(CNN) – A medida que el coronavirus monta un nuevo asalto en Estados Unidos, nuevamente está ampliando las divisiones políticas de la nación de una manera que multiplica su propio impacto y deja en claro, en un supuesto verano de libertad, que la batalla contra el virus está lejos de terminar.
El presidente Joe Biden está enfrascado en un enfrentamiento con Facebook por información errónea sobre vacunas. Su predecesor, Donald Trump, ahora está interviniendo, vinculando su Gran Mentira sobre el fraude electoral con la gestión de Biden de la crisis del covid-19 de una manera que podría generar aún más dudas sobre las vacunas que están causando que miles de estadounidenses se infecten.
Los comentaristas conservadores, los aspirantes presidenciales y los protegidos de Trump ya han explotado el escepticismo de las vacunas para obtener beneficios políticos. Y los nuevos temores de que sea necesario un regreso a las mascarillas y el distanciamiento físico en las zonas críticas de covid, donde muchas personas se han negado a recibir vacunas, están reavivando las fallas partidistas. La creciente discordia política amenaza no solo con empañar y revertir el éxito inicial de Biden en el despliegue de vacunas y la represión del virus, solo dos semanas después de que el presidente declaró la independencia parcial del covid-19. Esto podría presentar a la Casa Blanca desafíos severos en caso de una próxima ola de infecciones y muertes a gran escala en las próximas semanas.
Incluso si muchas de las personas que se enferman son republicanos en contra de las vacunas que de todos modos no son sus votantes, cualquier restricción impuesta y cierre de negocios podría interrumpir la recuperación económica en la que el presidente confía para impulsar a los demócratas en las elecciones de mitad de período del próximo año. Las tasas de infección rampantes amenazarían a los niños que aún no son elegibles para ser vacunados y aumentarían la posibilidad de nuevas y desastrosas interrupciones en la educación para una generación cuya educación ha sido interrumpida irreparablemente.
Y la naturaleza perniciosa de la variante delta más infecciosa es una advertencia de la posibilidad de que las mutaciones peligrosas del virus sean más probables cuando está muy propagado. Entonces, si bien los escépticos de las vacunas actúan sobre la base de los derechos individuales, sus decisiones podrían terminar afectando a todos los estadounidenses, especialmente si surge una variante resistente a las vacunas.
Los casos en aumento en Estados Unidos se producen en lo que parece un momento sombrío en la agotadora lucha contra la pandemia en todo el mundo. Se espera que todas las restricciones restantes de covid-19 se levanten en Inglaterra este lunes, a pesar de las crecientes infecciones. El Gobierno de Londres espera haber roto el vínculo entre infecciones y hospitalizaciones y muertes como resultado de un esfuerzo de vacunación exitoso. En Tokio, la oposición pública a los Juegos Olímpicos, que comienzan el viernes, se ha visto exacerbada por los casos identificados entre varios atletas. Mientras tanto, gran parte del mundo en desarrollo sigue siendo muy vulnerable debido a la falta de vacunas.
La desinformación ‘cuesta vidas’
La administración Biden, consciente de los riesgos políticos y de salud pública en juego, ha apuntado a las empresas de medios sociales. El director general de Sanidad, el Dr. Vivek Murthy, quien apareció en el programa “State of the Union”, de CNN, el domingo, defendió a Biden, quien sin rodeos dijo el viernes que las redes sociales estaban “matando gente”, al permitir que la información errónea sobre vacunas se propague en sus plataformas. Murthy dijo que si bien las grandes tecnológicas habían hecho algunos esfuerzos, la administración también les había dejado claro que “no es suficiente”.
“Sabemos que la desinformación sobre salud le hace daño a la salud de la gente. Les cuesta la vida”, dijo Murthy a Dana Bash, de CNN.
Facebook reaccionó furiosamente al llamado de Biden, que posiblemente mostró la frustración del presidente de que una minoría significativa de la población se niega a protegerse con vacunas gratuitas, seguras y efectivas.
“El objetivo del presidente Biden era que el 70% de los estadounidenses estuvieran vacunados antes del 4 de julio. Facebook no es la razón por la que no se cumplió este objetivo”, escribió Guy Rose, vicepresidente de Integridad de Facebook, en una publicación en el sitio web de la compañía el sábado.
Acusó a Biden de culpar a un puñado de redes sociales en un momento en el que aumentan los casos de covid-19. Esta Casa Blanca ha tratado de no politizar la pandemia con el argumento de que hacerlo podría empeorar las dudas sobre las vacunas. Pero su decisión de enviar equipos a los estados más afectados para impulsar las vacunas que salvan vidas provocó la indignación de los conservadores y las falsas afirmaciones de que el Gobierno estaba tratando de obligar a las personas a vacunarse en contra de su voluntad.
