Nota del editor: Megan Ranney es médica de emergencias, cofundadora de GetUsPPE y decana asociada en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown. Síguela en su cuenta de Twitter @meganranney. Jeremy Faust es médico de urgencias en el Brigham and Women’s Hospital de Boston, instructor de la Facultad de Medicina de Harvard y editor en jefe de Brief19.com. Síguelo en Twitter en @JeremyFaust. Las opiniones expresadas en este comentario son propias. Mira aquí más opiniónes en CNN en Español.
(CNN) – Como todo el mundo en medicina y salud pública, hemos estado siguiendo de cerca las noticias sobre las nuevas variantes del SARS-CoV-2, el virus que causa el covid-19. El miércoles, obtuvimos algunas respuestas a nuestras preguntas sobre cuánto una de estas variantes, la B.1,1.7, identificada por primera vez en el Reino Unido, el otoño pasado, es importante para la salud pública.
En diciembre se identificó el primer caso de la variante B.1,1.7 en Estados Unidos. Los expertos de todo el mundo ya informaron que parecía ser más transmisible que las cepas virales anteriores. Esa noticia generó preocupación porque significaba que el virus se propagaría más rápidamente, posiblemente evadiendo las medidas de protección estándar.
Sin embargo, no sabíamos con certeza si esta variante era más mortal. Al principio, los expertos dijeron que parecía no ser así. Pero ahora, nuevos datos, publicados el miércoles en el British Medical Journal, sugieren lo contrario.
Según los datos, la B.1,1.7 puede ser más letal. Pero también, parece que no es tan malo como podría ser. Y … todavía no estamos totalmente seguros de cuán malo es realmente.
En el estudio, los investigadores observaron el número de muertes dentro de los 28 días posteriores a una prueba inicial positiva para la nueva variante B.1,1.7 en un subconjunto de residentes del Reino Unido. Luego se comparó el número de muertes en este grupo con el número de muertes entre las personas que dieron positivo por cepas anteriores del nuevo coronavirus. Al utilizar esta comparación de “cohortes emparejadas”, los científicos se aseguraron que los dos grupos eran similares en muchos aspectos críticos (edad, género, raza, ubicación, tiempo, etc.), pero distinguibles por la presencia de la variante B.1,1.7 o una cepa anterior del virus.
Aquellos que dieron positivo para la variante B.1,1.7 tenían un riesgo estimado de muerte 64% más alto en comparación con aquellos con otras cepas virales. ¡Suena aterrador!
Pero si observas los números absolutos de muertes, los datos son menos preocupantes. Cuando profundizas en los números, se revela que de cada 1.000 infecciones, ocurrieron alrededor de una o dos muertes más entre aquellos con la variante B.1,1.7, en comparación con aquellos con otras cepas del virus. Como lo expresaron los investigadores que llevaron a cabo el estudio, “el riesgo absoluto de muerte en este grupo de participantes identificados en la comunidad […] sigue siendo relativamente bajo”.
Naturalmente, hubiéramos preferido saber que la variante B.1,1.7 no estaba asociada con ningún aumento en la mortalidad. Pero también nos sentimos aliviados. El riesgo absoluto de muerte no aumentó de manera alarmante.
Sin embargo, desafortunadamente, como con tantas otras cosas con el covid-19, este documento también nos deja muchas preguntas y viene con algunas advertencias importantes.
¿Qué nos dice el estudio sobre la variante del Reino Unido de coronavirus?
El estudio no incluyó a muchas personas mayores: las que tienen más probabilidades de morir de covid-19; de hecho, los investigadores notaron que las personas en este estudio fueron identificadas a través de pruebas comunitarias para covid-19, que representó solo el 8% del total de muertes durante este período en el Reino Unido. Si el estudio se hubiera realizado en poblaciones mayores, el aumento de muertes podría haber superado con creces lo que se informó aquí. Tampoco incluyó a ninguna persona menor de 30 años. Por lo tanto, no se puede extrapolar a la población en edad universitaria o escolar. Y sabemos que hay un desfase entre el momento de la infección y la muerte, por lo que seguir a las personas durante 28 días debería detectar la mayoría de las muertes, pero puede ser insuficiente para detectar todas.
Es importante destacar que este informe no tiene en cuenta el estado de la vacuna, que comenzó a aumentar en el Reino Unido justo en el momento en que finalizó este estudio. Ya estamos viendo que el recuento de casos, las hospitalizaciones y las muertes disminuyen actualmente en el Reino Unido, ya que más personas se vacunan. Y los datos iniciales muestran que las vacunas actualmente en el mercado son bastante efectivas contra la variante B.1,1.7.
Entonces, ¿son más importantes estas enseñanzas? Como comunidad global, la B.1,1.7 podría no ser nuestra mayor preocupación. Si bien esta variante tuvo un impacto real significativo, pero pequeño en las muertes entre este grupo relativamente joven de pacientes con covid-19, los datos de mortalidad sobre las variantes identificadas en Sudáfrica y Brasil aún no están disponibles. Y otras variantes emergentes pueden eludir las vacunas, lo que es aún más aterrador.
Con la próxima cepa, puede que no tengamos tanta suerte.
No le demos a este virus la oportunidad de generar más mutaciones. Si la próxima mutación nos lleva de 3 muertes por 1.000 a 30 muertes por 1.000 y evade cualquiera de nuestras vacunas, el camino por delante sería mucho más peligroso. La única forma de prevenir esto, por ahora, es seguir usando nuestras mascarillas y poner las vacunas en los brazos.