Winnipeg, Canadá (Reuters) – Unos manifestantes derribaron las estatuas de la reina Victoria y de la reina Isabel II en la ciudad canadiense de Winnipeg, en un momento en que crece la indignación por el descubrimiento de los restos de cientos de menores en tumbas sin nombre en antiguas escuelas indígenas.
Una multitud coreó “no hay orgullo en el genocidio” antes de derribar las estatuas de las monarcas.
La acción tuvo lugar el jueves, Día de Canadá, que tradicionalmente se celebra en todo el país.
Sin embargo, muchas ciudades suprimieron los actos de este año, ya que el escándalo de los niños indígenas hizo que los canadienses se enfrentaran a su historia colonial. El primer ministro Justin Trudeau dijo que el día sería “un momento de reflexión”.
Se han encontrado casi 1.000 tumbas sin marcar en los antiguos internados de la Columbia Británica y Saskatchewan, que fueron dirigidos principalmente por la Iglesia Católica y financiados por el gobierno.
Durante 165 años y hasta 1996, las escuelas separaron por la fuerza a los menores indígenas de sus familias, sometiéndolos a desnutrición y abusos físicos y sexuales en lo que la Comisión de la Verdad y la Reconciliación calificó de “genocidio cultural” en 2015.
En Winnipeg, una multitud aplaudió la caída de la estatua de la reina Victoria frente a la legislatura provincial de Manitoba. Los manifestantes, muchos de los cuales llevaban ropa naranja, también patearon la estatua derribada y bailaron alrededor de ella. El pedestal y la estatua fueron cubiertos con marcas de manos de pintura roja.
También derribaron una estatua cercana de la reina Isabel, quien es la actual jefa de Estado de Canadá, mientras que Victoria reinó de 1837 a 1901, cuando Canadá formaba parte del Imperio británico.
Las protestas en apoyo de los menores indígenas también se llevaron a cabo el jueves en Toronto, el centro financiero de Canadá, mientras que una marcha del #CancelCanadaDay (“Cancele el Día de Canadá”) en la capital, Ottawa, atrajo a miles de personas en apoyo de las víctimas y los supervivientes del sistema de internados.
Se celebraron vigilias y concentraciones en otras partes del país. Muchos participantes llevaban ropa naranja, que se ha convertido en el símbolo del movimiento.
En su mensaje del Día de Canadá, Trudeau dijo que los descubrimientos de los restos de los menores de las antiguas escuelas “nos han impulsado, con razón, a reflexionar sobre los fracasos históricos de nuestro país”. Las injusticias siguen existiendo para los pueblos indígenas y muchos otros en Canadá, dijo.
Un portavoz del primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, dijo que el gobierno condenaba cualquier ataque a las estatuas de la reina.
“Estamos con la comunidad indígena de Canadá tras estos trágicos descubrimientos, y seguimos de cerca estas cuestiones y continuamos comprometiéndonos con el gobierno de Canadá en asuntos indígenas”, dijo.