de equipos de protección personal, esta legislación ordena que el gobierno produzca y proporcione las mascarillas quirúrgicas y los respiradores N95 necesarios a todos los proveedores de salud del país.
Para hacer suficientes mascarillas no médicas de alta calidad para todos los estadounidenses, esta legislación también requiere que la administración invoque la Ley de Producción de Defensa, que fue escrita explícitamente para estos fines. Esto exigirá que los fabricantes establezcan la capacidad adicional necesaria para satisfacer las necesidades del público y brindar asistencia a las empresas que desean comenzar a producir mascarillas o aumentar la producción. Las comunidades afectadas por la pérdida de empleos podrían y deberían beneficiarse enormemente de estas nuevas oportunidades de trabajo.
Tener mascarillas para todos no solo aumentará la disponibilidad de este producto, sino también la calidad. El objetivo final, que esperamos que se pueda lograr en unos meses, es conseguir que cada estadounidense tenga una protección de alta calidad, cómoda, fácil de colocar y lavable para un uso continuo sin perder la capacidad de mantener controlado el virus. Y estas mascarillas deberían proteger tanto al usuario como a las personas con las que entra en contacto.
Durante una crisis de salud pública, el uso de las mascarillas a menudo se encuentra con el escepticismo de la gente. Sin embargo, desde hace más de un siglo, las mascarillas han sido una parte vital de la protección de la salud pública, incluido en las epidemias de neumonía, la gran influenza de 1918 y el brote de SARS de 2003. La incertidumbre pública inicial comenzó con pautas cambiantes de la Organización Mundial de la Salud y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
El presidente Donald Trump, de manera imprudente, convirtió el tema de las mascarillas en un partido de fútbol político. Pero las encuestas públicas sugieren que los estadounidenses, en su gran mayoría, están muy abiertos a usar mascarillas. De modo que este proyecto de ley ayudaría a aclarar, de una vez por todas, la necesidad de salud pública de usar mascarillas.
Uno no pensaría que un simple recubrimiento facial podría ser tan importante. Pero a lo largo de la historia, algunos de los inventos más importantes para salvar vidas no surgieron de las compañías farmacéuticas, sino que fueron soluciones de bajo desarrollo tecnológico y con sentido común, como el agua limpia y el aire limpio. Del mismo modo, una mascarilla de bajo costo, cuando es usada por todos, tiene el mismo impacto que salva vidas, es de sentido común y bajo costo.
Debemos actuar con urgencia, utilizando el próximo paquete de ayuda de covid-19 que viene este mes, y aprovechar inmediatamente la Ley de Producción de Defensa. Cada día que demoramos, hacemos que sea mucho más difícil encontrar la materia prima y la capacidad de fabricación para producir las mascarillas que necesitamos. El costo es una inversión muy modesta en comparación con el número de vidas que se pueden salvar y el impacto positivo en la economía.
Estamos todos juntos en esto. Durante la Segunda Guerra Mundial, las fábricas de todo el país tuvieron la oportunidad de desempeñar un papel en ganar la guerra. Hoy, los fabricantes y trabajadores estadounidenses podrían desempeñar un papel vital equivalente para ganar la guerra contra la pandemia y garantizar una sociedad saludable para todos.