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Joe Biden ofrece su primer discurso como presidente electo de EE.UU.
06:42 - Fuente: CNN

Nota del editor: Jill Filipovic es una periodista residente en Nueva York y autora del libro “OK Boomer, Let’s Talk: How My Generation Got Left Behind!”. Síguela en Twitter. Las opiniones expresadas en este comentario pertenecen exclusivamente a la autora. Lee más artículos de opinión en cnne.com/opinion

(CNN) –– De manera que así es tener un presidente nuevamente en Estados Unidos. Así es volver a tener personas apasionadas y con principios en el cargo.

Así es tener a una mujer, por fin, en el poder ejecutivo: sentir que el universo de lo posible se expande.

En la noche de este sábado, cuatro días después del día de las elecciones que parecieron durar una eternidad, Kamala Harris y Joe Biden dieron sus discursos de victoria. Los temas no fueron exactamente innovadores. Sin embargo, después de cuatro años de divisiones peligrosas, mentiras extrañas y locura absoluta, tener un presidente que de hecho actúa como un estadista ––incluso un humano adulto cuerdo, racional y decente–– se siente como un tremendo alivio. Biden dijo que será un presidente “que no busca dividir, sino unificar. Uno que no ve estados rojos y azules, sino Estados Unidos”.

Han pasado cuatro largos años desde la última vez que tuvimos un presidente que cree que nos representa a todos y quiere servirnos a todos.

Después de esos cuatro años en el abismo, la normalidad está de regreso. No hubieras pensado que el hecho de que “las cosas son estables y aburridas otra vez” sería un motivo de celebración masiva. Pero, las ciudades de Estados Unidos están convulsionadas de alegría hoy porque Donald Trump está fuera y Joe Biden, constante y predecible, ganó.

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'Saturday Night Live' reacciona a la victoria de Biden en las elecciones presidenciales de EE.UU.
02:06 - Fuente: CNN

Biden es un católico devoto, y su discurso fue impulsado por la fe. Eso no necesariamente resonó ante una atea escéptica de la religión como yo, pero fue, a su manera, un interesante reclamo de fe por parte de un liberal. Hemos visto cuatro años de cristianos evangélicos retorciéndose en nudos inmorales para apoyar a un presidente cruel que no podía tener un comportamiento más apartado de las enseñanzas de Jesús. Ahora tenemos a Biden, apenas el segundo católico en ser elegido presidente en Estados Unidos, quien reclama la fe para los demócratas y deja al descubierto el vacío del falso cristianismo trumpista.

Un presidente que habla de la Biblia no es algo exactamente nuevo. Pero esto es lo que quizás sea más inesperado: Biden, a pesar de tradicional que es, parece comprender la gravedad de este momento. No es solo que será presidente, sino que llegará al cargo después de un mandatario que representó una amenaza existencial para Estados Unidos y que dividió al público estadounidense. Y será un presidente que fue elegido gracias a la energía de movimientos progresistas, incluido el movimiento de mujeres y Black Lives Matter. Estos movimientos han sido dirigidos por organizadores que no se van a conformar con palmaditas en la cabeza y que entienden que ellos entregaron esta victoria a Biden y Harris.

“Una vez más, Estados Unidos ha inclinado el arco del universo moral hacia la justicia”, dijo Biden en su discurso, en una referencia a Martin Luther King Jr.

Y, sobre todo, hizo que Kamala Harris hablara primero. Es inusual que un vicepresidente electo hable extensamente la noche de las elecciones. Pero Harris es una candidata innovadora. Es la primera mujer, la primera mujer de color, la primera persona negra y la primera del sur de Asia en ser elegida vicepresidenta. Es ofensivo y ridículo que tomara hasta 2020 la elección de una mujer para la vicepresidencia. Pero finalmente estamos aquí, y esa importancia se reconoció esta noche cuando Harris subió al podio vestida de blanco, el color del movimiento sufragista.

“Seamos la nación que sabemos que podemos ser”, dijo el presidente electo Biden hacia el final de su discurso. En la noche de este sábado, nos dio el Estados Unidos que sabemos que podemos ser: un Estados Unidos empático. Eso es decente. Eso es amable. Ese no es solo un mundo de viejos hombres blancos, también es cada vez de más de color, que es vibrante, que está impulsado por el trabajo de las mujeres. El mismo Joe Biden puede representar el viejo Estados Unidos. Pero aquí está, dando la bienvenida al nuevo.