(CNN) – Estados Unidos tiene previsto relajar las restricciones de viaje a todos los visitantes extranjeros totalmente vacunados a partir de noviembre, según informó este lunes la Casa Blanca, relajando un mosaico de prohibiciones que generaron indignación en Europa y sustituyéndolas por requisitos más uniformes para los pasajeros aéreos internacionales que buscan entrar al país.
Las nuevas normas requerirán que todos los ciudadanos extranjeros que lleguen a Estados Unidos muestren una prueba de estar completamente vacunados, dijo el coordinador de la respuesta al covid-19 de la Casa Blanca, Jeff Zients. Zients añadió que las nuevas normas entrarán en vigor a principios de noviembre, un plazo que dará a las agencias y a las aerolíneas “tiempo para prepararse”.
El levantamiento de las restricciones generales a los viajes a Estados Unidos desde determinados países será una buena noticia para los miles de ciudadanos extranjeros con familia en Estados Unidos que han permanecido separados durante casi toda la pandemia.
El diario Financial Times fue el primero en informar sobre la noticia.
Además de exigir la vacunación, el gobierno dijo que estaba tomando otras medidas para mitigar la propagación del virus en otras tres áreas: pruebas, rastreo de contactos y uso de mascarillas.
Los extranjeros totalmente vacunados y los ciudadanos estadounidenses que regresen a Estados Unidos desde el extranjero deberán someterse a una prueba de covid-19 antes de la salida del vuelo, y presentar una prueba de resultado negativo antes de abordar. Los estadounidenses no vacunados que regresen a EE.UU. estarán “sujetos a requisitos de prueba más estrictos”, dijo Zients, incluyendo una prueba en el plazo de un día antes de la salida y una prueba adicional a su regreso.
Los pasajeros totalmente vacunados no estarán sujetos a ningún mandato de cuarentena a su llegada a EE.UU.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) tienen previsto emitir una orden de rastreo de contactos que obligue a las aerolíneas a recopilar información de los viajeros con destino a EE.UU., incluyendo un número de teléfono y una dirección de correo electrónico, para alertar a los viajeros de una posible exposición al covid-19. Las aerolíneas deberán conservar la información de rastreo de contactos durante 30 días.
“Esto permitirá a los CDC y a los funcionarios de salud pública estatales y locales hacer un seguimiento de los viajeros entrantes y de las personas de su entorno en el caso de que alguien haya estado potencialmente expuesto al covid-19 y a otros patógenos”, dijo Zients, quien añadió que este nuevo requisito se utilizará de forma más amplia en el futuro para ayudar a proteger “contra cualquier amenaza futura para la salud pública”.
La nueva guía se aplica a todos los viajes internacionales. “Totalmente vacunados”, según los CDC, incluye a aquellos que han recibido no solo las vacunas aprobadas para su uso en EE.UU., sino también las que figuran para uso de emergencia por la Organización Mundial de la Salud, pero que aún no han recibido dicha aprobación en EE.UU., como la vacuna AstraZeneca.
El desarrollo es un primer paso para reparar una de las varias desavenencias que están surgiendo entre el gobierno de Biden y los funcionarios de Europa. Ha surgido una disputa entre Estados Unidos y Francia por un acuerdo para equipar a Australia con submarinos de propulsión nuclear, privando a Francia de un contrato para proporcionar submarinos convencionales. Los líderes europeos también consideraron escasas las consultas con el equipo de Biden sobre Afganistán.
También será recibido favorablemente por el sector de los viajes, que había estado presionando al gobierno federal para que levantara algunas de las normas que impedían el turismo internacional. Las aerolíneas, los hoteles y los grupos de hostelería habían expresado su apoyo a que se permitiera el regreso a Estados Unidos de los turistas vacunados en el extranjero.
Zients mantuvo que la administración “no está retirando ninguna medida de la mesa” cuando se le preguntó sobre la posibilidad de establecer mandatos de vacunación para los estadounidenses que viajen dentro del país. Y dijo que no se han actualizado las normas existentes sobre los cruces de la frontera terrestre con Canadá y México.
Una noticia bienvenida para muchos
Las prohibiciones de viaje en Estados Unidos se impusieron por primera vez en los primeros días de la pandemia, cuando el entonces presidente Donald Trump limitó los viajes desde China en enero de 2020. Esa medida no logró evitar que el virus llegara a Estados Unidos, pero se añadieron otros países a la lista a medida que las autoridades sanitarias presionaban a la Casa Blanca para que limitara la entrada desde lugares donde los índices de casos eran elevados.
Trump añadió países de la zona Schengen, que abarca 26 estados de Europa, entre ellos Francia, Alemania e Italia, junto con Irlanda y el Reino Unido. Brasil, Sudáfrica e India se añadieron por separado. También se cerraron las fronteras terrestres con Canadá y México.
Biden había mantenido las estrictas prohibiciones de los viajes no esenciales, incluso cuando las tasas de vacunación en Europa aumentaban, citando la naturaleza impredecible de la pandemia y la aparición de la variante delta.
Pero el sistema resultó exasperante para los gobiernos europeos, cuyos ciudadanos seguían teniendo prohibida la entrada a Estados Unidos, incluso cuando esos países redujeron casos gracias a las exitosas campañas de vacunación. Los países con más casos que no estaban en la lista no estaban sujetos a las normas.
Meses de debate
En el transcurso de los últimos meses, las restricciones de viaje a las personas que desean entrar a Estados Unidos se han convertido en una importante brecha transatlántica. Los líderes europeos, frustrados por la aparente falta de progreso, empezaron a hacer públicas sus quejas, afirmando que las normas estaban dañando las relaciones entre Europa y Estados Unidos.
Europa abrió sus fronteras a los estadounidenses en junio, pero el mes pasado dio marcha atrás y retiró a Estados Unidos de la lista de países seguros cuyos ciudadanos están exentos de los requisitos de cuarentena o pruebas. El enojo por la falta de reciprocidad por parte de Estados Unidos impulsó en parte la decisión, según dijeron funcionarios europeos familiarizados con el asunto.
Biden llegó al cargo prometiendo restaurar las alianzas desgastadas y dedicó gran parte de un viaje a Europa en junio a proclamar su compromiso con los lazos transatlánticos. Durante esa visita anunció una serie de grupos de trabajo destinados a examinar la reapertura de los viajes, pero los meses transcurridos no han servido de mucho.
Los grupos de trabajo sobre el covid, supervisados por el equipo de respuesta al covid-19 de la Casa Blanca y el Consejo de Seguridad Nacional, incluyen a representantes de los CDC, funcionarios de los Departamentos de Estado, Salud y Servicios Humanos, Seguridad Nacional y Transporte.
Los funcionarios de Estados Unidos se asociaron con representantes de la Unión Europea, el Reino Unido, Canadá y México y se han reunido varias veces para discutir la situación de la reapertura desde que la administración los anunció al comienzo del primer viaje al extranjero de Biden en junio. También ha habido múltiples conversaciones de grupos más pequeños entre esas reuniones más grandes para discutir temas específicos, como la situación epidemiológica, las variantes, la vigilancia y los esfuerzos de vacunación y los planes para cambiar las restricciones de viaje, dijo un funcionario de la Casa Blanca a CNN.
Pero algunas personas familiarizadas con los grupos de trabajo habían cuestionado su eficacia, a medida que otros países empezaron a abrirse a los estadounidenses con poca claridad sobre si EE.UU. iba a corresponder. Una fuente familiarizada con las discusiones describió la “parálisis entre las agencias” sobre los próximos pasos.