Trump, quien constantemente puso sus propios objetivos políticos por delante de manejar adecuadamente la crisis cuando era presidente, intervino en el tema el domingo, con un ataque a Biden que probablemente incitará a sus partidarios y a los propagandistas de los medios conservadores a seguir su ejemplo.
“La gente se niega a ponerse la vacuna porque no confía en su administración, no confía en los resultados de las elecciones y ciertamente no confía en las noticias falsas”, dijo Trump en un comunicado.
El expresidente elogia con frecuencia a su propia administración por la hazaña realmente impresionante de asociarse con el sector privado para producir vacunas de covid-19 en un tiempo récord. Pero pasa mucho menos tiempo tratando de convencer a sus seguidores de que se vacunen de una manera que pueda ayudar a poner fin a la pandemia.
Uno de los arquitectos principales del errático esfuerzo anticovid de la administración Trump, el exdirector general de Sanidad, el Dr. Jerome Adams, ha estado advirtiendo en los últimos días que podría ser necesario volver a usar mascarillas en algunas áreas. Dijo que ahora lamenta el consejo que él y el principal experto en enfermedades infecciosas del Gobierno, el Dr. Anthony Fauci, dieron al comienzo de la pandemia de que las mascarillas no eran necesarias. Más tarde, la guía fue reemplazada por evidencia de que las mascarillas podrían ayudar a prevenir infecciones.
“Me preocupa que los CDC también hayan hecho un llamado igualmente prematuro, malinterpretado, pero aún dañino, al uso de mascarillas frente a [la] variante delta”, tuiteó Adams.
Pero hablando en “State of the Union”, Murthy dijo que la guía de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) que les decía a los estadounidenses completamente vacunados que no necesitaban usar mascarillas o la distancia física estaba destinada a brindar flexibilidad a las personas en regiones con un nivel bajo de casos de covid-19.
“Cuando ves lugares como el condado de Los Ángeles y otras partes del país, donde ves condados que toman decisiones sobre tapabocas que pueden ser diferentes de otros condados, está bien”, dijo Murthy. “Lo están haciendo basándose en lo que está sucediendo en sus comunidades, según las tasas de vacunación y el recuento de casos”.
Pero la idea de reimplementar el uso de mascarillas provocó una rápida respuesta de un republicano visible, el senador Ted Cruz de Texas, subrayando cómo la próxima fase de la pandemia probablemente será tan polémica políticamente como las anteriores.
“No. No. No. Diablos, NO”, escribió en Twitter Cruz, quien acusa a Biden de usar Facebook, Google y Twitter para censurar opiniones con las que no está de acuerdo, en respuesta al tuit de Adams.
Director general de Sanidad de EE.UU.: ‘Estoy preocupado’
Los efectos de la desinformación son cada vez más evidentes. Murthy pintó un cuadro grave de lo que puede suceder en EE.UU., después de semanas de noticias positivas sobre las vacunas y el regreso de algo parecido a la vida normal se vio socavado por la propagación de la variante delta.
“Estoy preocupado por lo que vendrá, porque estamos viendo un aumento de casos, entre los no vacunados en particular”, dijo Murthy a Bash.
“Y aunque, si estás vacunado, estás muy bien protegido contra la hospitalización y la muerte, desafortunadamente, eso no es cierto si no estás vacunado”.
Los nuevos casos de covid-19 están aumentando en los 50 estados, según datos de la Universidad Johns Hopkins. La evolución del virus significa que ahora está atacando a personas más jóvenes. Las salas de covid se están reabriendo en muchos puntos críticos. Las nuevas infecciones están aumentando en estados tan distantes como California y Louisiana. Casi todas las enfermedades graves y las muertes se encuentran entre los no vacunados, por lo que es aún más importante que el esfuerzo de inoculación lento se acelere.
El excomisionado de la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU., el Dr. Scott Gottlieb, dijo en el programa “Face the Nation”, de CBS, que ahora hay “una epidemia de personas no vacunadas”.
“La mayoría de las personas se vacunarán o se infectarán previamente, o contraerán esta variante delta”, dijo Gottlieb, presentando un escenario desalentador y agregando que es probable que el número de nuevos casos de la enfermedad se esté subestimando debido a la falta de pruebas.
La esperanza será que, dado el hecho de que el 48,6% de los estadounidenses están ahora completamente vacunados, se puedan evitar las oleadas anteriores de muertes en la pandemia. Veinte estados, la mayoría de ellos dirigidos por demócratas, han vacunado completamente a más del 50% de su población. Pero muchos otros, especialmente en el sur conservador, aún no han vacunado completamente ni siquiera al 40%, lo que significa que el grupo de víctimas potenciales de la variante delta sigue siendo significativo.
El promedio diario de nuevas infecciones ahora ha vuelto a subir a más de 39.000 por día, después de tocar fondo en alrededor de 8.000, hace casi un mes. Las muertes también han comenzado a aumentar, pero por lo general se retrasan algunas semanas en los brotes de infección.