Hong Kong (CNN) – El gobierno chino evitó el lunes preguntas sobre cuándo felicitaría al presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, por su victoria electoral. Y un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores solo dijo que China actuaría “de acuerdo con la práctica internacional”.
Más de 24 horas después de que los medios estadounidenses declararan victorioso a Biden, China sigue siendo uno de los pocos países importantes que aún no ha enviado un mensaje de felicitación a Biden y a su equipo por la derrota de Donald Trump. Esto deja a muchos especulando si los funcionarios allí están esperando que el presidente saliente admita la derrota.
Y con dos meses para que Trump deje el cargo, es posible que Beijing quiera evitar cualquier cosa que pueda desestabilizar aún más las relaciones entre Estados Unidos y China.
China “toma nota”
Hablando en una rueda de prensa regular en Beijing el lunes, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, dijo que China había “tomado nota” de la declaración de victoria de Biden.
“Entendemos que el resultado de las elecciones generales se determinará de acuerdo con las leyes y procedimientos de Estados Unidos”, dijo Wang en respuesta a las preguntas de CNN. “Manejaremos el tema de la declaración (de felicitaciones) de acuerdo con la práctica internacional”.
Wang no dio más detalles sobre lo que podría implicar la “práctica internacional”, especialmente dado el gran número de naciones que ya han felicitado a Biden. Entre estas están el Reino Unido, Australia, Israel, Francia y Alemania.
La aparente falta de voluntad de Beijing para ofrecer una respuesta firme sobre el resultado de las elecciones se produce cuando los medios estatales chinos mostraban un optimismo cauteloso de que una presidencia de Biden podría ayudar a restablecer las relaciones entre Estados Unidos y China, que se han deteriorado notablemente durante el mandato de Trump.
Medios estatales
En un editorial publicado el domingo, el periódico estatal China Daily dijo que las relaciones podrían “restablecerse para mejor”. Esto sería especialmente en el comercio, donde los dos países han librado una guerra comercial económicamente dañina de dos años sin un final a la vista.
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“Al adherirse a este enfoque y fortalecer el lastre de sus lazos comerciales, los dos países pueden recuperar el impulso generalmente positivo que ha caracterizado sus relaciones durante las últimas cuatro décadas”, dijo el editorial.
El tabloide nacionalista respaldado por el gobierno de China, el Global Times, publicó un editorial titulado “Abandonen las ilusiones sobre las relaciones entre China y Estados Unidos, pero no cedan en los esfuerzos”. En este recomendaba que Beijing “se comunique con el equipo de Biden tan a fondo como pueda, haciendo mayores esfuerzos conjuntos para recuperar las relaciones entre China y Estados Unidos a un estado de gran previsibilidad”.
Sin embargo, concluyó señalando que al final China solo podía confiar en sí misma. “China debe convertirse en un país que Estados Unidos no pueda reprimir o desestabilizar, y hacer que la cooperación con China sea la mejor opción para que Estados Unidos lleve a cabo sus intereses nacionales”, dijo el editorial.
En las últimas semanas de la campaña, en el camino y en los debates, el presidente Trump enfatizó tomar a China como una parte importante de su plataforma. Atacó a Beijing como el culpable de la pandemia de covid-19, o el “virus de China”, como lo denominaba con frecuencia.
Tensiones entre EE.UU. y China
Mientras tanto, su secretario de Estado, Mike Pompeo, ha estado revoloteando por Asia apuntalando una alianza anti-Beijing, visitando Japón, India y varios otros países en la periferia de China.
“Estados Unidos está a la altura del desafío de China”, dijo Pompeo el mes pasado. Y agregó que el gobernante Partido Comunista Chino es “la mayor amenaza para la libertad y la democracia en la actualidad”.
Los analistas esperan que Biden controle este tipo de retórica y adopte un enfoque más pragmático hacia Beijing, incluso si puede sospechar igualmente de la influencia china y su creciente fuerza como su antiguo rival republicano.
Hablando antes del resultado de las elecciones, Jeff Moon, analista y exdiplomático estadounidense en China, dijo que esperaba que Biden reanudara la “práctica tradicional de depender en gran medida de la comunidad interinstitucional de Estados Unidos y de los aliados tradicionales de Estados Unidos, introduciendo una toma de decisiones más deliberada sobre los problemas entre Estados Unidos y China” en contraste con las políticas a menudo caprichosas de Trump hacia Beijing.
“Ese enfoque resultará en un patrón más formal y predecible de compromiso bilateral que ayudará a restablecer el tono de las relaciones al estabilizar la relación general entre Estados Unidos y China y evitar la posibilidad de malentendidos que podrían intensificar el conflicto”, dijo Moon a CNN.
Pero agregó que es probable que los problemas más profundos sigan sin resolverse. “Después de décadas de diálogo y cooperación entre Estados Unidos y China sobre toda la gama de asuntos bilaterales, China se ha negado sistemáticamente a adoptar cambios de política y reformas que aborden las preocupaciones estadounidenses”, dijo Moon. “La fórmula de China para el reinicio es, por tanto, inaceptable para Estados Unidos”.
“Nueva ‘Guerra Fría’”
Hablando el mes pasado, Cui Tiankai, el embajador de China en EE.UU., dijo que Beijing se ha “opuesto firmemente, desde el principio, a una nueva ‘Guerra Fría’ o disociación, y estamos comprometidos con el crecimiento sólido y estable de las relaciones China-EE.UU.”
“La relación China-Estados Unidos está experimentando graves dificultades que rara vez se han visto en los últimos 41 años de relaciones diplomáticas”, dijo Cui. “Esto ha socavado seriamente los intereses fundamentales de los pueblos chino y estadounidense”.
Pero la ruptura de relaciones no solo ha sido impulsada por Washington, a pesar de que Trump puede haberla acelerado.
En parte, los lazos deshilachados son el resultado de la política exterior cada vez más agresiva de Beijing y su expansionismo militar, así como de la creciente consternación internacional por los continuos abusos contra los derechos humanos en Xinjiang, Tíbet y Hong Kong.
Y aunque Beijing puede esperar que esto se deba simplemente a la presión de la campaña electoral presidencial de EE.UU., Biden se jactó de su capacidad para enfrentarse a China en contraste con Trump, denunciando al presidente saliente por abrazar inicialmente al líder de China, Xi Jinping, y elogiando su respuesta al coronavirus.
Pero es posible que Beijing no se sienta obligado a comprometerse con Estados Unidos bajo la administración de Biden. Esto, especialmente porque el riesgo de una acción radical o impredecible es considerablemente menor que bajo Trump, quien el mes pasado amenazó con hacer que China “pague un alto precio por lo que ha hecho al mundo”.