(CNN) – Los estadounidenses se quitaron las mascarillas el jueves cuando los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) hicieron el repentino anuncio de que las personas vacunadas ya no necesitan usarlas en espacios interiores o exteriores.
Fue un gran momento de liberación después de un año de intenso estrés y miedo, pero también de temor para muchos, ya que la política creó un nuevo conjunto de preguntas complejas para padres, empleadores, dueños de negocios y los millones de estadounidenses que aún dudan si recibir la vacuna contra el covid-19.
Los funcionarios del gobierno de Joe Biden recibieron la noticia con euforia en Washington. En la Casa Blanca, el presidente se quitó la máscara durante una reunión con la senadora Shelley Moore Capito y otros senadores, dijo la republicana de Virginia Occidental. Los asistentes del presidente, que habían estado usando máscaras hasta el jueves por la mañana, las guardaron. Los senadores del Capitolio se descubrieron la cara. “Libres, por fin”, dijo el líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell.
La decisión de los CDC de cambiar la guía para las personas completamente vacunadas, que fue una sorpresa incluso para los funcionarios de la Casa Blanca informados el miércoles por la noche, marca un gran éxito político para Biden al comienzo de su mandato y un punto de inflexión clave en el camino hacia la erradicación de la pandemia, que es quizás el objetivo más importante de su presidencia. Sin embargo, en los próximos días, la responsabilidad recaerá sobre los funcionarios, ninguno más que el propio presidente, para gestionar y demostrar la transición entre el pronunciamiento de los CDC y su impacto en las vidas de millones de estadounidenses.
“Creo que es un gran hito, un gran día”, dijo Biden en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, haciendo hincapié en sonreír y decirles a los demás que lo hicieran después de meses de ocultar sus rostros para protegerse mutuamente. El Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, le dijo a Jake Tapper de CNN que el anuncio no significaba que la pandemia había terminado en Estados Unidos, sino que la nación acababa de dar un paso más hacia la vida normal.
“Poder andar sin máscara, tanto en interiores como en exteriores, es realmente un gran paso en esa dirección”, dijo Fauci. “No quisiera declarar la victoria prematuramente, pero estoy diciendo que esto es claramente un paso en la dirección en la que queremos ir”.
Nuevas preguntas
Sin embargo, la decisión de los CDC inmediatamente generó una serie de preguntas y consecuencias, incluido un debate sobre si una agencia a la que a menudo se criticaba por ser demasiado cautelosa había ido demasiado lejos de repente.
Ya había puntos clave de confusión y políticas contradictorias que podrían generar dudas en la mente de algunos estadounidenses sobre la ciencia de quitarse la mascarilla en este punto cuando aproximadamente el 46% de los estadounidenses mayores de 18 años están completamente vacunados, según datos publicados por los CDC.
El equívoco fue evidente el jueves en las políticas disonantes incluso dentro de diferentes agencias y entidades gubernamentales en Washington. La Casa Blanca dijo al personal vacunado que podían quitarse las máscaras en el trabajo. Pero cuando se le preguntó a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, si planeaba cambiar las reglas y permitir que los miembros se quitaran las mascarilla en la plenaria de la Cámara de Representantes, la demócrata de California respondió: “No”, luego preguntó retóricamente: “¿Están todos vacunados?”
Durante la recogida en la escuela el jueves en todo el país, muchos padres todavía usaban sus máscaras después del anuncio mientras los niños no vacunados salían por las puertas, lo que generó preguntas sobre lo que significarán las nuevas políticas en un momento en que las vacunas no están aprobadas para los niños más pequeños. Los padres también tienen dificultades para explicar por qué ahora hay reglas diferentes para adultos y niños sin crear más preocupaciones entre los niños pequeños.
Para el jueves por la noche, muchos estadounidenses estaban en la ciudad o en bares levantando sus copas para celebrar el momento, aunque los científicos a menudo han citado los bares como uno de los caldos de cultivo para la transmisión de covid-19. Sin embargo, el mandato federal de máscaras en el transporte permanecerá vigente hasta el 13 de septiembre, según dijo la Administración de Seguridad del Transporte el jueves, aunque la ciencia ha demostrado en general que ha sido más seguro volar en aviones que fraternizar en los bares.
Cuando se le preguntó por qué el requisito de usar mascarilla seguirá existiendo para los viajeros vacunados, el Dr. Francis Collins, director de los Institutos Nacionales de Salud, le dijo a Erin Burnett de CNN el jueves por la noche que tiene sentido que las personas que deben sentarse juntas en espacios reducidos usen sus máscaras.
