Londres (CNN) – Mientras la mayoría de nosotros nos obsesionamos con evitar el covid-19 a toda costa, un grupo de personas en rápido crecimiento en todo el mundo dice que está preparado para enfrentarse deliberadamente al virus.
Decenas de miles de personas se han inscrito en una campaña de un grupo llamado 1 Day Sooner (“Un Día Más Temprano”) para tomar una candidata a vacuna experimental y luego enfrentar el coronavirus en un entorno controlado.
Entre ellos se encuentra Estefania Hidalgo, de 32 años, estudiante de fotografía en Bristol, Inglaterra, quien trabaja en una gasolinera para pagar las cuentas.
“Hago turnos de noche allí y puede ser muy solitario”, recordó en un día soleado cerca de su casa. Pasando esas largas horas de encierro solo con podcasts para hacerme compañía, describe haber descubierto el movimiento de ensayo de desafío y haber escuchado las motivaciones de los voluntarios como un momento revelador.
“Estaba conmocionada”, dijo. “Nadie debería quedarse atrás. Los ancianos, los pobres, las personas de color. Todo el mundo merece estar sano”.
“Esta fue una manera para mí de recuperar el control de la situación. Sentir que estaba en un lugar menos desesperado y en un mundo menos desesperanzado. Y decir ‘está bien, puedo hacer esto. Para que sea mejor, elijo no tener miedo’”.
Los ensayos de desafío
Los llamados ensayos de desafío humano, aunque a veces controvertidos, no son nada nuevo. Se han utilizado para el cólera, la fiebre tifoidea, la malaria e incluso el resfriado común. Pero a diferencia de esas enfermedades, todavía no tenemos un tratamiento completamente efectivo para el covid-19, en caso de que la vacuna experimental falle.
Los voluntarios en estas pruebas de infección humana controlada generalmente son compensados por su tiempo y participación, dicen los expertos. Pero los organizadores deben tener cuidado de no pagar una cantidad que pueda ser coercitiva.
Los críticos también dicen que los ensayos de desafío tienen un uso limitado porque las personas jóvenes y saludables que participan no representan a la población en general.
Sin embargo, desde el mes pasado, el Gobierno del Reino Unido dijo que está en conversaciones activas para colaborar en tal ensayo. Este sería el primero en el mundo para el coronavirus.
Ya varios grandes desarrolladores de vacunas, entre ellos AstraZeneca, Sanofi y BioNTech, han dicho que no tienen interés en participar. Once candidatas a vacunas se encuentran en ensayos de fase 3. En estos, decenas de miles de personas reciben una candidata a vacuna, se les libera para vivir su vida cotidiana y luego se monitorean para ver si contraen el covid-19.
“No está claro que necesariamente las primeras vacunas que se evaluarán van a ser las mejores”, dijo Peter Smith, de la Escuela Medicina Tropical e Higiene de Londres. “Creo que hay un caso muy sólido para explorar ensayos de desafío para evaluar vacunas para una gran cantidad de posibles vacunas anticovid en desarrollo”.
Son tan avanzadas las discusiones sobre las pruebas de infección controlada que la Autoridad de Investigación Sanitaria (HRA, por sus siglas en inglés) del Reino Unido, que debe aprobar cualquier investigación que involucre seres humanos, tiene un panel en espera para evaluar la ética médica detrás de cualquier propuesta potencial.
“Hay muy pocas investigaciones que conlleven riesgo cero”, dijo Terence Stephenson, quien dirige la HRA. “Todos los días en este país y en todos los países, los profesionales de la salud se arriesgan voluntariamente a cuidar de otras personas”.
“Personas que, a su juicio, podrían estar dispuestas a hacer eso en beneficio de la sociedad en general –yo, personalmente, no lo encuentro sorprendente”.
“Fue una idea instantánea y de sentido común”
Alastair Fraser-Urquhart, de solo 18 años, estaría de acuerdo en que su decisión de ser voluntario no fue nada especial.
“Fue una idea instantánea y de sentido común”, dijo.” El riesgo para mí es diminuto. Pero al asumir ese pequeño riesgo, puedo proteger a miles de otras personas de tener que infectarse sin dar su consentimiento”.
Fraser-Urquhart se sintió tan atraído por la idea, en junio, que se unió a 1 Day Sooner y ahora está dirigiendo una campaña para que el Gobierno británico facilite el primer ensayo de desafío del nuevo coronavirus. Aplazó el inicio de la universidad por un año para trabajar en el proyecto.
Si todo va según lo planeado y pasa una prueba de detección, espera ingresar a una instalación de biocontención, tomar una candidata a vacuna y permanecer en una habitación durante muchas semanas.
En los ensayos normales de fase 3, siempre hay un grupo de placebo (algunas personas que no reciben una vacuna) para tener una línea de base. Sin embargo, existe una gran diferencia entre arriesgarse a la infección en la vida cotidiana y estar expuesto deliberadamente, aunque sea en un entorno médico.
Desacuerdo sobre grupo placebo
Existe cierto desacuerdo sobre si un ensayo de coronavirus necesitaría un grupo placebo. Stephenson sugirió que no lo habría, pero Smith no está tan seguro.
“El problema”, dijo Smith, “es esencialmente que ¿si le das una vacuna a un grupo de voluntarios, y luego los desafías, y ninguno de ellos desarrolla la enfermedad, es porque la vacuna fue protectora o porque hubo algo mal con la forma en que se los desafió de tal manera que no se infectaron? Y no se puede responder esa pregunta definitivamente a menos que tenga un grupo de control”.
No es de extrañar que la entusiasta participación de Fraser-Urquhart le diera a su padre un momento de pausa.
“Obviamente no encabeza la lista de cosas que querrías de tu hijo”, dijo Andrew Fraser-Urquhart, de 52 años. “Lo primero que pensé fue, bueno, al menos ahora sé lo que ha estado haciendo en su habitación durante las últimas tres semanas en su computadora”, dijo, con una sonrisa.
Hablaron sobre lo que implicaría y, a pesar de tener un “nudo en la garganta”, se dio cuenta de que no había nada que detuviera a Alastair, quien habla sobre las complejidades de la ciencia del ensayo de desafío de una manera que contradice sus años de adolescencia.
“Está a la vanguardia de la ciencia y la tecnología”, dijo Andrew. “Es algo para beneficiar a los demás. Es algo bastante valiente. Es algo ligeramente diferente. Y ese es él en pocas palabras. Entonces, cuando lo pones en esos términos, no, es una sorpresa en absoluto”.
Él está, para decirlo en términos simples, indudablemente orgulloso de su hijo.
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El riesgo, por supuesto, es pequeño, pero no nulo. Menos del 1% de las muertes por covid-19 en Estados Unidos han ocurrido entre personas de 34 años o menos. Pero las consecuencias para la salud a largo plazo de contraer el virus aún no se comprenden mucho.
Para Alastair, esa es una razón más para realizar un ensayo de desafío, acelerar el fin de la pandemia y ayudar a más personas en el público en general a evitar enfrentar esas consecuencias a largo plazo.
“Si alguna vez es el momento de superar los límites y descubrir cuán rápido podemos hacer las cosas y cuán bien podemos hacer las cosas y asumir riesgos por otras personas, es ahora”.