Nota del editor: Shauna “Doc” Springer es una destacada experta en traumas psicológicos, prevención del suicidio y relaciones cercanas. Es autora de “WARRIOR: How to Support Those Who Protect Us” (Guerrero: Cómo apoyar a quienes nos protegen) y es la psicóloga jefe de Stella.
(CNN) – El entrenador de liderazgo John Bates estaba dando una conferencia TED frente a una gran audiencia cuando su perro Flash caminó por el escenario y lo comenzó a olfatear y a darle golpes con la nariz repetidamente.
En el mundo de los perros de servicio, Flash estaba haciendo lo que se llama “alerta”, indicando a Bates que podría no estar bien.
Al terminar la conferencia, Bates volvió a su habitación, se tomó unos medicamentos y se fue a dormir, evitando así una posible emergencia médica.
“El sentido del olfato de un perro es unas 10.000 veces mejor que el de un ser humano”, afirma Mary Cortani, héroe de CNN y fundadora y directora ejecutiva de Operation Freedom Paws, asociación que proporciona perros de servicio a veteranos y personas con discapacidad.
“Un perro de servicio puede oler las diferencias en nuestra química, cuando estamos estresados o enfermos. Así es como pueden rastrear a una persona que se pierde en el bosque. A kilómetros de distancia, pueden oler el miedo o la angustia”.
Los perros de servicio pueden cambiar la vida de aquellos a quienes ayudan, e incluso hasta pueden salvarla, dijo Cortani. Ellos ayudan a sus humanos a desarrollar conexiones más profundas y hasta pueden salvarlos de ellos mismos.
Los perros de servicio mantienen a sus humanos fuera de las salas de urgencias
Bates, fundador y CEO de Executive Speaking Success, viaja frecuentemente al extranjero para hablar en público. Él tiene una rara enfermedad llamada síndrome de Stevens-Johnson, que puede dispararse por el estrés, los cambios de huso horario y las alteraciones del sueño.
“No es bonito”, dice Bates. “Empieza con lesiones en la mucosa, progresa hasta que la piel se desprende en grandes trozos y puede llevarte a la ceguera y a morir en una unidad de quemados”.
Ya ha tenido que acudir a las salas de urgencias de los hospitales un par de veces durante las primeras fases de una crisis médica potencialmente peligrosa.
Flash, que protege a Bates desde 2009, le avisa cada vez que percibe que su estrés alcanza un nivel insalubre. Gracias a su protección, Bates ha ganado “una enorme libertad de acción” y no ha tenido que volver a ir a urgencias.
Los perros adiestrados pueden ayudar con el trastorno de estrés postraumático
La exposición a un trauma puede llevar a las personas a un estado de lo que se denomina “respuesta crónica a la amenaza”, lo que significa que su sistema de lucha o huida está activado continuamente y ven el mundo a través de la lente de las posibles amenazas.
Gracias al “sexto sentido” de sus perros para detectar el peligro, los propietarios que sufren algún trastorno de estrés postraumático suelen ser capaces de relajarse si sus perros están tranquilos.
“Los perros de servicio pueden literalmente ‘despejar una habitación’ entrando en ella, encendiendo las luces y dando a sus dueños la seguridad de que no hay intrusos”, afirma Andrea McCarren, vicepresidenta y directora de contenidos de PenFed Digital, que cría perros de servicio para veteranos y personal de primera respuesta a través de America’s VetDogs y Canine Companions for Independence.
Los veteranos le dicen a McCarren que sus perros de servicio les dan mayor comodidad al estar en público porque “es su perro y no su discapacidad el centro de atención”.
Desarrollar una conexión humana más profunda
Cuando el veterano de la Marina de EE.UU. Dave Jennelle acudió a la asociación Operation Freedom Paws se mostraba cauto. Él quería lo que creía que sería un perro intimidante, del tipo que hace que la gente se aleje: un rottweiler, un doberman pinscher o un pit bull.
No fue así, según Cortani, que es conocido por ser una “susurradora de perros”“. “No le doy a la gente los perros que quiere”, dijo Cortani. “Les doy los perros que necesitan”.
Jennelle, que ahora es el entrenador jefe de mentores de la organización, recibió en su lugar una bola de pelusa blanca llamada Laddie. Laddie, una mezcla de border collie, es un imán para la atención positiva, lo que resultó incómodo para Jenelle al principio. Ahora “no cambiaría a Laddie por nada del mundo”, dijo.
Cuando Paul Whitmer, veterano del ejército de EE.UU., empezó a trabajar con su perro de servicio de Got Your Six Support Dogs, sufría una gran ansiedad, especialmente cuando se relacionaba con extraños. Trabajar este problema con su perro a su lado ha disminuido enormemente sus síntomas de ansiedad e hipervigilancia.
Después de tres años, Whitmer dice que disfruta de muchas interacciones positivas con los extraños y que se alegra de salir en público. Whitmer siente que su capacidad de empatía ha crecido en proporción directa a su trabajo con su perro de servicio, también llamado Paul.
“Ahora soy capaz de sentir lo que sienten los demás y saber cómo responder”, afirma.
Los perros de servicio pueden incluso salvarnos de nosotros mismos
Whitmer dijo que su perro probablemente le salvó la vida. “Si Paul no me hubiera ayudado, no estoy 100% seguro de que estaría aquí hoy. Estuve dando vueltas al desagüe, y ahora hay un tapón en él, y el lavabo se está llenando de nuevo. Es realmente increíble”.
Los perros de servicio adiestrados son perros de trabajo, que están motivados para vincularse y atender a una persona. Pueden ser adiestrados para realizar casi 50 tareas, como recuperar objetos, abrir puertas, despejar habitaciones y mitigar los síntomas de un trauma.
Es importante recordar que las reglas de interacción con los perros de servicio son diferentes a las de las mascotas de la familia.
Así es como hay que interactuar con ellos:
Fíjate en el chaleco. Es probable que diga: “perro de trabajo - no acariciar”. Los perros de servicio siempre llevarán un chaleco oficial.
Pide permiso antes de tocar o interactuar con un perro de servicio. Puedes decir: “¿Puedo acercarme a tu perro?”. Si el dueño dice que no, no te lo tomes como algo personal. Es imposible conocer la naturaleza de sus retos o la razón por la que solicita espacio.
Cómo acariciar al perro. Si el dueño está de acuerdo, párate a un ángulo de 90 grados del perro y extiende el dorso de tu mano. Por lo general, el perro olfateará primero tus pies y subirá por tu pierna hasta llegar a tu mano. Acaricia al perro por debajo de la barbilla y sube lentamente alrededor de las orejas, en lugar de bajar directamente por encima de la cabeza, ya que esto puede percibirse como un comportamiento amenazante para el perro.
Mantén la calma. Muestra un comportamiento tranquilo y abierto durante toda la interacción. Si lo logras, es posible que formes parte de un viaje de curación, aunque quizá nunca lo sepas.