Minneapolis (CNN) – Si bien la nación hizo una pausa para la lectura del veredicto de culpabilidad contra el expolicía de Minneapolis Derek Chauvin y muchos se alegraron, los activistas dicen que ahora es el momento de seguir avanzando en la lucha contra la injusticia racial.
“Es un alivio, pero la celebración es prematura”, dijo el reverendo Jesse Jackson a CNN.
“Debemos romper con la columna vertebral de los linchamientos legales para siempre. Que la policía mate a la gente es que se salen con la suya con los linchamientos legales”, dijo Jackson. “Así que todavía tenemos mucho trabajo por hacer, esto es un primero y 10, no un touchdown”.
Las pruebas del trabajo que queda por hacer se pueden encontrar a no más de 16 kilómetros del juzgado donde Chauvin fue condenado, dijo Jackson. En Brooklyn Center, un suburbio de Minneapolis, se está planeando el entierro de Daunte Wright, un joven negro de 20 años que recibió un disparo mortal de una policía durante un control de tráfico el 11 de abril.
Chauvin, de 45 años, fue declarado culpable el martes de homicidio no intencional en la comisión de un delito grave, homicidio no intencional con desprecio por la vida y homicidio accidental de George Floyd, los tres cargos a los que se enfrentaba. Los miembros del jurado deliberaron durante más de 10 horas a lo largo de dos días antes de tomar su decisión.
El veredicto resonó en todo EE.UU., donde muchas ciudades registraron manifestaciones a gran escala tras la muerte de Floyd, en mayo de 2020. Las imágenes de Chauvin arrodillándose sobre el cuello de Floyd durante más de nueve minutos desencadenaron semanas de protestas, así como saqueos y disturbios, y reavivaron el debate nacional sobre la actuación policial y los prejuicios raciales en Estados Unidos.
Cuando se leyó el veredicto el martes, una sinfonía de celebraciones sonó fuera del centro gubernamental donde se celebró el juicio, así como a 6 kilómetros al sur, en la intersección donde Floyd dio su último aliento.
FOTOS | Con los puños en alto: así celebran en EE.UU. el veredicto contra Derek Chauvin por la muerte de George Floyd
Entre la multitud de cientos de personas, la gente vitoreaba, gritaba de alegría y levantaba las manos hacia el cielo mientras sonaban las bocinas de los automóviles y algunos lloraban de alivio. Otros se esforzaban por escuchar desde sus teléfonos móviles el resto de lo que el juez tenía que decir.
“Este es un día enorme para el mundo”, dijo la novia de Floyd, Courteney Ross, a los periodistas a la salida del juzgado el martes. “Caminamos con los ojos bien cerrados durante mucho tiempo, así que hoy empiezan a abrirse, y este va a ser el primero de un futuro de cambio”.
La adolescente que captó el vídeo que conmocionó al país dijo que lloró cuando se anunció el veredicto.
“¡George Floyd, lo hicimos!” dijo Darnella Frazier en Facebook. “Se ha hecho justicia”.
Dentro del tribunal, Philonise Floyd, el hermano menor de George Floyd, juntó las manos sobre su cabeza en señal de oración mientras se leían los veredictos, según los reporteros, incluido Josh Campbell de CNN. Durante el tercer veredicto de culpabilidad, sus manos se agitaron de un lado a otro y mantuvo los ojos cerrados mientras su cabeza se movía hacia arriba y hacia abajo, según el informe.
Tras la conclusión del juicio, se vio a Philonise Floyd llorar mientras abrazaba a los cuatro fiscales.
“Solo rezaba para que lo declararan culpable”, dijo. “Como negro, normalmente no obtenemos justicia”.
En una rueda de prensa en la que reaccionó al veredicto, el abogado de la familia Floyd, Benjamin Crump, gritó repetidamente y de forma triunfal ” ¡Digan su nombre!” mientras algunos de los familiares de Floyd, junto con Jackson, el reverendo Al Sharpton y otros respondían: “¡George Floyd!”.
En un comunicado, la familia Floyd describió el veredicto como “justicia dolorosamente ganada”. Añadió: “Este caso es un punto de inflexión en la historia de Estados Unidos para la rendición de cuentas de las fuerzas del orden y envía un mensaje claro que esperamos que se escuche claramente en todas las ciudades y todos los estados”.
El gobernador de Minnesota, Tim Walz, celebró el veredicto, aunque reiteró que aún queda mucho por hacer para lograr un cambio para la comunidad negra en su estado.
“Este es el piso, no el techo de donde tenemos que llegar”, dijo Walz. “Sabemos que la rendición de cuentas en los tribunales es solo el primer paso”.
El presidente Joe Biden también celebró el veredicto, pero dijo que el resultado era “demasiado inusual” para que el país se apartara ahora de las cuestiones de racismo sistémico. “Este puede ser un momento de cambio significativo”, dijo.
El veredicto y la sentencia que viene
Chauvin permaneció casi inmóvil mientras el juez leía los veredictos. Después de que el juez revocara la fianza de Chauvin y levantara la sesión, Chauvin se levantó y puso las manos en la espalda para que un agente pudiera esposarlas.
