(CNN) –– Conceder una elección perdida es lo más elegante que se puede hacer. Se trata de un acto que, usualmente, ha hecho parte del momento en que el país se une después de una campaña divisiva.
Pero es una costumbre, no una ley.
Según Kaitlan Collins de CNN, el presidente Donald Trump ha dicho a sus aliados que no tiene intención de concederle la victoria Biden, incluso si su camino a ganar el Colegio Electoral está bloqueado. Con la ventaja de Biden en Georgia y Pensilvania, el camino de Trump hacia la victoria es inexistente.
Por lo general, existen dos elementos en una concesión: una llamada telefónica al vencedor y un discurso a los seguidores.
Así han concedido los candidatos perdedores en elecciones pasadas
Hillary Clinton llamó a Trump para concederle el triunfo en 2016 y se dirigió a sus seguidores, luego de que quedó claro que perdería. (Aunque ella le aconsejó a Biden que no concediera si las elecciones eran reñidas y que dejara que las cosas se desarrollaran).
John McCain estableció este estándar moderno de conceder gentilmente, cuando dijo a sus partidarios: “Hace poco tuve el honor de llamar al senador Barack Obama para felicitarlo por ser elegido como el próximo presidente del país que ambos amamos”. Lee aquí sus declaraciones en inglés.
Al Gore llamó a George W. Bush para concederle la victoria en la noche de elecciones de 2000, a pesar de que luego se volvió a comunicar con él para retractarse cuando los resultados en Florida iban reñidos. Al final, Al Gore concedió: 36 días después, luego de que la Corte Suprema terminara los recuentos y le entregara la Casa Blanca a Bush. También pronunció un discurso conciliador a la nación, incluso cuando sus seguidores estaban furiosos por el resultado.
Si Trump pierde…
En algún momento ––tal vez no sea hoy, sino quizás hasta que se agoten las opciones legales–– resultará claro para las personas alrededor de Trump y para los republicanos en el Congreso que esto ha terminado.
Tal vez sea cuando el vicepresidente de Trump, Mike Pence, deba cumplir su función oficial de certificar el recuento de votos de los votos del Colegio Electoral. Proceso que se realiza en la Cámara de la Cámara en enero.
Los perdedores, que generalmente hacen parte del gobierno, suelen asistir a la toma de posesión del ganador en los tiempos modernos. No es claro si Trump podría hacerlo o no.
Podría ser una conclusión apropiada para el estilo de liderazgo que ha tenido Trump si llega a negarse a reconocer su pérdida.
Lo que dice la Constitución
La Constitución es muy clara en que el nuevo presidente tomará juramento al cargo el 20 de enero al mediodía. Eso sucederá si Trump pierde con diplomacia o si tiene que ser escoltado fuera de la Oficina Oval por el Servicio Secreto. Sin embargo, no está exactamente claro qué haría el Servicio Secreto en caso de que Trump no se fuera.
El Servicio Secreto ha comenzado a proteger a Biden cada vez más estrictamente. Tiene una mayor cantidad de agentes a su alrededor y se despejó el espacio aéreo sobre Wilmington. Este hecho sugiere que el Servicio Secreto entiende que podría avecinarse una transferencia de poder, incluso si el líder actual no lo hace.
Y hay tiempo de gracia para de Trump en los próximos meses.
Podía leer la carta que George H.W. Bush dejó a Bill Clinton en la Oficina Oval, después de que Clinton lo derrotara en 1992. Aquí está la misiva completa en inglés.
“Usted será nuestro presidente cuando lea esta nota. Le deseo lo mejor. Le deseo lo mejor a su familia. Su éxito ahora es el éxito de nuestro país. Lo apoyo”, escribió Bush al hombre que lo derrotó.
Y no tenía que hacerlo.