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Trump propuso mandar a estadounidenses infectados con covid-19 a Guantánamo, revela nuevo libro
01:36 - Fuente: CNN

Washington (CNN) – Un alto general de Estados Unidos rechazó repetidamente el argumento del entonces presidente Donald Trump de que los militares debían intervenir violentamente para sofocar los disturbios civiles que estallaron en todo el país el año pasado.

El jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, se encontró frecuentemente con que era la única voz de oposición a esas demandas durante las acaloradas discusiones de la Oficina Oval, según extractos de un nuevo libro, obtenido por CNN, del periodista del diario The Wall Street Journal, Michael Bender.

El libro, titulado “Frankly, We Did Win This Election: The Inside Story of How Trump Lost”, el libro revela nuevos detalles sobre cómo el lenguaje de Trump se volvió cada vez más violento durante las reuniones de la Oficina Oval  en el momento en que las protestas en Seattle y Portland comenzaron a recibir la atención de las cadenas de noticias. El entonces presidente destacaba los videos que mostraban a las fuerzas del orden enfrentándose a los manifestantes y le decía a su administración que quería ver más ese tipo de comportamiento.

“Así es como se supone que hay que tratar a esta gente”, dijo Trump a sus principales oficiales de policía y militares, según Bender. “¡Rompan sus cráneos!”

Trump también le dijo a su equipo que quería que los militares entraran y “dieran una paliza” a los manifestantes que defendían los derechos civiles, escribe Bender.

“Simplemente dispárenles”, dijo Trump en múltiples ocasiones dentro de la Oficina Oval, según los extractos.

Cuando Milley y el entonces secretario de Justicia, William Barr, rechazaban la idea, Trump bajaba el tono, pero solo ligeramente, añade Bender.

“Bueno, dispárenles en la pierna, o tal vez en el pie”, dijo Trump. “¡Pero sean duros con ellos!”.

Los nuevos detalles sobre cómo Milley y un puñado de otros altos funcionarios se vieron obligados a enfrentar el comportamiento cada vez más volátil de Trump durante los últimos meses de su presidencia no hacen más que añadirse a un retrato ya detallado de la disfunción dentro de la Casa Blanca en ese momento.

También subraya el nivel de tensión entre Trump y los altos funcionarios del Pentágono de cara a las elecciones presidenciales de noviembre pasado.

CNN se puso en contacto con Trump sobre las afirmaciones del libro de Bender. Un portavoz de Milley se negó a hacer comentarios.

En ocasiones, Milley también chocó con altos funcionarios de la Casa Blanca que pretendían incentivar el comportamiento del entonces presidente.

Durante un debate en la Oficina Oval, el asesor principal de Trump, Stephen Miller, intervino equiparando las escenas que aparecían en su televisión con las de un país del tercer mundo y afirmando que las principales ciudades de Estados Unidos se habían convertido en zonas de guerra.

“Estas ciudades están ardiendo”, advirtió Miller, según los extractos.

El comentario enfureció a Milley, que consideró que Miller no solo estaba equivocado sino que estaba totalmente fuera de su ámbito, escribe Bender, señalando que el general del ejército que había comandado tropas en Irak y Afganistán se giró en su asiento y apuntó con un dedo directamente a Miller.

“Cállate la boca, Stephen”, le espetó Milley, según los extractos.

“Lo que tenemos, Sr. Presidente, es una protesta”

CNN informó previamente que las preocupaciones dentro del Pentágono sobre el potencial de Trump para tomar decisiones impredecibles durante la campaña y más allá alcanzaron un punto de ebullición el pasado septiembre.

Aunque Milley se encontraba entre los que estaban especialmente angustiados por los ataques de Trump a los altos mandos del Pentágono, se decía que estaba en buenos términos con el presidente.

Aun así, Milley hizo un esfuerzo deliberado por permanecer en Washington todo lo posible durante esos últimos meses. Una preocupación importante para Milley en ese momento era cómo asesorar a Trump si decidía invocar la Ley de Insurrección a raíz de los disturbios civiles, una medida que haría que la fuerza militar saliera a las calles contra los civiles.

Finalmente, Trump nunca invocó la Ley de Insurrección, pero sugirió repetidamente hacerlo durante el final de su mandato, poniendo a Milley y al exsecretario de Defensa Mark Esper en una situación complicada en cada ocasión.

Tanto Milley como Esper se opusieron firmemente a la idea cuando Trump la sugirió por primera vez el pasado mes de junio tras las protestas contra la brutalidad policial y la injusticia racial a raíz de la muerte de George Floyd.

Según Bender, Milley consideraba los disturbios en torno a la muerte de Floyd como un problema político, no militar.Por ello, le dijo al presidente que había reservas más que suficientes en la Guardia Nacional para apoyar a las fuerzas del orden que respondían a las protestas. Milley le dijo que invocar la Ley de Insurrección trasladaría la responsabilidad de las protestas de las autoridades locales directamente al presidente, según los extractos obtenidos por CNN.

Milley vio el retrato del presidente Abraham Lincoln colgado justo a la derecha de Trump y lo señaló directamente, escribe Bender.

“Ese tipo tuvo una insurrección”, dijo Milley. “Lo que tenemos nosotros, señor presidente, es una protesta”.

Milley reprende públicamente a los legisladores republicanos

Esos comentarios han cobrado nueva relevancia meses después del ataque del 6 de enero, cuando los alborotadores pro-Trump irrumpieron en el Capitolio de Estados Unidos en un intento de impedir que el Congreso certificara la victoria electoral del presidente Joe Biden.

Los aliados republicanos de Trump en el Congreso se han opuesto firmemente a cualquier esfuerzo por investigar el papel del expresidente en el fomento de la insurrección, y algunos sencillamente negaron que hubiera algo violento en las protestas de ese día.

Recientemente, algunos de esos mismos legisladores han criticado también los esfuerzos del Departamento de Defensa en materia de diversidad y la supuesta adopción de la “teoría crítica de la raza”.

Al testificar públicamente ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes el miércoles, Milley, que sigue en su puesto de presidente del Estado Mayor Conjunto, ofreció una contundente reprimenda a los miembros republicanos por sus comentarios relacionados con ambas cuestiones.

Respondiendo a una pregunta del representante Mike Waltz, de Florida, sobre la idoneidad de un seminario en la Academia Militar de Estados Unidos en West Point llamado “Comprender la blancura y la rabia blanca”, Milley dijo “Quiero entender la rabia blanca. Y yo soy blanco. Y quiero entenderla”.

Relacionando la cuestión con la insurrección del 6 de enero, Milley preguntó: “¿Qué es lo que provocó que miles de personas asaltaran este edificio e intentaran derribar la Constitución de Estados Unidos de América? ¿Qué lo provocó? Quiero averiguarlo. Quiero mantener la mente abierta”.

Milley calificó de “ofensivo” que se llamara a los miembros del servicio “cito, ‘woke’ [a despertar] o cualquier otra cosa, porque estamos estudiando algunas teorías que están ahí fuera”.

– Jake Tapper y Michael Conte de CNN contribuyeron con este reportaje.