(CNN Business) – El tocino está más caro para los estadounidenses que en los últimos 40 años.
Y sí, eso está contabilizando la inflación.
Ese anhelo de comer chuletas de cerdo te está costando alrededor de un 7% más que hace 12 meses. El precio promedio de ese trozo de tocino que acompañará tu desayuno del domingo por la mañana ha aumentado casi un 28% durante los últimos 12 meses, según muestran los datos del Índice de Precios al Consumidor (CPI, por sus siglas en inglés) ajustado por inflación.
Los problemas en la cadena de suministro y las presiones inflacionarias que se han vuelto demasiado comunes en estos tiempos de pandemia ciertamente han jugado un papel en los aumentos del precio de la carne de cerdo, junto con una serie de características propias de la industria. El gobierno del presidente Joe Biden, por su parte, cree que los precios son altos porque un par de grandes empresas controlan la mayor parte del mercado y ha esbozado planes para nivelar el sector.
Según las expectativas de algunos analistas, los altos precios podrían no disminuir en el corto plazo.
Como se llegó hasta aquí
La cadena de suministro nacional de carne de cerdo fue una de las más rápidas en salirse de control cuando el virus del covid-19 comenzó a propagarse en EE.UU.
Los consumidores, presas del pánico, compraron congeladores y vaciaron los mostradores de carne. El canal de servicios alimentarios se cerró efectivamente de la noche a la mañana, rompiendo un brazo importante en la cadena de suministro.
Las plantas empacadoras de carne —donde los empleados trabajaban turnos prolongados muy cerca unos de los otros— fueron focos de infección del virus. Se perdieron vidas, las plantas se cerraron temporalmente y se llevaron a cabo investigaciones federales.
Cuando esas instalaciones cerraron, la acumulación de animales aumentó, lo que resultó en lel sacrificio de millones de cerdos que no fueron procesados como alimento. Además, los productores, cautelosos de adelantarse a la demanda con demasiada oferta, comenzaron a adelgazar sus rebaños de cría, lo que finalmente disminuyó a la oferta de carne de cerdo de este año, dijo Adam Speck, economista de IHS Markit.
Se espera que la producción de carne de cerdo cierre el año un 2% por debajo de los niveles de 2020, indicó.
En términos de demanda, es una historia diferente.
“La demanda ha sido excepcional en EE.UU., moviendo más volúmenes al por menor que nunca”, dijo Speck en un correo electrónico a CNN Business. “El efecto combinado de una oferta más ajustada y una demanda más fuerte de proteínas en general han contribuido a esta inflación”.
Con la falta de carne en almacenamiento en frío a fines del año pasado, el sector dependió más de los animales frescos, lo que a su vez ayudó a elevar los precios de las materias primas, señaló, y agregó que es probable que esos costos hayan alcanzado su punto máximo y que las indicaciones de los mercados muestran que los precios deberían volverá a la normalidad en junio de 2022.
“Pero no esperes una rápida concesión de precios en los próximos meses”, aseguró Speck, “ya que los minoristas suelen ser lentos para volver a bajar los precios del tocino”.
Los costos de alimentación, flete y mano de obra también han aumentado significativamente, dijo Trey Malone, profesor asistente y economista agrícola de la Universidad Estatal de Michigan.
Y eso sin tener en cuenta las influencias globales, particularmente el resurgimiento de la peste porcina africana.
La enfermedad, incurable y mortal para los cerdos, se ha extendido por Asia en los últimos años y apareció en la República Dominicana en julio de 2021. Es la primera vez que el virus se confirma en el hemisferio occidental en 40 años, según el Consejo Nacional de Porcicultores.
Esto representa un arma de doble filo para la industria porcina estadounidense: el valioso negocio de exportación podría aumentar en mercados como Vietnam; sin embargo, la continua propagación del virus y su mayor proximidad a EE.UU. han aumentado la preocupación por la bioseguridad.
Si una enfermedad animal extranjera ingresara a Estados Unidos, devastaría la industria porcina nacional provocaría la pérdida de miles de millones de dólares y cerraría los mercados de exportación, según el NPPC.
A principios de este mes, el gobierno de Joe Biden presentó un plan de varios niveles para combatir la consolidación y las prácticas anticompetitivas en la industria cárnica, que según la administración están creando la inflación. Cuatro empresas controlan entre el 55% y el 85% de los mercados de carne de cerdo, carne de res y aves de corral, escribieron los economistas del Consejo Económico Nacional en una sesión informativa el 8 de septiembre.
Las cuatro principales empresas procesadoras de cerdos controlan ahora el 66% del mercado, el doble de la cuota del mercado desde 1976, según el NEC.
“Esa consolidación les da a estos intermediarios el poder de exprimir tanto a los consumidores como a los agricultores y ganaderos”, escribieron.
El cerdo, la carne de res y las aves de corral sufrieron algunos de los aumentos de precios más altos, entre otros productos alimenticios, desde diciembre de 2020, subiendo un 12,1%, 14% y 6,6%, respectivamente, escribieron.
En respuesta, los planes de acción declarados por la Administración Biden y el Departamento de Agricultura de EE.UU. incluyen la aplicación de las leyes antimonopolio; investigaciones sobre fijación de precios; la oferta de US$ 1.400 millones en asistencia pandémica a pequeños productores, agricultores y trabajadores; y la inversión de US$ 500 millones para apoyar a nuevos competidores.
En medio de los altos costos y la continua volatilidad, algunos agricultores, consumidores y dueños de negocios que dependen de la carne de cerdo están teniendo que sentarse y comérselo.
“He estado en el negocio de los restaurantes desde principios de los años 80 y nunca había visto algo así”, dijo el chef Miguel Escobedo, quien dirige el camión de comida Al Pastor Papi en San Francisco.
El restaurante itinerante de Escobedo se especializa en el pastor: carne de cerdo en rodajas marinada por 24 a 48 horas que es apilada a mano en forma de cono y colocada en un asador vertical para asar. El platillo, típico de la Ciudad de México, se inspiró en el shawarma libanés.
Las 30 libras de carne de cerdo necesarias para el platillo han duplicado su precio en los últimos meses, indicó.
“A veces veía que el mercado fluctuaba un poco. Planeaba los presupuestos para el año y sabía que algunos [precios] serían más altos”, afirmó. “Pero nada como esto.”
Escobedo ha optado por ser flexible, ofreciendo diferentes platillos como camarones marinados al pastor, si los precios o los suministros están fuera de su alcance.
“En este punto, solo tienes que adaptarte”, dijo.
Dria White, de 51 años, residente de Emeryville, California, ha reducido sus compras de comestibles de dos veces al mes a una vez al mes para poder ahorrar suficiente dinero. Compra menos tocino que antes y, a menudo, busca la proteína los viernes a US$ 5.
“Es bastante buena suerte con cualquier cosa que pueda encontrar en [el supermercado] que puedas comprar y salir por la puerta con un precio razonable”, comentó White a CNN Business luego de un viaje reciente al supermercado en el Área de la Bahía. “Seamos honestos, si quiero comer, lo haré. Mantengamos eso real. Si voy a comer, lo más seguro es que pagaré por lo que quiero comer”.