(CNN) – “Nos estamos quedando sin tiempo, así que tenemos que abordar el cambio climático”, dijo la moderadora Kristen Welker poco antes de que el último debate presidencial de 2020 llegara a su final.
Sin querer, fue la declaración más verdadera y trágica de la noche.
Y dio lugar a los planes de dos planetas diferentes.
“Tenemos el programa Un Billón de Árboles (‘Trillion Trees’)”, comenzó el presidente Donald Trump cuando finalmente se les preguntó cómo salvarían un planeta habitable. “Tenemos tantos programas diferentes”, agregó.
No hubo mención a otros programas. En cambio, el presidente largó un torrente de mentiras, confusión e insistencia en que Estados Unidos sigue dependiendo de los combustibles fósiles, a pesar de la abrumadora evidencia de que el infierno y la marea alta de 2020 son solo el comienzo.
“El calentamiento global es una amenaza existencial para la humanidad”, comenzó el exvicepresidente Joe Biden, con los pies en la Tierra de nuevo. “Tenemos la obligación moral de lidiar con eso”, agregó.
Biden repasó partes de su plan, desde incorporar estaciones de carga para vehículos eléctricos en carreteras hasta la remodelación de edificios para ahorrar energía. Y su propuesta de enfocarse en aprovechar recursos renovables como la energía eólica y solar.
A cuatro metros de distancia, en el planeta Trump, tales predicciones dieron pie a una sonrisa. “Sé más sobre el viento que usted y es extremadamente caro”, afirmó el presidente. “Mata a todos los pájaros”, agregó.
En realidad, Estados Unidos llegó tarde al auge mundial de los parques eólicos marinos y las turbinas matan a una pequeña fracción de los cientos de millones de aves que capturan cada año las ventanas y los gatos.
En el planeta Trump, anoche, “la energía solar todavía no ganó”. Pero en el planeta Tierra, a principios de este mes una compañía de energía renovable llamada NextEra era más valiosa que ExxonMobil. Y la Agencia Internacional de Energía declaró que “los proyectos solares ahora ofrecen algunos de los costos de electricidad más bajos jamás vistos”.
Postúlandose contra una negación de la ciencia tan arrogante, Biden probablemente podría dispararle a un búho manchado en la Quinta Avenida y no perder el apoyo del Sierra Club. Pero en lugar de seguir sus instintos primarios y jugar a lo seguro y fácil, Biden ha absorbido las ideas urgentes de Jay Inslee, Bernie Sanders y el Movimiento Amanecer, desplegando un plan climático mucho más grande que el de Barack Obama.
“¡Costará $ 100 billones!”, dijo Trump sobre el plan, inflando cincuenta veces el costo que declaró Biden.
Con un temor obvio a perder a los frackers de Pensilvania de la misma manera que Hillary Clinton perdió a los mineros de Virginia Occidental, Biden ha sido cauteloso de no declarar el fin de los combustibles fósiles.
Pero también describió el daño.
Cambio climático y justicia ambiental
La pregunta era sobre la justicia ambiental, una plataforma que cobró fuerza en un verano de ira de la población negra tras la muerte de George Floyd. ¿Qué le diría cada candidato a las familias de color con más probabilidades de vivir cerca de industrias tóxicas?
“Las familias de las que estamos hablando tienen mucho empleo y están ganando mucho dinero”, respondió Trump. “Más dinero del que han ganado nunca”, afirmó.
Luego vino la historia más personal de la noche.
“Cuando mi mamá entraba al auto, cuando estaba la primera helada, para llevarme a la escuela, encendía los limpiaparabrisas, (y) había una mancha de aceite en la ventana”, dijo Biden, describiendo los costos para la salud de vivir cerca del complejo de refinerías Marcus Hook en el río Delaware cuando era niño. “Es por eso que tanta gente en mi estado estaba muriendo y contrayendo cáncer”, dijo.
Biden respondió a Trump: “No importa lo que les pagues. Importa cómo los mantienes a salvo”.
Trump observó a Biden con atención durante esta historia del limpiaparabrisas. Y cuando la moderadora trató de pasar a la siguiente pregunta, aprovechó el tierno momento para atacar.
“¿Cerraría la industria petrolera?”, preguntó Trump.
“Haría una transición de la industria petrolera, sí”, dijo Biden.
“Oh, esa es una declaración importante”, respondió el presidente.
(Verificación de hechos: Verdadero. Y seguro que se repetirá en un anuncio de ataque cerca de ti).
“(El petróleo) tiene que ser reemplazado por energía renovable con el tiempo”, dijo Biden, repitiendo las últimas palabras para dar énfasis. “Con el tiempo”.
Pero como dijo la moderadora, nos estamos quedando sin tiempo para afrontar el cambio climático. El panel climático de las Naciones Unidas sugiere que el planeta debe reducir las emisiones a la mitad en solo 10 años y alcanzar los objetivos de cero emisiones de Biden para 2035 requerirá cambios sísmicos y vertiginosos en todos los sectores de la economía más grande del mundo, ya que los gigantes de los combustibles fósiles acumulan billones en reservas.
“Nuestra salud y nuestros trabajos están en juego”, dice Biden.
“Quieren derribar edificios y construir nuevos edificios con ventanas pequeñas, diminutas”, dice Trump.
Y dos planetas chocan.