CNNE 878845 - kellyanne-george-conway-split

Nota del editor: Camilo Egaña es el conductor de Camilo. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.

(CNN Español) – “Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera”. El mil veces citado comienzo de Ana Karenina, de León Tolstói, me servirá hoy para gacetillar sobre la familia de la asesora de la Casa Blanca, Kellyanne Conway, que está a punto de ser exasesora.

Conway, una de las defensoras más feroces y controvertidas del presidente Trump, acaba de anunciar que ella y el marido abandonan sus compromisos políticos —ella a favor de Trump y él, muy en contra de Trump—, para concentrarse en su familia, en sus cuatro hijos adolescentes y preadolescentes, y agrego yo, en todo lo que acaso los ha desunido en los últimos tiempos. “No estamos de acuerdo en muchas cosas, pero estamos unidos en lo que más importa: los niños”, ha dicho la señora Conway.

George Conway es un notable abogado de Washington que apenas soporta al jefe de su esposa. Ha dicho, entre otras cosas, que Trump es “culpable” de no estar apto para el cargo, y se unió al Proyecto Lincoln, que aglutina a ciertos republicanos descontentos con la actual administración y con el rumbo que ha tomado su partido o lo que queda de él.

La señora Conway dejará su puesto a fin de mes. Su esposo se retira del Proyecto Lincoln. Y anuncia además que puede que deje Twitter a un lado.

¿Están hartos de lo que sucede o de sí mismos?

Cada quien adobará la historia a su modo. Y desde sus respectivas trincheras ideológicas. Yo, que en estos meses tan marcianos de covid-19, he convertido a la familia en el dique más poderoso contra la incertidumbre y el miedo, prefiero pensar en los Conway como esas familias que se parecen tanto unas a otras y que necesitan restañar cada herida —por pequeña que sea— para poder seguir adelante. Lo que nos pasa a todos. Ni más ni menos.