(CNN) – Se espera que el presidente Joe Biden firme un decreto que establecería su objetivo de admitir a decenas de miles de refugiados más en Estados Unidos, según dos funcionarios de su gobierno.
Bajo el gobierno del expresidente Donald Trump, el programa de admisión de refugiados de Estados Unidos se diezmó en gran medida después de años de disminución en las llegadas, incluido un límite de 15.000 inmigrantes en el año fiscal 2021, un número dramáticamente más bajo que los límites de admisión históricamente altos del país.
El límite de refugiados, que dicta cuántos pueden ser admitidos en Estados Unidos, debe ser aprobado por el presidente. Pero donde a menudo se consideraba que el límite era un objetivo a alcanzar, el número real de refugiados admitidos se redujo drásticamente bajo la administración Trump.
Durante la campaña, Biden se comprometió a aumentar las admisiones de refugiados casi diez veces, hasta un límite anual de 125.000. Se espera que el presidente firme decretos sobre inmigración tan pronto como el viernes, según un borrador del calendario enviado a los aliados de su gobierno.
Si bien no está claro cuándo Biden tiene la intención de alcanzar los niveles con los que se comprometió, el esperado decreto serviría como principio rector para establecer un tono de apertura a los refugiados y establecer una lista de informes requeridos entre 30 y 120 días, según a un funcionario de Seguridad Nacional.
Los funcionarios de la Casa Blanca han dejado en claro su intención de reforzar el programa. Durante el fin de semana, Esther Olavarria, subdirectora del Consejo de Política Nacional para la Inmigración, dijo que las próximas acciones de Biden “restablecerán el programa de admisión de refugiados y permitirán que Estados Unidos vuelva a su papel histórico como líder y protección para los refugiados”.
El viernes también se cumplen dos años de una política de la era Trump que requería que los migrantes no mexicanos que buscaban asilo esperaran en México hasta su fecha de audiencia en Estados Unidos. Las órdenes se basan en las acciones ya tomadas en las primeras horas de Biden como presidente y consolidan la visión de la administración para la inmigración y el procesamiento fronterizo.
La Casa Blanca se negó a comentar sobre los planes de Biden.
Las acciones de Biden sobre inmigrantes en EE.UU.
El sábado, durante la reunión de invierno de la Conferencia de Alcaldes de EE.UU., Olavarria dijo que uno de los próximos decretos de Biden se centra en la frontera y la región en su conjunto al proporcionar fondos para abordar las causas fundamentales de la inmigración. Biden también establecerá programas para brindar protección a las personas más cercanas a sus hogares mediante el fortalecimiento de los sistemas de asilo en los países vecinos, la implementación de un programa de admisión de refugiados de Estados Unidos para migrantes en la región y la reactivación del programa de menores centroamericanos que había sido terminado por Trump y permite que ciertos jóvenes en riesgo vivan en Estados Unidos.
Y en la frontera sur de Estados Unidos, el Gobierno tiene la intención de establecer un “programa de asilo justo, pero eficiente” que incluye poner fin al programa llamado “permanecer en México”, que obliga a los migrantes a permanecer en México mientras sus casos de inmigración se desarrollan en Estados Unidos, así como los acuerdos de terceros países con países centroamericanos que se establecieron bajo la administración Trump.
El Departamento de Seguridad Nacional puso fin a las nuevas inscripciones en el programa “permanecer en México” la semana pasada, pero no abordó lo que sucede con quienes ya han estado sujetos a la política.
Regla de la “carga pública”
Olavarria también citó una acción ejecutiva que rescindiría las proclamaciones de Trump que prohibían en gran medida la admisión de inmigrantes de bajos ingresos, como la regla de carga pública, que dificulta que los inmigrantes obtengan un estatus legal si usan beneficios como Medicaid, cupones de alimentos y vales de vivienda.
“Estas son políticas que ignoraron décadas, y en realidad siglos, de contribuciones que los inmigrantes han hecho a nuestra economía, a nuestra sociedad, a nuestra cultura. Rescindiremos esas políticas y regresaremos a un país que da la bienvenida a los inmigrantes y reconoce sus contribuciones”, dijo.
El enfoque del gobierno de Biden hacia la inmigración es un marcado contraste con el de la administración Trump, que buscaba restringir la inmigración a Estados Unidos. En 2019, el entonces director interino de Servicios de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU., Ken Cuccinelli, en una entrevista cambió el poema icónico en el pedestal de la Estatua de la Libertad para sugerir que solo los inmigrantes que pueden “valerse por sí mismos” son bienvenidos en Estados Unidos.
Separación familiar y “tolerancia cero”
También se espera que Biden firme un decreto que establezca un grupo de trabajo que se centrará en la reunificación de familias separadas en la frontera entre Estados Unidos y México bajo la controvertida política de “tolerancia cero” de Trump, que finalizó en junio de 2018. El martes, el Departamento de Justicia rescindió oficialmente el memorando de 2018.
“De acuerdo con este principio de larga data de hacer evaluaciones individualizadas en casos criminales, estoy rescindiendo —con efecto inmediato— la directiva de política”, dijo el secretario de Justicia interino, Monty Wilkinson, en un memorando a los fiscales federales.
A pesar de la avalancha de anuncios y acciones, los funcionarios de la Casa Blanca reconocen las limitaciones de la autoridad ejecutiva.
“El presidente tiene mucha autoridad para arreglar el sistema de inmigración de diferentes maneras”, dijo a los alcaldes el sábado Tyler Moran, presidente de Inmigración del Consejo de Política Nacional. “Pero lo que realmente el presidente no puede hacer es otorgar un estatus permanente a las personas y hemos hecho tantos intentos con esto, pero realmente tenemos que hacerlo para asegurarnos de que las personas estén en el camino hacia la ciudadanía”.
El proyecto de ley de inmigración que Biden envió al Congreso es una prioridad, aunque un funcionario de la Casa Blanca admitió que “no es un proceso de todo o nada”. La expectativa es que los líderes de ambas cámaras y de ambas partes trabajen juntos en un paquete, y la legislación final podría ser diferente.
– Betsy Klein, de CNN, contribuyó a este informe.