Tras girar la cabeza para escuchar algo que dijo su abogado, asintió dos veces con la cabeza y salió de la sala, escoltado por el agente que le seguía.
La sentencia se dictará dentro de unas ocho semanas, es decir, en torno a la segunda semana de junio, dijo el juez.
Chauvin estaba en libertad bajo fianza desde octubre. Al serle revocada la fianza el martes, fue trasladado a un centro penitenciario estatal en Stillwater, a unos 40 kilómetros al este del centro de Minneapolis, donde esperará la sentencia.
La sentencia de Chauvin dependerá de varios factores, incluyendo las directrices de sentencia del estado, y si el juez decide ir más allá de las directrices debido a ciertas circunstancias.
Técnicamente, Chauvin podría enfrentarse a hasta 40 años de prisión por homicidio no intencional en la comisión de delito grave, hasta 25 años por homicidio no intencional con desprecio por la vida y hasta 10 años por homicidio accidental.
Sin embargo, Chauvin no tiene antecedentes penales. Las directrices del estado dicen que para una persona de este tipo, la sentencia presunta para los homicidios no intencionales es de 12 años y medio. El juez tiene la facultad de dictar una sentencia de entre 10 años y ocho meses y 15 años por cada uno.
El homicidio accidental conlleva una sentencia presunta de cuatro años para alguien sin antecedentes, según las directrices. El juez puede elegir entre tres años y cinco meses y cuatro años y ocho meses.
Sin embargo, los fiscales piden una sentencia más dura que la que establecen las recomendaciones.
En dos presentaciones del año pasado, los fiscales dijeron que cinco factores agravantes justifican una sentencia mayor. Esos factores incluyen que Floyd era especialmente vulnerable, que fue tratado con especial crueldad y que había niños presentes cuando se cometieron los delitos.
Si el juez aplica los factores agravantes, la sentencia de Chauvin se situaría en una parte más alta del rango legal.
Es probable que las sentencias por los tres delitos se cumplan al mismo tiempo, no de forma consecutiva. “En general, cuando un delincuente es condenado por múltiples delitos actuales… se presume que las sentencias son concurrentes”, según las directrices.
Cómo se desarrolló el juicio
Los fiscales llamaron a 38 testigos a lo largo de tres fases distintas del juicio.
En primer lugar, los transeúntes que se encontraban en el lugar de los hechos testificaron sobre el miedo y el horror que sintieron al ver a Floyd morir lentamente bajo la presión de Chauvin. A continuación, una serie de supervisores de la policía y expertos en el uso de la fuerza, incluido el jefe de la policía de Minneapolis, Medaria Arradondo, criticaron el hecho de que Chauvin permaneciera arrodillado por considerarlo excesivo e irrazonable, especialmente después de que Floyd se desmayara, dejara de respirar y no tuviera pulso.
Finalmente, cinco expertos médicos distintos explicaron que Floyd murió por falta de oxígeno cuando Chauvin restringió su capacidad de respirar en lo que se conoce como “asfixia posicional”.
En el alegato final del Estado, Schleicher dijo que Chauvin se arrodilló sobre Floyd durante tanto tiempo por su orgullo y su ego ante la preocupación de los transeúntes.
“No iba a permitir que estos transeúntes le dijeran lo que tenía que hacer. Iba a hacer lo que quisiera, como quisiera, durante el tiempo que quisiera. Y no había nada, nada que pudieran hacer al respecto porque él tenía la autoridad. Él tenía el poder, y los otros agentes, los transeúntes eran impotentes”, dijo. “Intentaba ganar, y George Floyd lo pagó con su vida”.
Contrastó el “orgullo basado en el ego” de Chauvin con los sentimientos propios del orgullo de llevar una placa de policía y elogió el trabajo policial como una profesión noble. Insistió en que el Estado perseguía a Chauvin a título individual, no a la policía en general.
“No se trata de una acusación contra la policía, sino de una acusación a favor de la policía”, dijo. “No hay nada peor para un buen policía que un mal policía”.
En respuesta, Nelson dijo que Chauvin actuó como lo haría un “agente razonable” en esa situación y dijo que no había pruebas de que usara intencionalmente o a propósito una fuerza que fuera ilegal.
“Hay que tener en cuenta que los agentes son seres humanos, capaces de cometer errores en situaciones muy estresantes”, dijo Nelson. “En este caso, la totalidad de las circunstancias que conocía un agente de policía razonable en el preciso momento en que se utilizó la fuerza demuestra que se trató de un uso autorizado de la fuerza, por muy poco atractivo que sea. Esto es una duda razonable”.
Los otros tres exagentes presentes en la escena, Thomas Lane, J. Alexander Kueng y Tou Thao, están acusados de complicidad en homicidio accidental y de complicidad en homicidio no intencional en la comisión de delito grave. Se han declarado inocentes y su juicio conjunto tendrá lugar este verano boreal.
– Aaron Cooper de CNN informó desde Minneapolis, Madeline Holcombe escribió desde Atlanta y Eric Levenson escribió e informó desde Nueva York. Adrienne Broaddus, Eric Fiegel, Laura Coates, Steve Almasy, Josh Campbell, Omar Jiménez, Keith Allen, Peter Nickeas, Brad Parks y Sara Sidner de CNN contribuyeron a este reportaje.