“En circunstancias en las que las personas están muy juntas y no se conoce el estado de inmunización de todos, es mejor ser cauteloso usando máscaras en esos aviones, trenes y autobuses”, dijo Collins. “Una vez que avancemos con un grado aún mayor de inmunización, y las infecciones virales, que todavía son 30.000 por día, realmente continúen disminuyendo, también podremos suavizarlas”.
La sorprendente nueva guía tendrá implicaciones masivas en todo el ámbito de la vida nacional, desde restaurantes hasta transporte, escuelas y oficinas.
En la raíz de la inquietud y la consternación está el hecho de que la nueva política de los CDC se basa casi por completo en la confianza. Depende de las personas no vacunadas, que podrían albergar las nuevas variantes que circulan entre la población de EE.UU., y que continúen usando máscaras para protegerse y proteger a otras personas que quizá no puedan recibir la vacuna, ya sea por razones médicas o porque son demasiado jóvenes.
Cuando se le preguntó cómo los dueños de tiendas o restaurantes sabrán si sus clientes están seguros sin máscaras, Fauci reconoció que será un desafío difícil en los próximos meses.
“No podrán saberlo. Quiero decir, dependerá de que las personas sean lo suficientemente honestas para decir si fueron vacunadas o no, y lo suficientemente responsables como para usar… una máscara, no solo para su propia protección, sino también para la protección de los demás”, dijo Fauci a Tapper.
Fauci señaló que aunque el gobierno federal no exigirá pasaportes de vacunas, habrá instituciones, universidades y empresas que opten por hacer que esa prueba sea un requisito.
Si bien la Dra. Rochelle Walensky, directora de los CDC, citó tres nuevos estudios que muestran que las vacunas funcionan como la base de la nueva guía, la decisión de la agencia sorprendió a algunos médicos y funcionarios de salud pública como abrupta.
“Creo que debemos enviar un mensaje muy claro de que la vacunación es su boleto de regreso a la vida prepandémica, pero, francamente, este anuncio me sorprendió, creo que pasaron de un extremo a otro”, dijo la Dra. Leana Wen, excomisionada de salud de Baltimore y analista médica de CNN.
“Si vas al supermercado, tal vez estés completamente vacunado, te quitas la mascarilla en el supermercado, pero ¿quién va a verificar si otros también están vacunados?”, dijo Wen en “Newsroom” de CNN.
“¿Qué significa eso si voy a traer a mi hijo, mi hijo de 4 años que no está completamente vacunado? Ahora estará en un supermercado potencialmente expuesto a personas que no están vacunadas y que podrían ser un peligro para él. Así que supongo que estoy un poco perpleja en cuanto al origen de esta guía. Creo que nos faltan muchos pasos”.
Un incentivo para los no vacunados
A corto plazo, el hecho de que las nuevas pautas se apliquen solo a las personas vacunadas podría darle al gobierno una oportunidad para convencer a las personas que se resisten a vacunarse de que sigan adelante.
Pero la nueva política de los CDC también plantea la posibilidad de que los estadounidenses que llevan mucho tiempo irritados por el uso de mascarillas y no tienen la intención de vacunarse –a menudo conservadores– también se quiten las mascarillas. Y eso podría conducir a una mayor circulación del virus.
La decisión fue tan repentina que todos, desde los empleadores hasta los propietarios de restaurantes y los funcionarios del gobierno local, estaban luchando por entender cómo reaccionar. ¿Con qué rapidez, por ejemplo, deberían alterar los requisitos de las mascarillas y los límites de ocupación, y cómo dar forma a las políticas para probar el estado de vacunación de una persona?
Una pregunta que se avecina, por ejemplo, es si ahora está permitido que las empresas den la bienvenida al personal a sus oficinas, si están completamente vacunados, sin máscaras y sin distanciamiento social. Y si ese es el caso, ¿seguirán los restaurantes y los hoteles? Y si las empresas piden a las personas que demuestren que están vacunadas con pasaportes de vacunas u otra documentación, ¿cómo intentará la administración de Biden evitar que esa solicitud se convierta en el próximo frente en las guerras culturales sobre las vacunas?
Otra área en la que los estadounidenses buscarán orientación en la Casa Blanca será la dimensión psicológica de una decisión que revierte meses y meses de orientación y comportamiento del Gobierno que ahora se ha arraigado.
La recomendación de usar mascarilla llegó a simbolizar la amortiguación de la vida normal durante la peor crisis de salud en 100 años. Las personas que se han quejado durante mucho tiempo de que quienes no usan máscaras están ignorando la ciencia ahora están en la posición de tener que confiar en la ciencia para quitarse las máscaras.
La primera dama, Jill Biden, reflejó ese impacto y habló por muchos cuando llegó sin mascarilla para una visita a Virginia Occidental el jueves.
“Nos sentimos desnudos”, dijo.